Epílogo

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Me perdí,
aunque fuese acompañada,
aunque mis lágrimas
no fueran vanas.
Me perdí,
sin entender nada.
Respirando la ansiedad
que me provocaba
el desfallecimiento
de las personas cercanas.
En el vagón de la discordia,
donde los cuerpos
se alejan de sus casas
pero sus voces
aguantan refugiadas.
Un último aliento
que deseara palparse
en mi garganta,
que me diese la orientación
para encontrar la calma.

Sara Pavón

Bailando  entre las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora