Amargo

216 28 1
                                    

Tiempo atrás:

Ambos estaban sentados en el auto, con los nervios a flor de piel, mientras se dirigían a su nuevo hogar. La casa estaba ubicada en una pequeña calle, rodeada de árboles y naturaleza, lo que les daba una sensación de tranquilidad y paz.

"¿Estás emocionado, amor?" preguntó Momo, apretando la mano del peliverde

"Mucho, pero también estoy un poco nervioso," respondió Izuku, sonriendo tímidamente.

"Yo también," admitió la azabache. "Pero creo que será una gran aventura."

El joven asintió, y mientras se acercaban a la casa, pudieron ver la fachada blanca y los grandes ventanales que permitían la entrada de mucha luz natural. El auto se detuvo frente a la casa y ambos salieron, mirando hacia su nuevo hogar.

"Es hermosa," susurró Momo, admirando la casa.

"Sí, lo es," estuvo de acuerdo Izuku.

Después de un momento de silencio, Izuku tomó una de las cajas que habían empacado y se acercó a la puerta principal. Momo le siguió, llevando la otra caja en sus manos.

Mientras abrían la puerta, pudieron ver el interior de la casa por primera vez. Había una sala amplia, con muebles modernos y cómodos. Había una televisión de pantalla plana colgada en la pared, y una gran alfombra en el piso.

"Es perfecta," dijo la femina, con los ojos brillantes.

Izuku sonrió, mirando a su alrededor. "Sí, lo es. Vamos a hacer muchos recuerdos aquí juntos."

Después de dejar las cajas en la sala, los dos comenzaron a explorar la casa. Había una amplia cocina, con electrodomésticos modernos y una gran isla en el centro. El comedor estaba al lado de la cocina, con una gran mesa de madera y sillas cómodas.

Después de un momento, se dirigieron hacia las habitaciones. La habitación principal tenía una calidez extraña a pesar de estar vacia

"Es hermosa," susurró Momo de nuevo, admirando la habitación.

"Definitivamente," estuvo de acuerdo el peliverde. "Pero mi parte favorita es el jardín trasero."

Momo rió, recordando lo mucho que a Izuku le gustaba la jardinería. Salieron al jardín trasero y pudieron ver un gran jardín lleno de flores, vegetales y árboles frutales

"Este jardín es perfecto para nuestras tardes de verano," dijo la azabache sonriendo.

"Sí, definitivamente lo es," estuvo de acuerdo Izuku, sosteniendo la mano de Momo mientras se detenían en el centro del jardín.

La casa estaba llena de posibilidades, y ambos se emocionaron al pensar en todas las cosas que podrían hacer juntos

...

La habitación principal era uno de los lugares más importantes para ellos. Querían que fuera un lugar tranquilo y relajante, un espacio donde pudieran escapar del estrés y la locura del mundo exterior.

Comenzaron por limpiar la habitación, sacando todas las cajas y escombros que habían quedado después de la mudanza. Momo comenzó a organizar su ropa en el armario mientras Izuku ensamblaba la cama.

"¿Qué piensas de esta manta?" preguntó Momo, sosteniendo una suave manta de color beige.

"Se ve muy acogedora. Me encanta. ¿Qué tal si ponemos algunas almohadas de colores brillantes en la cama para que resalten?" respondió el peliverde, emocionado.

Juntos, extendieron la manta sobre la cama y comenzaron a colocar los cojines. Se tomaron el tiempo para encontrar los cojines perfectos, que complementaban los colores de la manta y las paredes de la habitación.

DulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora