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~Enero, 1982.

El café estaba hirviendo como de costumbre. Los pasos rápidos, las teclas de las máquinas de escribir, algunas computadoras y las charlas se oían en las oficinas del FBI la cual ya me había acostumbrado a trabajar. En octubre de este año cumpliría un año desde que me gradué como detective fiscal para Washington.

La carpeta estaba llena de casos expirados que de alguna u otra forma trataba de rescatar para ver que se podía hacer en solución a aquellos sucesos. A diferencia de otros detectives, no me gustaba rendirme y dejar los casos a mitad o como si no tuviera suficientes pruebas. Justo en eso veo que interrumpen mis pensamientos el sonido de una carpeta llegando a mi mesón.

-Buen día señorita Meat ¿cómo está?

-¡Señor Horacio! ¿bien y usted?

-Bien. Entregando los casos correspondientes para esta semana. Te ha tocado el caso del mes.

Al notar la carpeta vi que era uno que había visto en el periódico hace un par de semanas. "Desaparición de 4 niños pone en pánico a Brookland", decía el titular.

-¡Gracias Horacio! De esto puedo encargarme yo. Tenía muchas ganas de que el señor director del FBI me diera este caso...no sera otro que ira al olvido.

-Así esperamos Rebecca. ¡Suerte!-comentó mi compañero retirándose.

Este caso me importaba mucho. Cuando pequeña sufrí un secuestro de parte de mi propio padre y si no fuera por la detective que me salvó, quisas que hubiera sido de mi. Por eso mi sueño fue desde entonces convertirme en una detective pero no solo para buscar casos y dejarlos inconclusos como hacen mis compañeros sino esforzarme por tener la vocación de solucionarlos y encontrar a las víctimas. Los chicos de aquel caso se veían aproximadamente de unos 13 años y ahora debía ir con sus familias. Subí a mi camioneta amarilla y me dirigí primeramente a la Casa de uno de mis colegas policía, el padre de los gemelos. Al primer toque de timbre salió una mujer con aspecto andragojoso, ojeras y una con cara un poco hinchada debido al llanto.

-¿Si?

-Buenos días señora Marie. Soy la detective Meat-espete mostrando mi credencial-¿seria posible conversar con usted?

-¡Oh! Buen día, claro si pase porfavor-menciono abriendo más la puerta y dándome la libertad para que tomara asiento-¿Desea un café?

-Con 2 de azúcar por favor.

-Aqui tiene

-Gracias. Cuenteme ¿qué tal estos días?-Fue inevitable ver a esa pobre madre llorar. Saque unos pañuelos desechables que traía conmigo y se los ofrecí para que se secara.

-A sido todo muy duro. Mañana se cumple un mes desde que mis pequeños Charlie y Liz están desaparecidos y ni mi esposo como policía ha podido hacer mucho con todo el equipo. Solo estamos rezando a diario para que hayan novedades.

-Comprendo-Dije dando un sorbo de café- cuenteme, ¿Que fue lo último que supo de sus hijos?-Mencioné sacando mi libreta para tomar notas.

-Recuerdo que ellos llevaban una rutina normal. Se juntaban con los otros dos chicos secuestrados que sus familias son de confianza para nosotros  y por tanto, nunca andaban en malos pasos como probando tabaco o drogas. A lo más lejos que salían era a la zona del circo a tres cuadras y nunca de noche.

-¿Algún evento sospechoso antes de la desaparición de ambos?

-Bueno, hace 2 meses aproximadamente le diagnosticaron diabetes a mi Charlie. Fue raro la forma en como se la encontramos pues estaba tirado en la calle desmayado. Fue repentino y estuvo en coma un tiempo. Luego a los días Liz desapareció y luego el...fue todo muy repentino.

-Perfecto. ¿Y qué estaba haciendo en la calle?

-Quizas comprando a algún vendedor ambulante como perro caliente, manzana confitada o helados.

-Perfecto señora Marie. Esto es todo por ahora. Agradezco el café...



~Narra Jey

Cada día parecía una pesadilla. Desde que Tome aquella leche batida subí de peso de forma exagerada y rápido. Mamá y papá estaban preocupados de esta situación. Más que por un tema estético, les preocupaba mi salud. Por más que me ayudaran los médicos, los exámenes y la dieta, no bajaba con nada. Algo tenía aquella leche del heladero y probablemente es la misma que utiliza para crear esos helados de frutilla que tanto amaba Charlie.

Adicional a eso, me sentía completamente solo. Los tres chicos estaban desaparecidos y nadie tenía idea de su paradero. Cuando fui a testificar con el padre de Charlie, descartaron por completo al heladero y no me creyeron. Frustrado decidí ir a cada lugar que podrían haberse caído los chicos con la esperanza de hayarlos pero era inútil. Definitivamente Rod los tenía bien escondidos.

Lo peor fue lo que pasó aquel miércoles por la mañana. No sentí a mamá y a papá ¡Claro! Había una nota en la mesa donde me indicaban que papá se hiria al trabajo y mamá hiria en busca de unos exámenes médicos míos. Debido a eso, no quise salir a la calle por miedo a encontrarme con Rod así que decidí faltar a clases. Todo hiba bien mientras veía televisión y comía un poco de verduras según la dieta, hasta que sentí una frenada de auto. En silencio, caminé de puntillas hasta mi habitación y me asomé por la ventana ¡Era esa maldita furgoneta! ¿Como rayos supo Rod que estaría aquí? Rápidamente tomé mi Honda y algunas piedras que tenía guardada y bajé hasta el primer piso. Eché las llaves en mi bolsillo y procure no hacer tanto ruido para que el heladero no se diera cuenta que estaba allí espiando. Estuve un buen rato mirando por la ventana y no veía nada. Al parecer la furgoneta estaba sola pero de todas maneras traté de ser precavido pues en Rod no se puede confiar. En eso puse una cara del terror; había olvidado por completo que  la puerta trasera estaba abierta por completo.

-Hola niño precioso ¿cómo estás?-Dijo el heladero apareciendo de la nada detrás mío en casa.
Rápidamente atine a darle con la onda. Mientras el hacia un gesto de molestia por las piedras, trate de escapar hacia la calle gritando por ayuda aunque fue difícil correr rápido debido a mi peso. Acto seguido, fue inevitable que Rod me capturara y me drogara como a los demás. Y así es como llegué aqui: a su fábrica, encerrado en una jaula mientras los chicos están frente a mi encerrados como yo.

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¡Hola querid@s lectores!

Lo prometido es deuda *.* así que disfruten el estreno del primer capítulo. Por cierto, Todos los miércoles habrá actualización
Para que estén atentos ._.
Cuídense mucho <3

Ice Scream III: En la fábrica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora