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Quevedo

Por fin. Por fin había vuelto con el amor de mi vida, pero ahora tenía otro problema, volver con él otro amor de mi vida. Los Lakers. Tendría que ir a las oficinas a hablar con ellos. Y hablar con Alma, por si está dispuesta a aceptarme de nuevo.

–Amor.

–¿Si?

–¿Volverías a aceptarme en los Lakers?

–Claro.

–De puta madre, ahora solo falta hablar con la federación…

–Hazlo.

–Lo haré. Que me llamen "blanco", divertido no es.

–Ya… son estúpidos. Nunca me han caído bien.

–Bueno, me dan igual –la rodeo con mis brazos.

Es como si necesitase de ella para estar tranquilo. Se acomoda en mis brazos y me deja un beso en mi cuello. Me encanta cuando hace eso, lo de besarme en cualquier parte y momento sin que yo me lo espere.

–Te echaba de menos.

–Y yo a ti, morena.

–Lo sé –besé sus labios.

Esos que me parecían tan dulces, que tanto me encantaban.

–No más separados, por dios…

–No más, te lo prometo –junté mi frente con la suya. Sonríe y deja un besito en mi nariz. La amo.

–No puedo esperar a que acabe la temporada para escaparme contigo.

–Siiii, viajee.

–A donde tú quieras –sonrió.

–Mmm… Alaska.

–Buf, qué frío…

–Por esoooo.

–Pues a Alaska –esa sonrisa vale millones.

–Vamooos.

En todos los partidos ganábamos, no sé si era por mi, no sé si por ellos, pero los Bulls estaban triunfando gracias a mí. Esta es literalmente la mejor temporada que van a tener, porque en cuanto me vaya, van a caer bajo de nuevo. Y ellos lo sabían.

–¿Cuando terminas tú contrato, blanco? –otra vez con el blanco.

–En cuanto acabe la temporada.

–¡¿Qué dices?!

–Sí, negro –yo también sé vacilar.

–No puedes irte.

–Me lo vas a decir tú.

–Una pena, has hecho al equipo resurgir de sus cenizas.

–Una pena que en cuanto me vaya volváis a estar en la mierda.

–Como se nota que eres de los Lakers…

–Nada que ver.

–Nada que ver, sí, todos prepotentes, mirando al resto por encima del puto hombro.

–Mira, no hables sin saber, puede que los demás sí lo sean, pero yo no, pero como no me conoces, vas a opinar de mí como si nada.

–Bah. Capullo.

Me la suda. Total, ya he hablado con la federación, volveré para la siguiente temporada. Jugaré los próximos partidos, y a la mierda. No podía esperar para volver a verlos, eran como una segunda familia.

Alma

Y dos meses después Pedro volvió al equipo. Todos estábamos muy felices de que estuviera con nosotros de nuevo. Excepto Biza, ese no quería verlo ni en pintura. Y lo peor es que lo hacía notar. Quedaba un mes de partidos, de la temporada, y en cuanto acabará nos iríamos a ese viaje que tantas ganas tenía.

Partidos y corazones [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora