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wait for meᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᵉˡᵉᵛᵉⁿ

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ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᵉˡᵉᵛᵉⁿ

Esa noche un tres de diciembre, todos regresaron alegres del partido. Un juego exitoso para la Argentina, de nuevo. La emoción colapsaba en las calles de Doha, y también en los jugadores.

Julián, que había sido clave para la victoria de ese evento, no estuvo de menos. Todos los jugadores descargaron sus últimas energías en salir de fiesta, fueron específicamente a una nueva discoteca en el centro de la ciudad, colocada por un extranjero latinoamericano buscando la fiesta de los jóvenes en todas partes del mundo.

Cuando el lugar se llenaba de gente, cada vez más argentinos aparecían. Los jugadores tenían a la seguridad arriba, pero nunca les impidió divertirse.

—¿Juli?— escuchó Julián detrás de él. Era Lilianne, no tenía la menor idea de cómo hacía para encontrarse con ella en todos lados.

—Lili, qué sorpresa— contestó el con una sonrisa un poco molesta. Seguía con terror de encontrarse a Mar justo cuando ella aparecía.

—¿Estás con Martu?— preguntó la otra sin las mejores intenciones, esperaba que él le avisara que no estaban más juntos, y su plan finalmente llegaría a su fin.

—Ehh— dudó —Vinimos sólo los de la selección— le dijo finalmente. Lilianne sonrió.

—Vayamos a tomar algo— indicó mientras lo agarraba de la muñeca y lo llevaba a la barra.

—Water, please— le pidió Julián al bartender con un acento cordobés infaltable.
(Agua, por favor)

—Pero pedite algo más divertido— se quejó Lilianne. Agarró la carta y le pidió al señor una de las primeras bebidas que aparecía.

—Estoy bien así, gracias— expresó él con un poco de enojo.

—Jugaste muy bien hoy— intervino Lilianne con una sonrisa coqueta.

—Gracias, ¿viniste al partido?— preguntó dudoso.

—No, las entradas eran carisimas— rió de forma boba —Pero sé que siempre jugas bien—.

—Ah, bueno— contestó Julián incómodo. Sabía que Lilianne había estado enamorada de él por mucho tiempo, se preguntaba a si mismo si podría seguir estandolo.

Lejos del bar, se encontraban varios de los jugadores bailando y sacando charla unos a otros.

—Eu, ¿ese no es el Juli?— preguntó Leo al resto del grupo señalando al chico.

—Sí, está con la novia, me parece que se arreglaron— aclaró Mac Allister creyéndose un sabiondo.

—No, no. La novia es morocha, yo a esa chica la veo rubia mal— se quejó el Dibu revoleando su fernet.

—Busquemos al Enzito para que nos de una mano— opinó Di María.

La banda recorrió todo el boliche hasta encontrar a Enzo. Le contaron lo que vieron y él accedió a ayudar. Ninguno de los jugadores tenía mejor plan nocturno que ese.

Lucky - Julián AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora