Madre

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'Te amo hijo, espero haber hecho bien las cosas. No dejes que los enemigos nublen lo que eres jamás, hay mucha gente que te quiere sin condiciones o sin algo a cambio pero hay otra mucha que querrá ese trono tuyo. Aprende esas diferencias con quiénes te rodean mi pequeño suleiman. Mi amor siempre va a acompañarte en tus batallas y victorias'

'Madre no...'

'Shh...Me voy feliz de mi palacio, extraño a tú padre y quiero verlo. Tú cuida de Hürrem por favor tendrá nueve meses complicados y lleno de cambios, ella se quemará por ti y te acompañará en lo que necesites.'

Las Últimas palabras de hafsa aún rondaban la cabeza de Suleyman, el se estaba volviendo loco del dolor en sus aposentos, Ella murió con una sonrisa.

-Majestad.-llamo Hürrem.

-Vuelve con los niños.

-Usted me necesita.

-Soy el Sultán, estaré bien.-El hombre de barba larga y mirada fuerte se dedicó a mirar a su esposa, con la frente en alto y una postura perfecta trato de mantenerse firme hasta que su esposa lo envolvió en sus brazos y el con desespero se aferró a su ropa y lloro desconsoladamente en su hombro.

-Shhh, está bien. Todo estará bien, porque no lo dejaré ni un minuto...

-Hürrem, se ha ido. ¿Que pasará ahora?

-Vivira en el reino de allah y nos cuidara, será la estrella más brillante del cielo.

-Como podré vivir sin mi madre y su sonrisa...

-...-Hurrem se removió incómoda, ella también perdió a toda su familia y lo único que tenía de su pasado era su hermana.

-Lo lamento, se que perdiste tú familia. Fui insensible.

-No, el dolor de la perdida no tiene estatus social ni económico, puede llorar todo lo que quiera...-El hombre se acostó en su cama con su esposa al lado, ella tocaba su brazo amorosamente mientras el trataba de dormir, desde que la sultana se había complicado por razones desconocidas el no durmió para cuidarla hasta escuchar sus últimas palabras y tras eso su último aliento.

🥀

Mucha gente llegó al palacio ese día, Todos los nietos de la sultana estaban reunidos en una habitación aparte, de los pequeños ojos de Mihrimah caían lagrimas saladas, la pequeña no era tonta, sabía que su abuela había partido. En su corazón aquella dulce mujer ahora se encontraba en el mar, el viento y las flores, no importa cuánto pase, encontraria a su abuela en todo lo que amaba en vida.

Mehmed lloraba la ausencia de la mujer en silencio, se debatía si mostrar su llanto o simplemente seguir desviando la mirada, el era el hijo del sultán y no debía verse débil ¿Cierto?

Mustafa se refugio en los brazos de Hürrem quien fue la que le explicó a los más pequeños que es lo que había sucedido, su llanto era incontrolable pero no escandaloso. La Haseki sabía que todos estos niños estaban sufriendo mucho.

-La madre sultana me pidió que te cuidara.-Confeso Hürrem.

-¿Mi abuela pidió eso?

-Si, cuando hable con ella me dijo que cuide de cada uno de ustedes. Especialmente tú mustafa y así lo haré, no dudes en venir a mi.-El pequeño abrazo a la pelirroja hasta que su madre entro por la puerta y se lo llevó a regañadientes, aún la cercanía con Hürrem era un motivo de molestia. Pero Hürrem ya no toleraria más nada de esa mujer.

Serpiente RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora