— Señor... — apenas logro decir cuando él me da un golpe de puño cerrado en la mejilla haciéndome caer al suelo con fuerza.
— ¡Hope! — Trevor corre hasta mi y me sujeta de las mejillas.
Escupo sangre. Me rompió parte del labio.
— Hope... — me mira preocupado.
— Estoy bien, estoy bien — tengo la necesidad de repetirlo para que sepa que es verdad.
— Hope — Adam corre hasta mi y se arrodilla junto a mi. — ¿Qué...?
— Estoy bien, si — digo y me pongo de pie con su ayuda.
— ¿Señor por qué hizo eso? — pregunta Trevor apretando las manos en puños con fuerza.
— ¿Que paso? — Adam agrava su voz y me hace vibrar.
— La próxima vez que metas a mis hombres es tus asuntos maritales yo mismo te mataré con mis propias manos — dice con seriedad mi antiguo jefe. Quién es hermano de Benedict.
Creí que él estaba muerto, pero tal parece que no. Su cara solo me trae tan malos recuerdos. Desearía jamás haberlo recordado.
— Dimitri, hermano, no te corresponde a ti dar ningún castigo — me defiende Benedict.
— Ya no son sus hombres y en lo que a mí respecta usted está muerto — lo miro desafiante y los demás me miran algo asombrados pero no dicen nada. — Si vuelve a tocarme me aseguraré de sumergir su cuerpo en ácido mientras aún está vivo — digo amenazante y él traga duro. — Vámonos, quiero limpiarme la sangre. Antes de que yo misma mate a alguien — doy la vuelta y camino con calma.
La última vez que ví a Dimitri, tenía el cabello más negro y sin tantas arrugas. Ahora su cabello está gris y se notan los años en su piel; pero su cuerpo sigue siendo fuerte y duro, al igual que su puños. Fue mi primer jefe dentro de un escuadrón del que Adam no me habló. No logro recordar bien en dónde. La imágenes se mueven en mi mente a toda velocidad
Pongo la mano en mi mejilla, está caliente, pero no me duele. Siento mi sangre correr caliente por todo mi cuerpo, siento mis puños picar quiero golpear algo, quiero romper todo a mi paso. Tengo una gran necesidad de liberar toda esta adrenalina que me hace dar escalofríos.
Al salir del hospital veo al taxista esperándome apoyado sobre su auto con una expresión de mal humor.
— Yo le pagaré — dice Benedict, pasando por mi lado. Le paga al taxista, y se sube al auto no sin antes darme una mirada de enojo, lo miro indiferente y camino en dirección contraria los demás que están saliendo del hospital.
— Hope — siento los pasos apresurados de Adam. Me sujeta de la muñeca con delicadeza y me hace mirarlo. Abre la boca para decir algo pero me adelanto.
— Él era jefe de un escuadrón ¿Cuál? — digo y él mira hacia otro lado — Dime, se quién es y lo recuerdo pero no puedo recordar más allá de lo que se de él... Dime — le suplico. Él me mira con ojos tristes.
— Él fue nuestro primer jefe en nuestro escuadrón ciento siete, nos hacía la vida imposible a todos, pero a ti más solo por que eres mujer y él tiene ese viejo pensamiento machista de que las mujeres son solo para la casa, tener y criar hijos y nada más... — dice y algunos recuerdos llegan. Suspira. — Él... Él siempre buscaba la manera de torturarte... — dice triste y lo sujeto de la mano.
— Ya, no tienes que decirme más — entiendo que decirme las cosas malas que me han hecho lo molestan y le cuesta. — Recuerdo que está muerto, así que me quedaré con ese recuerdo, él está muerto — digo con una sonrisa y él me acaricia la mejilla golpeada con delicadeza. — No me duele si eso te preocupa. — pongo mi mano sobre la de él.