— Vamos entren, deben de tener frío.
Yo y Jake fuimos los últimos en bajarnos del autobús, Harold nos invitó del chocolate caliente que había preparado para todos.
Me encontraba sentado en una silla y adelante de mi una gran mesa, degustando del líquido cálido bajar por mí garganta seca.
— Ha venido mucha gente aquí, Harold?
Preguntó Jake. Siempre tan curioso.
— La verdad hace tiempo no venían por este Campamento, creo que la última vez que se dió fue hace como dos años.
— ¿Vives aquí o en la ciudad?
— ¿Tipo de sangre quieres saber del pobre viejo también? — bromee haciendo que todos se rían y Jake se sonrojara.
Harold sonrió — Tengo mi casa a unos kilómetros de aquí, suelo venir para limpiar y que todo esté en orden.
— A todo esto, ¿qué comeremos? — preguntó Nina.
— En el menú de hoy solo hay salchichas. —Respondió.
— ¿Con aderezo o sin?
Preguntó el rubio haciendo que todos soltaran una carcajada, incluyéndome.
— ¿Qué?
— Tu comentario tiene doble sentido. — le informé.
— Váyanse a la mierda.
— Tranquilo amigo, ¿Qué querés hacer? Podemos explorar el lugar.
— Suena bien. — respondió con una sonrisa.
— Tengan cuidado con los animales del bosque. Ah, por cierto. En cada cabaña es para máximo cuatro personas.
— Está bien, vamos.
— No se vayan a perder. — bromeó Nina.
— Que graciosa, y tu no vayas a hacer un trío con tus amiguitos.
Todos se rieron y Nina apretó la mandíbula.
El campamento poseía un gran terreno y cerca de este había un gran bosque, que apostaría que cualquiera que entrase se perdería. Hasta Harold.
Hacía frío, pero era soportable.
— ¿En cual cabaña dormiremos?
Visualice todas las cabañas hasta que vi una separada del resto, se veía descuidada por fuera. Como si estuviera abandonada y las demás no.
La cabaña número "33"
— A esa.
La señalé con el dedo y después vi a Jake.
Él palideció.
— Pero... esa da miedo.
— No pasa nada, cualquier cosa yo te protejo de la llorona.
El rubio rodeó los ojos. — Está bien...
Comencé a correr hacía la cabaña.
— ¡Oye! ¡No me dejes solo maldito traidor!
Escuché como comenzaba a seguirme la corrida hasta que llegamos a la puerta. Intenté regular mi respiración agitada.
— ¿Cómo me llamaste?
— ¿Eh? — él apenas podía respirar.
— ¿Me llamaste traidor?
— No... — tartamudeó — vamos a entrar.
Abrió de golpe la puerta de la cabaña y se adentro en ella, esperando que lo siguiera.
— Lo dejaré pasar esta vez.
La pintura de la habitación estaba desgastada, necesitaría otra retocada. No había mal olor sorprendentemente, había solo dos camas a diferencia de las demás cabañas que tenían cuatro. Una lámpara colgaba del techo, había una mesa de luz en cada lado de las camas y un gran mueble con cajones y libros encima de este.
— Mira esto.
El rubio me enseñó un cuadro del cual no me había percatado, había una mujer, un hombre y dos niñas en el.
— Dice Familia Dáliz, 1990.
Lo escuché pero comencé a revisar los cajones, para confirmar que nadie había elegido esta cabaña antes.
Solo encontré un cuaderno de tapa negra. Me senté en la cama y acomodé mi cabello, para ver mejor lo que contenía el cuaderno.
"Diario de Sefanian Nobliz, 1998"
— ¿Qué es eso?
Preguntó Jake acercándose para ver.
— Parece ser un diario, pero alta pereza leerlo.
Lo dejé al lado de la lámpara de la mesa de luz.
— ¿Te puedo preguntar algo, ricitos de oro?
— ¿Eh? Por qué me llamás así.
— Es mejor que algún apodo de los idiotas del instituto, no? Además me gustan los rizos de tu cabello.
Confesé antes de quedarme dormido.
💙💙💙
— ¡Levantense! ¡Qué es hora del desayuno!
Exclamó una voz femenina a lo lejos.
— unos minutos más... — balbuceo.
— Oigan, ¿y eso qué es?
— ¿Qué?
Abro los ojos ligeramente para acostumbrarme a la luz, Nina se acerca a la mesa de luz agarrando el cuaderno que posaba ahí.
Me reincorporé con pereza y tallo mis ojos, intentando separar de mi cara el cabello desordenado.
— Es el diario de un tal Sefanian Nobliz.
Nina abrió exageradamente los ojos.
— ¡Ese nombre decía en la foto de la entrada!
— ¿La del chico que murió?
— Si... ¿No lo leyeron?
— Obvio que no, ¿Para que querríamos leer lo que escribió una persona antes de que muriera?
Le pregunté cómo si fuera obvio.
— Dicen que despareció misteriosamente. Y la policía no le dió el interés suficiente para describir que pasó.
Pude ver como sonreía ligeramente y después me miró.
— No.
—Es un rotundo no.
Afirmó Jake de mi lado.
— Dale, ¿No les da curiosidad saber que pasó?
Lo pensamos durante minutos que Nina consideró eternos. Podía sentir su ansiedad al esperar que aceptemos.
— Está bien. Hagámoslo.
Nina sonrió ampliamente.
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¿Who Is The Killer?
Mistério / SuspenseMalcolm Hunt es un chico rebelde, sus padres no saben que más hacer para que sea responsable y piense en su futuro. Le proponen que valla a un campamento en las vacaciones, Malcolm sorprendentemente acepta, sin saber los sucesos extraños que ocurren...