Habían pasado algunas horas desde el extraño suceso, uno que tenia al par de seres inmortales nerviosos internamente por no entender como remediar algo que fue hecho por una magia que ninguno sabía controlar.
Trataron de calmar a duras penas el fuerte llanto que venía del infante en el que se había convertido el futuro sucesor del monarca, siendo este el primero en reaccionar se acercó hasta tomar al pequeño entre sus brazos, encontrando la acción más familiar de lo que hubiera podido pensar y descubriendo una sensación más agradable de lo que hubiera deseado admitir, un ronroneo de satisfacción quiso escapar de sus labios tras sentir como el de cabellos azabaches parecía estar cesando sus lágrimas para dejar paso a unos ligeros hipidos productos de su anterior llanto, uno que trató de calmar cómo podía debido a sus nulos conocimientos acerca de niños, aprovechando los pocos que poseía de haber visto en algunos canales televisivos y los que había aprendido cuidado de las crías más pequeñas de monos que iban de vez en cuando hasta su hogar.
Dio suaves palmaditas en la espalda del menor, siendo cuidadoso en el intento de no ser demasiado brusco en su toque por temor a lastimarle de alguna manera, suspirando con alivio cuando los pequeños sollozos finalmente parecían haber abandonado el lugar para dejar paso a una calma que era interrumpida únicamente por la suave respiración del menor en la sala, descubriendo así que parecía haber caído rendido en los brazos del morfeo, demasiado cansado tras las fuertes emociones para su pequeño cuerpo, decidió mantenerlo en sus brazos más por instinto que porque realmente hubiera querido hacerlo, temiendo que al dejarlo en el sofá cayera al suelo o se lastimara haciendo un mal movimiento.
Su atención fue atraída hacia las amatistas que tenía por ojos el guerrero que seguía apoyado contra el marco de la cocina, espero encontrar burla en su sonrisa o una mirada que prometía recordarle lo impulsivo que había sido tras tomar al asiático para calmar su llanto, pero solo pudo hallar algo similar a la nostalgia envolviendo los orbes amoratados que parecían mirarle siempre con resentimiento permanente. Pero tras algunos segundos de una poco usual calma en un espacio en el que se encontraban ambos juntos, la mirada odiosa que le solia ser dirigida volvió a la par que ligeros pasos sin un deje de inseguridad hacia donde se encontraba el mismo, para observar más de cerca aún con desinterés al ahora infante MK.—Es extraño verlo tan callado, normalmente está saltando por todos lados.—agrego con sorna, mirando las mejillas del menor teñidas de un suave tono rojizo por el esfuerzo que hizo al momento de llorar, contuvo el impulso de querer acercar su mano para tocar el mullido cachete, alejándose como si la presencia del chico y del mono de pelaje clarecino quemara.—¿Qué se supone que haremos ahora? Porque esto me compromete a mi también por mucho que quiera negarlo.—su tono burlón volvió a darse a escuchar, haciendo que la molestia del que tenía los brazos ocupados burbujeará en su interior como si de una bomba a segundos de explotar en cualquier momento se tratara.—
Abrió la boca para gritarle, pero antes de hacerlo noto como el cuerpo del de orbes canelas se removía disconforme por el ruido, por lo que muy a su pesar respiró en busca de calma antes de hablar tan bajo como su estado de ánimo le permitía.—¿A qué te refieres con qué "haremos"? De esto me encargaré yo solo, no necesito tu ayuda.—iba a agregar muchas más cosas hasta que la mano del de pelaje oscuro se posara en su barbilla para elevarla ligeramente, haciendo que se tensara en respuesta por el contacto inesperado que le hizo querer soltar un gruñido ligero, sosteniendo la mirada ajena con la propia antes de sisear con rabia mal contenida.—¿Qué se supone que haces ahora? Esto es—
—Tendrías que tener más cuidado con esas palabras que sueltas, MK podría aprenderlas de escucharte decirlas, así que controla esa boca tuya.—nuevamente esa sonrisa maliciosa fue expandiéndose por los labios del de cicatriz, prosiguiendo tras apartar su mano que había usado únicamente para callar al contrario por la sorpresa.—Y como te dije antes de que me interrumpiera, esto también me implica a mi, seria poco responsable de mi parte no encargarme de un error que yo cometí, porque al menos yo se remediar lo que rompí y no huyo de ello como si ignorando los problemas fueran a desaparecer.—notó un leve pero palpable encogimiento de hombros del autoproclamado dueño de la montaña, a la par que sus orejas parecían echarse hacia atrás levemente, y se permitió pensar por segundos que encontro esa acción gratificante de alguna manera.—porque al final de todo, los problemas no desaparecen sino que vuelven con mayor fuerza. ¿Verdad?—preguntó con el veneno plagado en su tono de voz, la mirada entrecerrada en una acusación no dicha en voz alta, logrando así que el contrario alzara su mirar para observar con algo similar al arrepentimiento al contrario, pero harto de creer que era eso lo que veía en el mirar ajeno cuando ya había errado en ello incontables veces en el pasado decidió apartar el contacto que mantenían sus ojos, haciendo latente la nula cercanía que mantenían ahora y que en antaño habría sido impensable de mantener. Cambió el tema antes de que una bomba que sería una respuesta con patéticas justificaciones brotara de los labios ajenos y les estallara a ambos en la cara, desencadenando una nueva pelea que solo haría llorar al niño.—¿Qué tendríamos que hacer? Está anocheciendo y el no tardará en despertar, asumo también que no tienes comida para niños aquí, ni ropa de su talla.—ante esa última mención, el de marca entre rosada y anaranjada en su rostro se vio ligeramente ofendido, sonriendo con aires de superioridad antes de arrancarse un mechón de cabello para hacer un clon bajo la mirada inquisitiva del moreno.—
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Family. || Shadowpeach.
FanfictionTras la lucha contra LBD parece ser que los demonios se tomaron un descanso y dejaron atacar la ciudad, un respiro para muchos pero una posible tortura para la mente inquieta del mono sabio que quiere volver a lo que fue una vez en lo que su orgullo...