A ti te veo en todos mis planes, incluso en los que pensé que no invitaría a nadie.
-Andrés Ixtepan-Evelyn
Desesperación.
Eso es lo único que podía sentir en este momento y creo que ni con todos los adjetivos del mundo puedo describir lo nerviosa que estoy ahora.
Me sonrió. como si de toda la vida me conociera, me sonrió burlándose de mis estúpidos nervios que él mismo causó.
Lo peor de todo es que...
Me sonrió de la forma más bella que he visto.
Después de que el acróbata de la tela se escondiera detrás del telón, todos saltaron en aplausos, chiflidos y algunos niños gritaron eufóricos. El presentador salió a despedir a todos y con una enorme sonrisa se desvaneció en la niebla antes causada por el chico de la máscara.
Y como si mis piernas tuvieran mente propia, salí hasta encontrar a ese chico, caminaría por toda la carpa si fuese necesario. Pero lo iba a encontrar.
En los asientos lógicamente no iba a estar, así que no me quedó de otra más que ir hacia el backstage. Cuando eché a un lado el telón un mundo completamente diferente al que se muestra frente al escenario apareció frente a mis ojos. Todos desesperados guardando sus cosas, felicitándose por el buen trabajo, corriendo de un lado a otro, discutiendo sus errores. Cada persona ensimismada en su mundo, su aura... Su burbuja.
Caminé como niña perdida en una feria buscando a su mamá, llamando mi atención todo y chocando con algunas personas en el proceso. Solo miraba por los pasillos porque tampoco iba a tomarme la confianza de entrar a algún camerino ajeno.
...
Adivinen quién se está dirigiendo a un camerino con una máscara pintada.
Exacto, yo.
Estaba caminando a paso lento hacia una puerta semiabierta de la que podía alcanzar a ver una silueta de traje blanco y pelo negro. Era él, definitivamente.
Me detengo justo detrás de la puerta y miro por la apertura de esta.
Aquel chico se encuentra de espaldas a mí. Tiene sus manos apoyadas a una mesa mirándose fijamente al espejo frente a él suspira bajando la cabeza y se quita los guantes, con una mano agarra la máscara plateada que cubría su rostro y se la quita dejándola encima de la mesa.
A través del espejo veo que tiene sus ojos y cara con bastantes rasgos asiáticos. Él continúa mirándose fijamente en el espejo.
De la nada, su ojos se desvían a la puerta y nuestras miradas se encuentran.
Sus ojos cansados conectan con los míos poniéndome la piel de gallina. Salgo apresurada de ahí perdiéndome entre el personal.
En medio del caos Jason se atraviesa en mi camino bloqueándome el paso con ambos brazos. Le di una mirada confundida.
—¡Eve, cariño!— Exclamó tan fuerte que algunos empleados de la carpa se giraron a vernos.
—Jason— Pronuncié su nombre lentamente.
—Mira Eve, puedo explicarlo. Sé que viniste de muy lejos y no hemos tenido una oportunidad para hablar y aclarar las cosas pero quiero que sepas que no te he mentido. Solo... ¿Te oculté la verdad?— dice dudoso
Espera, ¿qué?
—¿De qué hablas?— Pregunté con desconcierto.
—¿Ah?— Hace un gesto de confusión- ¿Cómo que no sabes de qué hablo?
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Volando Entre Telas
Teen FictionCuando arriesgas tu vida trabajando no tienes tiempo para precuparte por algo tan dichoso como el amor. Aunque si este llega sin ser esperado no tienes más opción que aceptarlo y, si quieres, valorar a la persona que te lo brinda. Difícil la desició...