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En la mañana...


El rubio fué el primero en despertar esa mañana. La luz solar se colaba por las finas cortinas, mientras que él era aprezado por unos fuertes brazos tatuados. Estaba siendo la cuchara pequeña, por lo tanto podía sentir el subir y bajar del pecho del pelinegro en su espalda.

Se acomodó un poco moviéndose hacía atrás ya que el mayor no había despertado, con el fin de volver a quedarse dormido, pero sus planes cambiaron en cuanto su desnudo trasero se topó con el pene semi erecto y una idea llegó a su cabeza.

Comenzó a frotarse con la longitud, haciendo que la misma terminara de despertar y tuviese una erección bastante pronunciada, pero lo que no se dió cuenta es que no había sido lo único que despertó.

Al principio Jungkook creyó que aquellos movimientos eran productos de algún sueño húmedo que su subconsciente estuviera creando, pero en cuento se volvió más persistente y sentía como su pene despertaba más, abrió sus ojos para darse cuenta de que todo estaba siendo real.

Aquél rubio se encontraba frotando contra su erección, mientras intentaba callar los gemidos tapando su boca con las manos.

Era una vista perfecta para el, estaba más que encantado de ser despertado de aquella manera. Podría jurar que estaba en el cielo, incluso si para muchos aquello fuese un pecado, para él era la cosa más jodidamente satisfactoria que podría vivir.

Sus manos fueron a parar a la cintura del menor apretandolas fuertemente, mientras acercaba sus labios al oído del más bajo.

-No los calles bonito, es un placer escucharte-. Susurró, con su voz ronca por haber despertado recién, y la respiración caliente.

El rubio dejó escapar un fuerte gemido en cuanto sintió aquella voz tan cerca junto con las manos apretando sus caderas, y aquél suspiro que erizó cada vello de du piel.

Sin vergüenza alguna siguió frotándose contra el cuerpo contrario, hasta que el más alto dió una falsa embestida que lo llevó a ver las estrellas incluso sin tenerlo dentro.

-Al parecer a alguien no le fueron suficientes las rondas de anoche-. Volvió a susurrar fingiendo otra embestida -¿A caso quieres más de mí, bonito?- preguntó, sin dejar de sostener su cintura.

-Quiero todo, por favor, dámelo todo Jungkook- rogó aún sin haberlo visto a los ojos.

-¿Estás seguro? - interrogó con un poco de miedo a lastimarlo.

-Estoy seguro, después de anoche estoy preparado para recibirte, por favor- insistió nuevamente.

El mayor no dudó en cambiar de posición, dejando al rubio bajo su cuerpo mientras admiraba los gestos necesitados que hacía el mismo. Besó fogosamente sus labios, a los cuales no les quedaba ningún rastro del bálsamo de cerezas, sin embargo el color rojizo natural seguía allí, sumado por la leve hinchazón que tenían a causa de todas las veces que se fundió en ellos la noche anterior.

Aún besándolo alineó su erección contra la entrada del rubio, dejando que este se acostumbrara a la no tan nueva intromisión. Poco después, mientras sus labios estaban posicionado en el cuello con más de una mancha rojasea, sintió como el chico bajo su cuerpo había empezado a mover por si mismo en busca de más placer así que no dudó en comenzar a moverse junto al contrario.

-M-más rápido- pidió entrecortado

Y el mayor no contestó con palabras, más bien acató lo pedido y aumento las embestidas sosteniendo fuertemente al rubio por las caderas, completamente seguro de que las marcas quedarán allí.

-Mmgh, J-jungkook- gimió sintiéndose cada vez más lleno por lo profundo que estaba llegando.

-Te sientes tan bien que podría estar aquí dentro las veinticuatro horas si así fuera posible- dijo sin detenerse en ningún momento

-ahhg, voy a llegar- habló como pudo por el exceso de placer- n‐no te detengas.

-No pensaba hacerlo, cariño.

Los fuertes golpes el la próstata siguieron, los gemidos se hicieron más fuertes y el orgasmo de Jimin no pudo ser atrasado por más tiempo, así que manchó sus abdomenes incluso sin darse cuenta. Pero el pelinegro no había llegado aún, por lo que las embestidas siguieron causando una sobreestimulación indescriptible.

Unas tres embestida más en busca de su propia liberación y el mayor llenó por completo el redondo trasero, encantado al ver los propios chorros blanquecinos escurriendo por las esquinas, era toda una exquisitez para sus ojos.

-¡Jodida mierda! Eso fué increíble mi amor-. Dijo exausto, dejándose caer en el pecho del rubio, siendo abrazado a pasear del sudor. -Feliz aniversario número cuatro, príncipe. Y feliz quinto aniversario de conocernos. -comentó para luego dejar besos por todo el rostro empapado del rubio.

-Feliz aniversario, amor-. Contestó el rubio risueño ante los besitos que su novio dejaba en su rostro.

-Ha sido maravillosa mi idea de recrear como nos conocimos para el día de nuestro aniversario, ¿no?- preguntó el mayor acomodándose mejor en el pecho de su pareja.

-Por supuesto que ha sido increíble mi amor, aunque si algún día nuestros futuros hijos preguntan, no deberíamos decirles que nos conocimos porque cogimos toda la noche en una fiesta el día de San valentín- comentó riendo el rubio.

-Te amo tanto Jims, soy el hombre más afortunado por tenerte.

-Yo también te amo gguk, yo también soy afortunado por tenerte a tí.

Cherry lips; kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora