Akako era una chica de 18 años, con el
pelo muy largo, que le llegaba por la espalda, y de un color rojizo, no tenía un busto muy bien dotado, ni tampoco grandes nalgas. Pero lo compensaba con una cara de ángel increíble, unos ojos azules que cuando los mirabas parecía mirar el cielo, unos labios que
parecían rubies.
Ella recien había llegado al pueblo de
Fujiyama, era verano, con lo cual iba a
pasarlo entero en ese precioso pueblo
cerca de las montañas.
Su casa era de madera, grande, de dos pisos, con una piscina inmensa que desde ella se podía ver el resto del pueblo, ya que la casa estaba en plena montaña, tenía un mirador el cual se
podía ver el pueblo también.
Ella se estaba instalando en su
habitación, colocando su ropa en el
armario, lo cual le llevaría tiempo,
que aunque se quedarán unos meses,
ella llevaba suficiente ropa como para
1 año. Al terminar de colocar la ropa
decidió ir a visitar el pueblo, para
conocer mejor a los vecinos y las calles de éste. Bajando unas escaleras que había desde la casa a una carretera, llegabas a ésta la cual tenía una bifurcación; al
pueblo o una carretera hacia la ciudad
más próxima.
Ella miró la carretera que llevaba a la ciudad, parecía infinita, así que siguió caminando hasta la entrada del pueblo. Al llegar a la entrada había un cartel que decía:
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"Bienvenidos a Fujiyama, el pueblo
entre las montañas"
2
Ella sonrío, ahí pasaría unos meses,
en ese increíble pueblo que, a simple
vista, parecía precioso y acogedor.
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A simple vista, el pueblo no parecía
muy alegre, pues, no había nadie
joven, todos eran ancianos y ancianas,
que se sentaban en frente de sus
casas a ver pasar el tiempo, había un
solo bar en el pueblo, el cual estaba
cerrado.
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"Mamá, ahora vengo, voy a comprar"
escuchó Akako, se giró hacía la persona que había dicho eso y lo vió, un chico que era más alto que ella, rubio, con el pelo corto y con una camisa de tirantes, que dejaba ver sus brazos musculosos, unos pantalones cortos que le llegaban un poco más arriba de las rodillas, miró a Akako de arriba a abajo, sonrío y se dirijió a ella. 224
-¿Eres de por aquí? No te había visto
nunca-Dijo con una sonrisa.
-Si, bueno..acabamos de llegar aquí para pasar el verano con mis padres, nos hemos instalado en nuestra casa de verano-Dijo, señalando la casa que se podía entrever entre los árboles de las montañas.
-Ahá, con que ahí, eh-Dijo Hayate
entrecerrando los ojos para
distinguir mejor donde se situaba la
casa-Un placer conocerte, me llamo
Hayate-Tras decir esto Akako vió los
ojos verdes de Hayate.
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-Yo Akako, encantada-Dijo con una
sonrisa-Hayate inclinó la cabeza y
le dio dos besos en la mejilla, olía a
ligeramente a Limón.
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-¿Quieres que nos veamos ésta noche para que te enseñe el pueblo, así la gente no nos mirará- Miró de reojo a los ancianos sentados delante de sus casas.
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-Claro, por supuesto-Dijo Akako. - Bien,
pues-Dijo Hayate- hasta luego-se fue
corriendo.
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Akako se dio media vuelta, miró de
reojo a Hayate irse y fue hacia su casa.
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Paraiso Erótico (Icha icha Paradise)
Roman d'amourLas nota e historias mentales de muchos adolescentes... Historias que solo se pueden leer pues la posibilidad de que te pase a ti es la misma de la que yo, como autor, cobre dinero por este libro.