Acosté la cabeza en la almohada, pensando mucho. Tal vez a Minho no le importó que me fuera, tal vez celebró.
Tal vez está triste, tal vez está feliz. Seguro ni piensa en mi, ¿se habrá olvidado de mi? No creo.
¿Se dio cuenta que me fui? ¿Pensará en mi? ¿Le gustó? Bueno, eso dijo Ryujin. ¿Estará interesado en mi?
Mejor me voy a hacer un té, eso me va a aliviar un poco. Me hubiese gustado que Minho este despierto así lo saludaba. ¿Por qué me tiene que gustar tanto? Desde que lo conoci sentí un pequeña atracción, bien poquito. Era lindo, hermoso, precioso, guapo, guapote, un pan de Dios, un hombre tallado por los mismos dioses.
Voy a tomar el té, tengo que dejar de pensar, pero se me es imposible. Aparte Minho siempre pasa por mi mente, su sonrisa, sus ojitos, su boquita, su pelito, sus dientitos, su naricita, sus manitas, los deditos por Dios ¿los viste? Son hermosos, él es hermoso.
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Minho
Despertó, se estiró, aunque aún estaba en camilla. Justo entro el doctor.
-Minho, toma- le paso un cuaderno - Es para que escribas como te sientes, aveces sirve para desahogarte.
-G-gracias.- tomó el cuadernito, tenía una tapa negra simple y parte de atrás igual. Adentro había un lápiz, lo agarró y empezó a escribir.
Hola, no se como empezar jiji.
Bueno, me siento un poco sólo y extraño un poquitito a Han.
Hablemos de Han, no tengo más que hacer.
Es hermoso, precioso, como un Dios o algo asi. Creo que me gusta, aún no lo sé, lo tengo que pensar.
Es bueno, no lo fue cuando éramos pequeños, fue un poco malo.
Tal vez desde el principio pudimos llevarnos bien, pero como siempre cagó todo jaja.
Bueno, ya estoy mejorando.
Adiós
