Suspiró al cerrar la puerta principal de su departamento, recargando su espalda en el duro material mientras cerraba sus ojos.
Había sido un día agotador en su trabajo. Aun no podía creer que le dieran el puesto de gerente a una niñata de diecinueve años que apenas había entrado a trabajar ahí hace unos cuatro meses. Él llevaba trabajando casi dos años en esa tienda de ropa, dando todo de sí, atendiendo a cada persona que entraba al establecimiento con su característica sonrisa, la cual dejaba a la vista sus tiernos hoyuelos. Recibía buenas críticas por parte de sus clientes, quienes terminaban encantados con su servicio y muchas veces regresaban nuevamente a la tienda.
Él sabía qué hacía un increíble trabajo, y estuvo esperando por meses que le subieran de puesto y le dieran el cargo de gerente. Pero no, claro que no, a su asqueroso jefe sólo le interesó una chica sin tanta experiencia, que sólo llegó de la nada a robarse la atención del dueño de la tienda. Sólo bastó contonear caderas y sonreírle con inocencia fingida al vejete de su jefe para que este le diera el cargo de gerente.
¿Estaba enojado? Joder, claro que sí. Se rompió la espalda para ganarse ese puesto, y que no se lo hayan dado lo enfurecía.
Antes de irse a su hogar y terminar con su jornada de trabajo, el señor Kim había dicho quién se ganó el puesto de gerente principal. Él estaba ansioso y en serio creyó que iban a pronunciar su nombre. Pero cuando su jefe nombró a la niñata mimada en su lugar, estuvo a nada de lanzársele encima y decirle hasta del mal del que se iba a morir.
Por suerte, su mejor amigo Yoshinori estaba ahí, tomándolo entre sus brazos mientras trataba de calmarlo. Si no fuera por él, seguramente le hubiera arrancado las extensiones baratas en el cabello de la adolescente.
Tuvo que tranquilizarse y tomar agua. Sí le pareció una estupidez que se enojara con una chica menor que él, pero es que en serio quería ser el gerente de esa estúpida tienda. Estaba más que claro que su forma de atender a los clientes era única, por algo siempre terminaban regresando y exigiendo que Asahi los atendiera. Él le daba vida a ese tonto establecimiento, lo tenía perfectamente claro.Suspiró por milésima vez, revolviendo su rubia cabellera una vez se quitó su abrigo y lo colgó al lado de la puerta, dejando las llaves de su auto en una pequeña repisa ahí mismo.
Bien, al menos estaba en su hogar, por fin podía descansar y acurrucarse entre los fuertes brazos de su lindo novio mientras se quejaba de lo asqueroso que estuvo su día. El mayor siempre lo escuchaba, no importaba de qué tontería hablara, él estaba ahí totalmente pendiente a cualquier palabra que saliera de su boca. A veces se echaba a reír por las ocurrencias de Asahi, le causaba gracia ver cómo su rostro se tornaba de un bonito color rojizo cuando se enojaba de algunas cosas. Terminaba mimándolo por lo tierno que se veía. El rubio no se quejaba en lo absoluto, no había otra cosa en el mundo que le encantara más que ser el centro de atención de su noviecito.
Sabía que su pareja iba a alegrarle lo que restaba de su día, tal vez dándole mimos y pequeños besos en sus labios, o también estaba la probabilidad de que termine teniendo el cuerpo del mayor entre sus piernas toda la noche.
No importaba. Con tal de estar con su novio, él era más que feliz.
— ¡Cariño, ya llegué! – gritó apenas estuvo en la sala de estar. — ¿JaeHyuk? – al no ver ningún rastro de su novio y no escuchar alguna respuesta por parte del mismo, enarcó una ceja totalmente confundido.
Fue a la cocina, al baño de invitados y hasta a su habitación sin tener ningún éxito en su pequeña búsqueda.
Pero luego, al pensar muy bien las cosas, conectando casi al instante todo lo que había estado pasando los últimos días con su lindo chico de cabellos azabaches, soltó un quejido esperando que no fuera lo que estaba pensando.
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- 𝐰𝐡𝐢𝐭𝐞 𝐬𝐡𝐢𝐫𝐭. (jaesahi)
Fanfic❝ ⎯ ¿Se puede saber qué estás tratando de hacer? ⎯ preguntó JaeHyuk al ver detalladamente toda la anatomía del más bajo. Asahi sonrió a medio lado, luciendo uno de sus lindos hoyuelos. ⎯ Sólo quiero tu atención. ❞ En donde Hamada Asahi está harto...