Has lo que tengas que hacer. Estaré de vuelta a las veinte, dijo Chanyeol antes de separarse e irse por rumbo desconocido, dejando a Kyungsoo cerca del centro luego de dos sinuosas horas de viaje y una controversial charla que había terminado por freír el cerebro de este último hasta noquearlo, o al menos así lo había sentido. De hecho, Kyungsoo había notado la tensión e incomodidad en el ambiente antes de bajar del coche.
¿Do?
Dándose por aludido y frente a un puesto de frutas, miró en dirección a la acera por el que provenía el llamado. Una figura femenina de más de metro ochenta, que podría haber sido un témpano de hielo en otra vida por la cantidad de ropa que llevaba, se acercaba a él con una gran sonrisa. Sus cabellos castaños estaban entrecubiertos por el cuello de dos chompas y una casaca, una chalina grosísima y una orejera de pelusa sintética.
Señorita Ahn, no pensé encontrarla por aquí.
Ni yo. Primaria ha salido de excursión. Los tutores han terminado haciéndose cargo, así que ¿qué lo trae por aquí? No sabía que también vivía en la ciudad.
Ya, no, no vivo aquí, solo vine a una cita médica. El director y el maestro Oh me ayudaron con eso.
Ahora entiendo por qué el señor Oh traía mala cara.
Sí, ha hecho mucho por mí; sin embargo, he estado ocupado meditando. Cha... El padre Park -era raro decirlo cuando sabía que el tipo técnicamente no era la imagen que daba- me ha estado dando una guía espiritual -de demonios- y ha hecho el favor de darme un aventón hoy día.
Qué amable. No sabía que ustedes eran cercanos. Mire que antes de saber que daba misa pensaba que el hombre era mudo. Pero ¿cómo decirlo? Es de esas personas con una energía única, es muy popular en el pueblo y en el colegio, aunque eso es otra historia. Ya sabe, las hormonas de las muchachas se alborotan al verlo.
Kyungsoo la miró lo más neutral que pudo a pesar de la risa histérica que su mente quería escupir. Energía única, había dicho la mujer. Pues claro que era única, el problema era que aquello era un demonio que profesaba la palabra del santo. Y, sobre lo último, era mejor ni pensarlo o terminaría por terminar en el mismo saco que esas niñas y lo suyo era pura y estúpida curiosidad.
Por supuesto, es más que un predicador -Por ejemplo, un tigre.
Debe serlo, por algo es... Ya sabe -Kyungsoo la miró extrañado por el secretismo hasta que ella articuló cautelosamente la razón del viaje- Exorcista -Y el chándal y la actitud de adolescente empedernido quedó en el olvido- ¿No lo sabía? Es lamentable, pero es la comidilla del pueblo en parte por eso. Algo se había dicho; sin embargo, con el caso de la niña, ha dejado de ser mera especulación.
¿Por niña se refiere a la hija de los Hwa?, tentó porque: Pueblo chico, infierno grande.
La vi cuando se retiraba con su madre, su mirada estaba perdida. Vacía. Algo en ella era diferente. Y hace varios días sus amiguitas me comentaron que habían jugado a la ouija con ella – su mirada se tornó culpable. - No les creí, se miraban tan sonrientes que pensé que estaban bromeando. Dios...
¿Usted cree en esas cosas?
Verá, maestro. Tengo diez años aquí y un carnero muy desafinado es lo único que perturba mis días –bromea con gesto desganado, cubriendo sus mejillas con sus manos, buscando calor. Eran las once de la mañana y el sol aún no cubría la pequeña ciudad por completo. -Aún ahora, es difícil digerir que mis niñas hayan estado jugando esa clase de cosas.
Es real, se dice Kyungsoo. Las palabras que la joven Hwa le había dicho ese día, la agresividad en ellas y el odio en su mirada. Y si no mal recuerda tanto golpe, la voz ajena a ella había mencionado algo sobre un favor. Un favor por otro.
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🅵🅴🆁🅰🅻 chansoo
FanfictionHay mucho que se dice y mucho que se cree; sin embargo, Kyungsoo no forma parte ni de uno ni lo otro. O al menos así es hasta que un viaje a un destino remoto lo convence de que las cosas en las que no creía pueden ser ciertas, e incluso peores de l...