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Estados Unidos.. Es un honor recibirte en mi hogar, han pasado 5 meses desde la última vez que nos vimos cara a cara, espero hayas recibido todas mis cartas y llamadas, las llamadas fueron atendidas por tu secretaria. Me dijo que estabas muy ocupado, no podías recibir ninguna llamada.Recibió al americano con una amplia sonrisa, pero las gotas de sudor en su frente lo delataron, estaba nervioso, y todos sabemos la razón

Le dije que no podía hablar con personas que me desagradan, tal vez entendió mal, tal vez. .Esperaba ser recibido con una cálida bienvenida, si quiera un abrazo o una muestra de aprecio, tal como lo hicieron China y UrssToma asiento, quiero hablar sobre algo importante.Analizó todo el lugar, esperando a que el japonés no esté cerca, debido a su enojo, es capaz de muchas cosas

Oh, jaja. . —

Ambos tomaron asiento en el suelo, frente a ellos había una pequeña mesa de forma cuadrada, sobre la mesa los esperaba un juego de té; dos cucharas pequeñas, dos tazas de color blanco con decoraciones asiáticas de color verde limón, debajo de las tazas habían dos platos diminutos del mismo color que las tazas, una tetera de color verde claro con puntos y lineas blancas en la parte superior. Finalmente, en medio de todo, una canasta llena de galletas con chispas de chocolate y almendras, la combinación perfecta.

Estados Unidos observó todo con deseo, en cuestión de segundos una galleta había desaparecido de la canasta, terminando en la boca de Estados; no había probado una galleta más deliciosa que esa, la masa era suave y fácil de masticar, el sabor de la vainilla era exquisito en su paladar, las chispas de chocolate le daban un toque de azucar, mientras que los trozos de almendra producían un sonido crujiente, muy relajante.
No, tenía que volver a la realidad, no viajó desde Estados Unidos hasta Corea solo para degustar unos deliciosos alimentos y charlar sobre la vida con su “amigo”, estaba ahí con una finalidad, un objetivo, y no se irá del lugar hasta cumplir con lo prometido.

Mm, tus sirvientes son muy buenos en la cocina, Corea. —

No son mis sirvientes, Estados
Son mis ayudantes. —

Sirviente, esclavo, ayudante. . Todo es la misma mierda, ¿sabes qué tienen en común esos nazis y tú?

¿Te refieres a Italia y Alemania. .? Eeh, pues no.
¿Qué es lo que tenemos en común? —

Ambos están arruinados. —

Aquellas palabras se repetían una y otra vez en los pensamientos del coreano, no pudo comprender a tiempo, debido a esto, una de las tazas fue lanzada hacia su cabeza, rompiéndose en mil pedazos y formando un corte en su frente, había sido herido por el americano, se esperaba muchas cosas, menos eso.

Trató de levantarse del suelo, pero el dolor no le permitía pensar con claridad, mucho menos mover su cuerpo, gotas de sangre caían en sus prendas, trataba de ocultar esas manchas pero solo logró empeorarlas, su abrigo tenía marcas de sangre, y no había nada que podría limpiarlas.
Estados aprovechó la confusión de Corea y se acercó hasta su débil cuerpo. Esa sonrisa de superioridad apareció en su rostro, digamos que él tampoco podía usar sus cinco sentidos, ¿qué persona en su sano juicio podría romper una taza en cuerpo ajeno? No hay que ser médicos o genios para saber que esos pequeños cristales pueden penetrar la piel y causar daños graves, es un milagro que ninguno de los cristales se haya clavado en el fino, delgado y albino cuerpo del coreano.

꒦꒷ ˓ ʄƖourɪsh𖥔 . ֺ ָ ֙⋆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora