"Un mundo donde los humanos y los hombres bestia conviven, no hay detalles exactos de la primera existencia de las razas, lo que tenemos bastante claro es que nuestro planeta es nombrado: Nexodia"
"Nexodia un lugar lleno de creencias..."
Las luces de una habitación llena de esculturas angelicales se van encendiendo con potencia mientras el maestro de cartas en su mente continua el discurso en su mente.
"Mi gran creencia está basada en aquella hasta cierto punto olvidada por el mundo de los humanos: la estrella de David. Admiradora suprema del ciclo de cualquier existencia, bendita entre su luz y su oscuridad te aguarda, únicamente regida por un único Dios quien la sostiene en sus manos llevándola hacia algún destino"
"Aquellas existencias que aceptan la estrella de David aceptan un Dios supremo, aceptan que ese Dios se materializa en miles de entidades, aceptan que todas las acciones tienen consecuencias basada en leyes que te otorgan el Karma"
"En resumidas palabras somos ese alguien que buscan hacer lo correcto mientras su ciclo existencial llega a su final puesto ciertamente muy pocas cosas son precisamente eternas"
Mientras el pingüino va caminando por la sala se muestran luces fantasmagóricas que lo rodean, el discurso continuo en su cabeza mientras entrecierra sus ojos.
"La estrella de David es parte del motivo de mi existencia, por esa razón no puedo concebir otra creencia diferente... porque es parte mí y del todos"
La habitación de tonalidad azulada se hacía con cada paso más visible, especialmente la enorme escultura de la estrella de David, de un color plateado rodeada de pequeñas galaxias que hacían un todo.
Pirota al verla esbozo una sonrisa con su pico mientras se arrodillaba ante la representación.
-Dios te doy las gracias por el camino que me otorgaste y las personas que ayude en el pasado gracias a tus designios, los círculos giran como las personas también.
La estrella de David en su representación de todo lo existente, Pirota dejaba que su alma se expandiera en el círculo existencial por lo que las luces fantasmales se mostraban en todo su esplendor.
La conexión de la mente con el alma era tan potente que aquellos reflejos ectoplasmicos revelaban visiones del pasado del maestro de Cartas, algunas de esperanza como otras de tristeza... especialmente aquella que regreso al ver aquellos inocentes Pandas.
Flashback:
La escena ocurre a plena luz del día, Pirota al ser un niño sale del bosque hasta la extensión de una enorme pradera, su rostro inocente queda impresionado ante la barbaridad que estaba por presenciar.
Una infinidad de hombres bestia empalados de manera brutal: Tigres, Águilas, Gorilas cachorros, ballenas, tiburones, Jirafas, etc... el hombre bestia que menos pensabas con su cabeza ensartada en una lanza metálica y el cuerpo convertido en la nada.
Pirota en un momento se le salieron las lágrimas mientras decía con inocencia.
-¿Quién hizo...esto?
-¡Los MALDITOS seres vivientes!- contestó a sus cercanías una voz con amargura.
Escondido entre arboles cercanos se encontraba una joven pantera encapuchada la cual era reconocible por la forma de su hocico, sus dientes los apretaba tan fuerte que sus encías sangraban.
El pequeño pingüino pese a la horrible escena no apartaba la mirada mientras por el hocico de la Pantera rodaban algunas pequeñas lágrimas.
-No hicimos nada malo, simplemente nos reunimos para festejar el Orgullo de la Gran bestia y llegaron lo de la Iglesia de Susanato con aquellos escudos, todos enloquecieron al reflejarse en ellos y luego aparecieron los Aliades acabando con todos.
En el instante que la pantera le relataba los sucesos los pequeños ojos de Pirota por gracia del ciclo de la vida se vieron reflejado con las luces fantasmales que le hicieron admirar todo lo acontecido sin censura alguna.
En ese instante el pingüino se aprieta las patas contras el pico al punto de fracturárselo, la Pantera al notar lo acontecido lo abrazo con fuerzas diciéndole.
-Hay que ser fuerte... vienen tiempos difíciles...
Fin del Flashback...
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El alma del Maestro de cartas seguía mostrando las visiones de su pasado hasta que estas se unificaron en la presencia de una figura humana que si bien para ojos ajenas era indivisible para el hombre bestia era sin dudas muy nítida, aquella voz le dijo con cariño.
-Realmente eres una persona muy fuerte, siempre desee ser tan fuerte como tú lo eres.
-Ciertamente ya lo eres, por eso ya eres libre- contestó el pingüino respondiendo con tranquilidad.
-¿Algún día poder ver tu mundo?- pregunto el humano con cierta duda.
-Cuando sea un lugar mejor prometo podrás visitarme, mientras tanto esto es lo más cercano que podremos estar, luchaste demasiado como para enfrentarte a una prueba la cual me corresponde únicamente a mí- contestó el pingüino moviendo sus patas con firmeza- por eso por favor descansa hasta ese momento.
La cabeza del humano asintió mientras las luces volvían a su dueño quien era el maestro de cartas, el momento fue interrumpido por unos pasos de alguien accediendo al santuario, Pirota el pingüino giro despacio hasta encontrarse con la efigie de su amigo la Pantera.
Ojos verdes claros que contrataban con sus casi dos metros de altura, cuerpo musculado, portando unos harapos morados con gorro a juego muy similar al personaje de esa historia del mundo de los humanos llamada Robin Hood, incluso el impresionado arco de madera colgando en su espalda.
-Sabía que te encontraría en este sitio, Enano.
-Como se nota ya me conoces Sullivaan- contesto Pirota acomodando el monóculo.
-Los años no pasan en vano en lo absoluto- contestó la Pantera sonriendo de oreja a oreja-, requiero que me traduzcas otro de esos libros raros.
-¿Te volvieron a romper el corazón?- preguntó Pirota bromeando.
-¡NO!¡Esta ocasión no sucedió! - exclamó la pantera aterrada con la idea.
-Llevas años leyendo esos libros sobre relaciones de pareja... incluso los de épocas muy antiguas... contestó Pirota quien iba en dirección a su amigo.
-¡Es bueno estar informado! ¡especialmente luego de 500 relaciones sentimentales! - exclamó la pantera haciendo drama al recordar su cantidad de relaciones fallidas.
-No creo que vayamos encontrar nada nuevo sobre el tema, aunque... si eso te tranquiliza... es lo importante- aclaró Pirota estrechándole la pata a su compañero-, me alegra verte luego de tantos meses.
-¡Especialmente a mí, Enano!- exclamó la Pantera quien se abalanzo contra el elegante pingüino mientras lloriqueaba- ¡Fue horrible! ¡Mi última relación solamente duro 1 hora! ¡Esa hiena me dijo que no le gustaban los negros! ¡Me dijo NEGRO! ¡Las panteras somos de ese color como si eso fuese un problema! ¡Y lo peor es que todo lo vio mi primer EX el Tucán! ¡Fue de lo peor!
-De verdad para el cuerpo que tienes eres ciertamente un niño en esos temas...- susurró Pirota de manera sarcástica.
-¡Enano waaaah! ¡ayúdame por favor waaahhh!- lloraba la Pantera al punto que sus sollozos resonaban en el santuario.
-¡TE AYUDARE PERO DEJA DE EMPAPAR MI ROPA CON TUS LAGRIMAS Y SUELTAME!- gritó Pirota buscando zafarse de su amigo Sullivaan quien se le aferraba con más fuerzas al punto de dejarlo casi sin oxigeno
Justo en ese mismo instante en las afueras del santuario una cabra con ropa playera portando un radio rectangular en uno de sus brazos estaba reproduciendo la canción del mundo humano titulada Never Ending Story de ese cantante llamado Limahl como si el destino sabio que algo especial estaba por suceder.
Continuara...
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El maestro de las cartas.
FantasíaEsta es la historia de Pirota Bartolomet un Pinguino antropomorfico con grandes dotes en la hechiceria, vive en el reinado de Furland donde existe una guerra entre humanos y hombres bestia por causa de la iglesia y de sus sirvientes: Los aliades. ¿L...