Me perdí,
aunque fuese acompañada,
aunque mis lágrimas
no fueran vanas.
Me perdí,
sin entender nada.
Respirando la ansiedad
que me provocaba
el desfallecimiento
de las personas cercanas.
En el vagón de la discordia,
donde los cuerpos
se alejan de sus casas
pero sus voces
aguantan refugiadas.
Un último aliento
que deseara palparse
en mi garganta,
que me diese la orientación
para encontrar la calma.Sara Pavón
ESTÁS LEYENDO
Bailando entre las sombras
Short StoryUna chica y su libro favorito, Un terrible sueño y el miedo a no despertar jamás. El lado más oscuro de la vida se revela en esta historia que nos lleva a un pasado distante, gris y muy actual, un pasado que nos acecha, oscurece nuestros días y pued...