... Enamorada de un joven león que solo con ella se muestra totalmente diferente... Dos caras, una persona... Muerte y vida... El juego de tronos, lleno de sangre y desesperación, vida y muerte.
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--Un dragón no puede ser dominado por leones, mucho...
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Desperté por los molestos rayos de sol en mi rostro, anoche fue la más romántica que tuve con joffrey, intente levantarme de la cama pero una mano firme me lo impedía, al levantar la mirada me asusté por un momento, pero me tranquilice, soy su esposa ahora y nadie nos diera nada.
Me reí de mis pensamientos, si nos hubieran encontrado así la última vez que tuvimos intimidad se abría formado un escándalo enorme.
Levanté la mirada y empece a detallar el rostro de mi ahora esposo, le di un beso en la comisura de sus labios y con cuidado para no despertarlo me levanté, podía sentir su semilla seca entre mis muslos y no pude evitar sonrojarme, tome la bata que estaba en la mesa frente a la cama, estoy segura la dejaron mis criadas por el diseño y la tela.
Quise darle una mejor mirada a mis nuevos aposentos, tres ventanales altos estaban frente a la cama a unos metros, el espacio era increíble, avían dos puertas a mi derecha y otras dos a mi izquierda, se que la puerta más bajita es la entra.
La otra puerta era un misterio, camine en esa dirección y al abrirla me encontré con todas mis cosas, la mesa con los mapas, las piezas de guerra y todo lo demás, pero no te algo extraño en un cuadro, en este cuarto no hay ventanas pero siento una leve brisa, cerré la puerta para investigar.
Fui en dirección al cuadro y lo empecé a investigar, me sorprendí y alegre al mismo tiempo, al mover un poco el cuadro se abre un pasadizo. Después de mi pequeño descubrimiento salí y recrece a la recamara principal, joffrey seguía dormido ya que el sol no le pega en el rostro.
Fui a investigar las otras dos puertas, una era el increíble baño y la otra era el guarda ropa, todos mis vestidos y trajes estaban ahí, también estaba la ropa de joffrey. Me detuve en unas prendas, eran de color negro y rojo, sonreí al ver esto y en eso sentí una mano en mi cintura.
Mire sobre mi hombro y me encontré con mi esposo, él me robó un beso y sonreí.
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--¿Son los colores de mi casa?-- *le pregunté*--
--Si, estoy pensando cambiar todo mi guardaropa, anoche pedí que nos trajeran el desayuno, tu favorito-- *dijo y me empezó a dar besos en mi cuello*-- Tocino, pan recién horneado, queso de cabra y de beber, leche fría y para el postre, tarta de limón con cubierta de chocolate--
--mmm eso suena delicioso--
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Me di la vuelta para encontrarme con esos ojos azules, pase mis manos al rededor de su cuello y él las suyas por mi cintura, en eso escuchamos que tocan la puerta principal pero después es abierta de golpe, nos asomamos, vemos a Dorin entrar y con unas Yai y Qiuo asustadas con bandejas de comida.
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--Majestades-- *dijeron al unisono cuando nos vieron junto con una reverencia*--
--Lo sentimos, Dorin no quiso esperar --*se disculpo Qiuo*--
