- 𝐰𝐡𝐢𝐭𝐞 𝐬𝐡𝐢𝐫𝐭. (jaesahi)

- 𝐭𝐰𝐨.

Sonrió dando una última mirada a su reflejo. Se veía bien, obviamente sí. El japonés sabía que era lindo, pero en esta ocasión se pasó. En serio le encantaba lo que veía en el espejo de su baño, y esperaba que a su pareja también le gustara. O bueno, qué importaba, él iba a obligarlo a que le guste sí o sí.

Luego de haber salido del cuarto estudio, fue directo a su habitación compartida con su novio dispuesto a darse una larga ducha relajante con agua tibia y bombas de jabón con aroma a melocotón. No le interesaba haberse tardado en el baño, ya estaba más que claro que el mayor ni se daría cuenta de su ausencia.
Al salir de la ducha, secó delicadamente su cuerpo con una de sus toallas más suaves. Su piel era pálida y un poco delicada, por lo que tenía que cuidarla muy bien. A veces se daba ligeros golpecitos sin querer, y su piel no tardaba en ponerse rojiza.

Se había puesto uno de sus boxers negros y cortos, aplicando crema hidratante en sus piernas y brazos antes de empezar a vestirse por completo.

Después de haber barrido con sus ojos todas las prendas que colgaban en su closet, no quedó totalmente convencido. Si quería impresionar a su chico, tenía que hacerlo bien. Y qué mejor que usar una de las camisas de JaeHyuk, sabía que al mayor le gustaba que luciera su ropa. La diferencia entre las anatomías de ambos era muy notoria, mientras que Yoon era alto, con hombros anchos, brazos marcados y un notable físico atlético, Asahi era más como un delicado muñeco de porcelana, según sus amigos. Era delgado y pequeño, no tenía una gran altura, pero tampoco era tan enano. Le gustaba llamarlo "estatura promedio".

Por esa razón, la ropa de JaeHyuk le quedaba muy grande, y al parecer eso le encantaba a su mayor ya que lo hacía ver más pequeño de lo normal.

Terminó tomando una de las camisas de trabajo de Yoon. Esta era blanca con botones y de mangas largas. Al probársela, sus manos terminaron siendo cubiertas por las mangas. La prenda le quedaba un poco larga, pero lo suficiente como para dejar a la vista sus tersas y blancas piernas.

Ahora, finalizó con unos últimos detalles. Roció un poco de su loción favorita en su cuello, dio unos pequeños retoques en su cabellera rubia, y para terminar, colocó brillo labial con sabor a fresa en sus delgados belfos, todo sin dejar de ver su propio reflejo. En serio se había lucido.

Lanzó un besito volador para sí mismo antes de salir a cumplir su pequeña misión. Todo debía salir bien sí o sí.

Se asomó por la puerta del cuarto estudio, sorprendiéndose al ver todo igual. Su novio no se movió ni un segundo de su silla, y eso que se tardó casi una hora y más arreglándose.

Primero, tenía entrar como si nada, quería llamar su atención, pero tampoco debía ser tan exagerado. Tomó una bocanada de aire y se dio ánimos en su cabeza al dar un paso dentro de la habitación.
Se acercó con naturalidad hacia el escritorio con un rostro totalmente sereno (aunque su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho).

JaeHyuk no notó su presencia hasta que lo vio inclinándose de forma delicada a su costado para tomar el plato del desayuno que había dejado abandonado esa mañana. Se sintió mal por unos cortos segundos por no haber comido lo que su novio preparó para él antes de irse todo el día a su trabajo, pero todo mal pensamiento abandonó su cabeza al percatarse de que las pálidas piernas desnudas de su novio estaban justo a su lado.

Entonces, casi se ahoga con su propia saliva al ver tremenda imagen ante sus ojos.

Su novio, sí, su lindo y perfecto novio estaba a su derecha, recogiendo como si nada el desorden que había alrededor del escritorio mientras se inclinaba descaradamente para tomar los objetos entre sus pequeñas manos. Hacía todo de una forma tan tranquila y despreocupada, sin saber que sólo con esas simples acciones, la mente de JaeHyuk comenzó a hacer cortocircuito.
Sus orbes no tardaron en viajar por semejante obra de arte a su costado, sintiendo cada parte de su cuerpo vibrar al instante.