𝐒𝐜𝐨𝐮𝐩𝐬

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-Vamos, ya no llores pequeña, solo ten cuidado la próxima vez ¿de acuerdo? - dijo el Doctor Choi a la pequeña niña que acababa de salir de su consultorio con un brazo enyesado, cuyas lágrimas aún se deslizaban por sus mejillas

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-Vamos, ya no llores pequeña, solo ten cuidado la próxima vez ¿de acuerdo? - dijo el Doctor Choi a la pequeña niña que acababa de salir de su consultorio con un brazo enyesado, cuyas lágrimas aún se deslizaban por sus mejillas.

Observaste atentamente a la niña, no pasaba de los cinco ó seis años, era realmente linda, con sus coletas y moños rosados adornándolas, con el brazo que no estaba lastimado se aferraba tímidamente a su madre, quien atendía a las instrucciones de cuidado del doctor Choi, sin dejar de mirar a su hija, y fue entonces cuando ese pensamiento volvió, como sería tener un hijo, llevarlo al colegio tomado de la mano, consolarlo cuando llora, realmente era algo que llevaba meses en tu cabeza, debías admitir que cada vez te causaba más ilusión...

-Eso sería todo, las espero en su próxima visita programada para revisar cómo ha progresado - la voz del doctor Choi te hizo volver a la realidad.

-Gracias doctor Choi - dijo la madre de la pequeña para después tomarla en brazos y dirigirse al mostrador donde te encontrabas.

-_________, Apenas termines pasa a mi consultorio, mañana tengo mi agenda llena y debo darte algunas indicaciones- te dijo el doctor Choi alzando un poco la voz para que escucharas mientras entraba a su consultorio médico.

-De acuerdo, doctor Choi - respondiste volviendo de inmediato tu atención hacia las personas en el mostrador. -¿Su pago sería en tarjeta o efectivo? - le preguntaste a la madre de la pequeña.

-Tajeta, por favor - respondió limpiando las lágrimas de su hija suavemente con su mano, lo cual te conmovió bastante y le regalaste una pequeña sonrisa mientras introducía la tarjeta en la terminal.

-Sabes, has sido muy valiente - le dijiste a la pequeña, mientras buscabas un dulce que ocasionalmente le daban a los niños mientras estaban en la sala de espera - la próxima vez te daré dos, porque estarás completamente sana - dijiste dándole una paleta de caramelo la cual aceptó tímidamente.

-Gracias - te dijo la madre de la niña, la cual ya se notaba considerablemente menos preocupada.

-Nos vemos pronto, que te mejores- les respondiste alegremente.

Acomodaste unos cuantos papeles y registraste unos pagos, antes de poner el pequeño anuncio de "El Doctor Choi no está disponible, agradecemos su espera" sobre el mostrador, y entonces te dirigiste al consultorio y tocaste la puerta.

-Adelante - respondió una voz gruesa desde adentro.

Entraste al consultorio cerrando la puerta tras de ti y ahí estaba frente a su escritorio, en su silla, casi recostado; dejando caer todo el peso de su cuerpo en esta, su bata abierta y su estetoscopio aún en su cuello, con los ojos cerrados pues había tenido una jornada muy pesada.

Pasaron unos cuantos segundos y al no sentir tu presencia se incorporó lentamente abriendo sus ojos, y ahí te encontró frente a la puerta, cruzando los brazos con un semblante de reproche casi triste.

Seventeen; SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora