Wicked Game

Capitulo Uno

Capítulo Uno

Kiara:

Cuando termino de ordenar las sábanas color azul en la gran cama de tamaño king que tengo frente a mi, inspecciono que en ellas no haya quedado ni una sola arruga, cuando por fin lo tengo comprobado no puedo evitar que mi mirada viaje al espejo que tiene en la pared del otro lado, donde mi cuerpo se ve y también todos los moretones que tengo en mis brazos desde mis bíceps hasta mis muñecas, todos ellos causados debido a que deje una maldita arruga en la cama de Dante.

Salgo de su habitación verificando que todo esté en perfecto estado, me dirijo por el pasillo hasta llegar a la mía, esta habitación no se siente tan horrible como el resto de la casa, quizá sea porque aún nada malo ha pasado aquí, siempre es en otros lugares. Aún así no la siento como mía, nunca me sentire comoda aquí, este no es mi hogar.

Camino hacia el gran guardarropa que tiene la habitación, es ridículamente enorme, casi del tamaño de la sala de estar de mi antiguo departamento. Busco entre todos los atuendos que tengo alguno que sea capaz de cubrir lo suficiente para que no se vean las marcas de quemaduras en mi escote, los brazos amoratados y el gran corte que tengo en uno de mis muslos. Es mucha tarea para un vestido, pero si no quiero más golpes, debo hacer bien la tarea.

Optó por un vestido de cuello alto color gris, es ajustado a mi figura y llega a un poco más de la mitad de mis muslos, es elegante, bonito y no permitirá que ninguna de mis marcas se vean. Por suerte el clima es frío así que nadie sospechara de un vestido tan conservador.

Me siento frente al espejo en mi tocador e intentó cubrir el moretón que tengo en mi pómulo con todo lo posible hasta hacerlo desaparecer, en mi quijada tengo otro pero este es un poco más sencillo de cubrirlo, luego delineo mis ojos con un smoke marron, unto en mis labios labial mate color bordo también para cubrir mi corte bastante notorio allí.

Como parte de adaptación a mi nueva vida, apenas llegué a la casa de Dante, la primera semana me hizo hacer un curso de maquillaje donde casualmente enseñaban a cubrir golpes y todo tipo de lesiones, eso debió ser una advertencia, aunque de nada hubiese servido, ya estaba condenada.

Una vez que termino de retocar el maquillaje, luzco muy bien frente al espejo, pero solo es una fachada porque por dentro estoy todo menos bien. Es una buena forma de disfrazarse. Pongo un poco de polvo translúcido y finalizo.

No hay evidencia del desastre que soy hoy en día, Dante siempre quiere que luzca impecable, no le gusta ningún cabello fuera de lugar, si hay algo mal, es mi culpa y merezco el castigo que decida darme.

Y por más que luzca perfecta frente a mi reflejo, para él jamás lucire lo suficientemente bien, siempre encontrará algo por lo que criticarme y aunque sea una bofetada darme.

El ha logrado que nunca más me sienta bonita, jamás sentiré que estoy bien conmigo misma porque estoy rota en tantos pedazos que estos se cortan entre sí, causando aún más daño. Él me rompió.

Dos meses llevo en esta casa y en ellos he sido ultrajada, humillada, desplazada, han roto mis sueños, despertado una parte oscura dentro mío que no sabía que existía, esa parte que desea la muerte de algunas personas, me han roto de tal forma que no creo que jamás pueda volver a arreglarme.

Hace dos meses y medio acudí a un evento a pedido de mi padre, jamás creí que mi vida cambiaría tanto o de esta forma. Me sentí feliz cuando supe que debía usar un bonito vestido, me sentí feliz cuando tuve que conversar con gente nueva para conocerla y me sentí muy feliz cuando un atractivo hombre me coqueteo durante un rato largo, pero todo se esfumó cuando mi padre me pidió que lo acompañe un momento afuera y me presento con Dante Salvatore, aunque lucía bien en un traje de dos piezas negro y camisa blanca, algo en él me dio escalofrios, sentí miedo cuando beso mi mano con galanteria... Luego entendí que de verdad existe un sexto sentido a veces porque ese era mi cuerpo advirtiendo que debía correr.