Decreto educacional No. 24

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"Decreto educacional No. 24

De ahora en adelante quedan disueltas todas las organizaciones y sociedades, y todos los equipos, grupos y clubes.
Se considerará organización, sociedad, equipo, grupo o club cualquier reunión asidua de tres o más estudiantes."

Leyó Eli en su mente, frunciendo el ceño con confusion.

Suena estupidamente ridículo.

Pensó caminando hacia el Gran salón para desayunar, moría de hambre definitivamente.

La mañana paso con calma, al entrar en el salón de pociones se encontro con un grupo llegando primero que todos.

—Uh, buen día profesor. —Se apresuró a decir la pelirroja que se sentaba al lado de Potter.

Weasley

Se recordo a si mismo.

—Buen día señorita, Weasley. —Sonrio ligeramente mirando a la otra. —Señorita Potter, joven Granger.

El par asintió con la cabeza, saludando de vuelta. Susurraban cosas verdaderamente extrañas.

—Si bueno, rose de todas formas tengo detención con Umbridge hoy. —Potter se apresuró a cortar la conversación cuando se llenaba el aula.

Severus como siempre haciendo su gran aparición después que sus alumnos, Elijah ya había aprendido eso y también el desprecio que tenía por los Gryffindor, en especial Potter.

—Hoy prepararemos...

Bla bla bla, bla bla bla Potter bla bla bla.

Se decía el chico en su cabeza recorriendo la clase con los ojos hasta que severus lo miro con desprecio infinito.

—Profesor Dumbledore... Me parece que si va a burlarse de mí clase, preferiría que lo hiciera en su vacía e inverosímil mente. —Siseo acercándose, Elijah noto como podría ser víctima de asesinato ahí mismo, frente a toda la clase expectante.

—Ofrezco mis más sinceras disculpas profesor. Claro está que no tenía ninguna intención de burlarme de su clase. —Trato de disimular la risotada que tenía atorada en su garganta. Sentía que podía simplemente reírse en la cara de Snape.

Claro está que no lo hizo.

—Bien... —y después de un largo momento incómodo, continuo con su clase de frecuentes insultos a Potter.

...

Sus piernas lo guiaban a la oficina de la profesora McGonagall, listo para tomar aquella taza de te que ella le había ofrecido en el almuerzo. Ubicarse seguía siendo difícil y extrañamente termino en el otro lado del castillo.

—Ten cuidado con lo que dices, Potter. Podrían acusarte con tu mami —Una conocida voz pronunció las crueles palabras. Elijah en su rol de profesor se acercó para ver qué pasaba, aunque parecía que la chica tenía todo bajo control.

—No, pero podría contarle a tu padre. De todas formas lo veré está noche. —La sonrisa en la cara de Harriet era de pura victoria.

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