La habitación 1

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Aquellos ojos de color caramelo aparecen en mis sueños, sus dedos están dentro de mi un par de veces antes de hacerme suya. Despierto mojada pensando en aquel hombre, el lado de mi cama está vacío tal vez lo qué pasó en esta madrugada solo fue una fantasía.

Acomodo mi cabello rubio antes de estirarme por toda la cama, siento mi cuerpo agotado pero aún así me obligo a levantarme y disfrutar la bañera mientras contemplo por la ventana del vigésimo piso la vista.

La alarma de mi celular suena varias veces mientras me envuelvo con la toalla blanca, aún hay tiempo para llegar a mi primer día de trabajo pienso. El vestido azul queda apretado en los lugares correctos sin parecer que deseo un ascenso, me coloco un poco de labial y me preparo en la cocina un par de frutas con yogurt de fresa.

 El vestido azul queda apretado en los lugares correctos sin parecer que deseo un ascenso, me coloco un poco de labial y me preparo en la cocina un par de frutas con yogurt de fresa

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Reviso mis redes sociales, mensajes de amigas preguntando sobre lo sucedido anoche me hacen recordar brevemente los besos por todo mi cuerpo. Agarro mis llaves y bolso antes de salir del departamento, aunque no queda retirado de la ciudad el tráfico puede provocar que cinco minutos se conviertan en dos horas.

Manejo el carro regalado por mis padres hace unos días por mi primer trabajo después de terminar la carrera de negocios internacionales, coloco la radio dejando que la musica haga efecto en mis emociones. Salgo del carro entregándole las llaves al valet parking, me da los buenos días antes de subirse al carro e irse.

Es inevitable no alzar la vista tratando de encontrar el último piso a este monstruoso edificio, es uno de los más nuevos de la ciudad que hasta cuenta con su propio museo abierto los fines de semana y todo esto le pertenece a mi nuevo jefe que no...

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Es inevitable no alzar la vista tratando de encontrar el último piso a este monstruoso edificio, es uno de los más nuevos de la ciudad que hasta cuenta con su propio museo abierto los fines de semana y todo esto le pertenece a mi nuevo jefe que no suele hacer apariciones públicas.

Al no contar todavía con mi tarjeta de empleada camino hacia la recepción que está con dos mujeres hermosas de cabello castaño, parecen sacadas de una pasarela de moda en Francia.

—Buenos días, me han dicho que vaya al piso cincuenta por el nuevo empleo -les empiezo a decir notando sus miradas que me examinan de arriba a bajo, asienten y una empieza a buscar en su computadora.

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⏰ Última actualización: May 01, 2023 ⏰

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