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Ha pasado aproximadamente una semana desde que Jimin está en ese lugar extraño, cree que todo lo que había conocido y al igual que el hecho de cómo regresar a su mundo se hacían cada vez más lejanas.

Ese día era especialmente abrumador por el simple hecho de que algunos guardianes habían ido a verlo y hablar como lo hacían antes, pero al no responderlo le dedicaban una mirada que sin duda no le gustaba y es que no era pena alguna, sino que miraban con anhelo incluso parecía que le dirían que lo extrañan.

Podría reconocer sus rostros, inclusive sus nombres ya que la curiosidad había ganado en el y había leído las primeras páginas del diario del Jimin del cuento. Ahí escribió con lujo de detalles todo sobre sus guardianes así como algunas acciones para no levantar sospecha.

Creía que al no hacer cosas que llamen la atención lo alejaría de todo pero se equivocó por lo que acepto pedir ayuda y al ser alguien muy importante decidió confiar en una persona, su primera guardiana.

Esa misma tarde había solicitado la presencia de ella mientras tomaban té con galletas que solían tener cuando se reunían en el pasado.

– Hola Mimi cómo has estado? ¿Ya está mucho mejor esa cabecita?

Le dijo apenas entró a aquel invernadero donde sería su reunión.

– Por el momento va todo bien, ya no me duele nada.

Soltó Jimin.

Estaba nervioso y su rostro lo delataba por lo que Eunha no espero más y mientras tomaba asiento fue directo al punto.

– Parece que quieres decirme algo, usualmente topas tu muñeca repetidamente cuando estás nervioso. Justo como ahora.

– Es verdad, tengo algo que aún me da miedo admitir, es por eso que quería pedir tu ayuda y también que me creas.

– Confiaré cada palabra que me digas, no por ser una de tus guardianas olvidé el hecho de que eres mi mejor amigo.

– Los recuerdos, todos ellos… han ido desapareciendo, hace poco recordaba algo de mi niñez pero ahora, todo está en blanco. Apenas recuerdo el nombre de cada uno de los guardianes.

Eunha quedó sorprendida ante aquella confesión que la tasa resbaló y cayó al piso partiéndose en pedazos.

– Eso no puede ser verdad, Tae dijo que estaba todo bien, debemos ir con él…

Sujetando su brazo Jimin la detuvo y le decía en voz baja No se lo digas.

– Porqué, porque no quieres. Necesitas ayuda, esto no puede ser normal.

– Lo sé y es por eso que solo te llamé a ti, no tengo mis recuerdos pero si el sentimiento de confianza hacia ti. Quiero resolver esto por mi mismo y no preocupar a los demás.

– Comprendo el hecho de no hacernos preocupar pero somos tus guardianes, somos parte de ti y también somos parte de una familia. Si tu no estas bien ninguno lo estará.

– Lo entiendo, pero necesito resolver esto por mi cuenta. Sé que llegaré un punto en donde me sienta perdido pero hasta que llegue el momento confía en mí

– Confío en ti Jimin, sé que lograrás recuperar tus recuerdos pero hasta que lo logres permíteme seguir cuidándote como lo he hecho hasta ahora, incluso un poco más.

Jimin sentía muy dentro de sí una tristeza inmensa y es por eso que solo la abrazo y le decía Gracias, muchas gracias repetidamente.

– Esa es la primera parte de lo que quería que habláramos – soltó más tranquilo y volviendo a tomar su té de mora – Hay algo que me inquieta y es el hecho de cómo solía comportarme antes del accidente.

Normalmente en las historias que leía el hecho de cómo fue el comportamiento del personaje original daba pistas y es por eso que hacía tal pregunta.

– Hmmm, solías ser distante. Salías mucho pero no para estar con amigos y tal, ibas al bosque a la mañana después del desayuno y regresabas pasada las 6 de la tarde. Solía preguntarte hacia dónde te ibas pero tú al inicio decías “al bosque” pero después solo respondías “ no me molestes”. Creía que al hostigarte empezabas a cansarte de mi presencia por lo que los últimos meses no preguntaba más sobre aquellas salidas y me enfocaba más en los deberes que se me asignaba. Pero unas semanas antes de tu accidente, estabas usualmente feliz. Repetias que estabas feliz, que todo iría muy bien, que ibas a ir a un lugar donde no había tanta responsabilidad.
No comprendía nada de eso pero lo repetías toda la mañana en tu habitación.

Aquello le causó curiosidad en Jimin, podría ser que el Jimin del cuento era el culpable de que esté en ese lugar.

Imposible, no lo conocía…

– Realmente no puedo recordar nada.

– No te preocupes, todo a su tiempo.

– Desearía que haya algo que me dé alguna pista o alguna señal.

– Podríamos intentar ir donde Nam, el mago de la torre.

– Un mago? Existe algo así en este lugar.

– Claro! Podría decirse que es el padre de Yewon, él la crió y la ayudó en algunas cosas. De seguro también nos podría ayudar o al menos guiarnos.

– Es una buena idea, podríamos ir mañana en la mañana.

– Le enviaré una carta para que esté apartada toda la mañana.
No te desanimes Jimin, de seguro ahora estás en una situación donde no sepas ni donde estés parado, pero verás que todo mejorará. Me encargaré de que todo mejore. Por ahora trataré de que no te abrumes mucho y haré que los demás guardianes reduzcan sus visitas hacia ti hasta que estés cómodo.

– Te lo agradezco mucho

Dicho eso último ambos se dirigieron nuevamente hacia la mansión principal. Jimin en su cabeza imaginándose cada escenario que podría haber en el día siguiente así como también si el gran mago lo ayudará.

El Lado Oscuro De La Luna - Km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora