Capitulo 4

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Narra, Ale
Era ya mi última noche en Los Ángeles, ya me había despedido de mis amigos y amigas, fue una despedida muy triste-pero así son las despedidas ,¿no?- estaba tirada sobre mi cama muy triste y a la ves algo molesta pero ya había prometido a mi papa apoyarlo. Me quede dormida sin darme cuenta.
Alguien toco la puerta de mi habitación, lo cual hizo que yo despertara de golpe, me levante y la abrí. Era mi mama con cara de estresada y preocupada, encambio yo tenia cara de sueño de ¿que haces tocando mi puerta tan temprano?

-¿Que paso mama?- le dije, sin ánimos, ella me miro fijamente como que analisandone al cabo de un rato sonrió -hija hoy nos vamos en unas horas a Tejas, preparate- dijo mi madre, yo sonrei sin ganas y le asenti con la cabeza. Ella sonrió y se fue dejando cerrada mi puerta.

Ya había empacado todas mis cosas, mi habitación estaba vacía y mis muebles sin nada encima. Me entristecía dejar mi habitación habían pasado tantas cosas ahí y se me hacía nostálgico dejarlo todo.

Me di una ducha rápida y me vestí con unos jeans azules y una blusa rosada, me deje el cabello suelto, me puse mis convers rasados como mi blusa y salí de mi habitación, cuando baje ya no había ni un solo mueble, los camiones de mudanza ya se habían llevado todo, habían estado trasladando les cosas desde hace dos días, hoy solo regresarían a traer lo que hay en las habiataciones de todos y lo llevarían a Tejas. La casa se veia mucho mas grande asi vacia. Salimos de la casa, nos subimos al auto y nos encaminamos al aeropuerto.

Iba pensando en como rayos le haría para acoplarme y lo peor de todo era que nos estábamos llendo en lunes entonces todo el resto de la samana tendría que ir a estudiar. Llegamos al aeropuerto y dimos nuestros boletos para el avión. Ya estábamos cada quien en su asiento lamentablemente me toco un lugar lejos de mi familia por lo que tube que sentarme a la par de para mi buena suerte un chico mas o menos de mi edad muy simparico por cierto. Sus ojos eran color avellana, su cabello alborotado levemente le hacia ver sexy y de color castaño obscuro, se vei alto aunque no tanto y de tes moreno un moreno leve y muy atractivo.

-¿Disculpa puedo pasar?- pregunte, inocentemente. El chico que estaba distraído no se con que, levanto la vista y se miro de arriba a abajo unas cuantas veces eso me puso sumamente nerviosa, carraspe para intentar hacerlo reaccionar. Sacudió su cabeza y me vio los ojos. -yo...he...me dejas pasar?- volví a preguntar, el asintió con la cabeza y se movió un poco para que yo pudiese pasar yo en un movimiento rápido me senté a su lado. Seguía viéndome atónito y eso me incomodaba entonces decidi sacar conversación, soy muy tímida cierto, pero cuando alguien te esta viendo de esa forma creo que es lo mejor ¿no?

-Y... ¿como te llamas?- le pregunte, no reacciono hasta al cabo de un rato - me llamo Samuel- me contesto con una sonrisa muy sincera que por cierto le devolví -¿Y tu?- me preguntó nervioso, haciendo que me diera ternura -Alejandra pero me dicen Ale- le dije muy tranquila porque ya había dejado de verme tan acosadoramente. Platicamos y molestamos todo el vuelo y me entretuve tanto que no me di cuenta de que ya habíamos llegado y ya casi era hora de aterrizar, nos dimos nuestros numero de teléfono rogando que pudiéramos vernos de nuevo. Ya estando abajo nos despedimos y cada quien tomo su camino.

Ya íbamos camino a la nueva casa y entramos a algo parecido a una colonia pero de lujo solo vi casas hermosas y muy modernas, hasta que el chofer se estación en una casa enorme con un hermoso jardín delantero y un fachada realmente hermosa era como que de espejos y tenía entrada fenomenal. Entre a la casa y era igual o mas hermosa que afuera, al momento en el que entrabas te encontrabas con dos escaleras separadas que se unian al llegar arriba y luego habían mas escaleras pero esta ves solo era una, mirabas en medio de las dos de abajo y te encontrabas con una sala de estar gigante y aun lado tenia una barra de vinos y licores seguí mi camino y me encontre con una cocina enorme, bien equipada con una mesa alta rodeada de unos banco un poco mas bajos que esta como una isla, era tan lindo. Después de la cocina estaba el comedor este tenia una mesa de madera gigante como para unas 12 o 15 personas pero solo tenia bien distribuidas 10 sillas, después del comedor había un pasillo que llamo mucho mi atención, al final de esta haba una puerta de madera bien hecha y con detalles extraordinarios. Abrí la puerta y esta me dejo ver muchos estantes con un sin fin de libros parecía una biblioteca, en medio de todos los estantes había una mesa muy bonita que estaba iluminada por la luz del día que entraba desde arriba de una ventana en el techo -este sera un perfecto escondite para que nadie me moleste cuando este leyendo- dije en voz baja para que solo yo lo escuchara.

Regrese por donde vine pasando de nuevo por todos lugares donde ya habia pasado. Decidi ir a escoger la que seria mi habitacion, entonces subi las escaleras y me encontré con dos pasillos uno de lado izquierdo y el otro de lado derecho, pero me dio curiosidad saber que había subiendo las otra gradas, entonces no puse atención a los pasillo y subí esas escaleras. Cuando llege hasta arriba habian tres puerta de madera en un pasillo largo, abri la prineta puerta y me encontre con un cuarto enorme entre y me sorprendi aun mas, habia al fondo de este un balcon que me dejaba ver un jardin hermoso ,que por cierto no habia visto cuando entre, me quede por un buen rato observando el jardin y luego segui observando la habitacion, cerca de la puerta para entrar había otra puerta me acerqué y la abrí dejandome ver un hermoso y enorme baño tenia una tina y aparte una regadera y claro un inodoro muy extraño por cierto con un lavamanos debajo de un espejo enorme. Cuando me acerque a el vi que tenia algo raro y cuando puse una mano sobre el me di cuenta de que de un lado lo podía mover cono una puerta corredisa. Salí del baño y me encontré con mi madre viendo por el balcón, me acerqué a ella

-Quiero esta habitación para mi- le dije muy emocionada, ella sonrió.

-Eso crei- me confeso con una sonrisa enorme en su rostro -tu padre dijo que cerca de aquí hay un parque con un hermoso bosque- dijo mi madre -talvez te gustaría ir a conocer- dijo, yo sonreí y le asentí con la cabeza -en un rato bajo y voy- le dije muy contenta. Ella salio de mi habitación y bajo dejandome sola en el que ahora era mi cuarto. Me quede observando el color de las paredes y me gusto era un como que crema con azul claro muy bonito ,una muy buena combinacion, cuando llamaron a la puerta.

-Pase- dije, lo mas cortes que pude, y la puerta se abrió dejándome ver a un hombre como de unos 28 años, se veía cansado, agitado y tenia la frente sudada -señorita traemos sus muebles- dijo este -oh... Adelante ¿puede ayudarme a componerlos de una vez?- pregunte, dulcemente el me sonrió y me asintió -claro- dijo gustoso. Entraron varios hombres a dejar mis muebles luego volvieron a salir, se quedaran el muchacho que toco y otros dos mas para ayudarme. Cuando terminamos estaba cansada por el viaje y por todo lo que le hice a mi habitación con los muchachos, al terminar se fueron y les agradecí con mucha sinceridad, me recoste en mi cama que ya estaba tendida y me relaje por un momento, recordé que mi mama había mencionado un parque me levante muy rápido vi mi celular, eran las 4:15 de la tarde, aun podía salir a dar una vuelta a ese lugar. Me puse una blusa rosa como la que andaba puesta pero con mangas de tela finita y salí de mi habitación, baje las escaleras y no había nadie en el segundo piso -deben estar ordenando sus habitaciones aun- dije y baje al primer piso para poder salir.

Cuando estaba afuera me puse mis audífonos y empecé a caminar mientras oía musica, el clima estaba riquisimo no hacia frío ni tampoco calor. Iba muy distraída viendo todo a mi alrededor conociendo y aprendiendo un poco de ese hermoso lugar, que no me di cuenta que alguien venia caminado hacia mi y el también iba distraído hasta que choque contra el.

-Oye, ¿acaso no ves por donde caminas?- me dijo, con voz molesta pero a la vez a mi me pareció sexy. Subí la cabeza y la mirada para poder ver quien era el que me había hablado así y me encontré con un par de lagunas azules muy brillosas, unos labios rosados muy lindos que forman una fina linea horizontal de enojo y un cabello rubio algo alboratado que hacia que se viera sumamente sexy, mordi mi labio inferior.

-Lo...lo siento- tartamudie -no...no fue mi intecion- volviba tartamudear, el me vio atónito y no me dijo nada se separo de mi y me vio de pies a cabeza por un rato, eso ya me estaba incomodando, sorei de forma timida, y empecé a alejarme para poder continuar con mi camino, pero unas manos no me lo permitieron volví para ver quien era y me volví a encontrar con esas lagunas azules, me sorprendió porque no creí que fuera hacer eso.

-¿Eres nueva? verdad- me pregunto, yo asenti con la cabeza -mmm... Y te gustaría que en tu primer día estando aquí alguien te folle- me dijo con una sonrisa picara, lo vi con indignación y asco, me solte de su agarrre le negué con la cabeza y seguí con mi camino. -que le pasa a ese chico, ¿como se le ocurre decirme eso?- pensé para mi. Iba realmente molesta por lo que paso en ese lugar.

Es que acaso se creía que le diría que si, es cierto que estaba guapo pero, ¿quien se cree que es?, es un idiota, si definitivamente eso es.

¡Desde que te conoci!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora