Capítulo 1La llegada.

14 2 8
                                    

¿Cuánto queda?- le pregunto a mi madre con desesperación.


Casiii nada- dice mi madre ilusionada.


Mientras, yo me quedo con una cara de incredulidad, quería saber el tiempo en minutos exactos, no sé qué manía tiene con hacerse la misteriosa.

12 minutos- pronuncia mi padre con voz de locutor, al ver mi cara.


Gracias- murmuro.


Hola, soy Mía, y estoy yendo de viaje al Caribe en coche, es broma, por favor, ojalá poder ir allí de viaje. Mi destino no es nada chulo, no como esas playas cristalinas que se ven en las imágenes de Google, no son de esos destinos que te ponen el mejor eslogan para que vayas y luego mires el precio del hotel y se te quede la cara pálida, para nada!; mi destino es Holden Town, un pueblo en el culo del mundo, supongo que con la mitad de la mitad de la mitad de población que el Caribe, pero, al menos, no viviremos en un piso, si no en una casa muy bonita y grande y, sobre todo, barata, porque por mucho que sea chulísima, ¿quién va a querer vivir allí?.

Y diréis: ¿por qué vas a Holden Town a vivir? Pues mira, la respuesta es fácil: mi madre y mi padre son un poco raritos y les ha gustado la idea de irse a vivir lejos de la ciudad "porque se vive mejor", "porque no hay tanta contaminación", "porque la gente de las ciudades se va a volver loca con tantos privilegios de la tecnología", "para dar un cambio de aires" y mil chorradas más. Y como, desgraciadamente, tan solo tengo 15 años, no soy mayor de edad y no he acabado los estudios, tengo que ir con mis padres. Y hablando sobre estudios, voy a cambiar de colegio y voy a ir al internado, Internado H.T. Lo he visto por Google y le ponen bastante puntuación, pero tengo muchos nervios de conocer gente nueva, la verdad es que no todo son quejas porque gracias a poder cambiar de ciudad voy a olvidar el pasado y voy a vivir una nueva vida inolvidable, eso sí, espero hacer amigas, de no ser así no podré socializar con nadie más, porque solo hay UN internado en el pueblo y es Internado H.T al que voy yo.

¡Quedan dos minutos!- chilla mi madre con ilusión.


Solo dos- afirma mi padre.


Vale, he de reconocer que los nervios de ver la casa me están invadiendo el cuerpo- digo literalmente lo que pienso.

La hemos dejado perfecta- tranquiliza mi madre y yo asiento con la cabeza, porque no me salen las palabras.


Ah, por cierto, no lo había dicho: mis padres han estado yendo durante unos meses para ir familiarizándose, así que será como en casa porque la decoración es de la antigua casa y todos los muebles que hemos podido los hemos reutilizado, pero obviamente le falta un gran avance, bueno o eso es lo que han dicho mis padres.

Es esta- señala mi padre emocionado.


Los dos esperan a ver mi reacción y yo me quedo en estado de shock. Es mucho más bonita que en las fotos, pero mis padres empiezan a mirar con cara de confusión y tengo que decir algo porque mi cara se puede interpretar de muchas maneras, pueden pensar que no me gusta, pero no es así.

Me encanta - murmuro con cautela.


Entramos, es espectacular, tiene la esencia de nuestra casa, esos cuadros que tanto le gustaban a mi madre están aquí junto al mantel de mi padre, porque solo su mantel es válido. ¡Es perfecta!, no podría imaginarlo mejor.

Es preciosa, lo habéis conseguido- mis padres no saben de qué estoy hablando, se miran entre ellos y me vuelven a mirar con cara de interrogación. JAJAJA están de foto con esa cara- Digo que lo habéis conseguido, me siento como en casa, es nuestra casa, ¡es estupendo! !no puedo estar más contenta!, estoy orgullosa de vosotros- esto último lo susurro porque me da un poco de vergüenza pero sé perfectamente que me han oído, y en este momento reaccionan, mi madre parece estar a puntito de llorar, mi padre no, es un tío duro, difícil de roer, pero igualmente los dos se me acercan a darme un abrazo.


Lo hemos conseguido- dice mi padre.


Ya me habéis hecho llorar- protesta mi madre- ¿Quieres ver tu habitación? - se separa y me mira fijamente con esos ojitos azules llorosos.


Por supuesto


Subo escaleras arriba ansiosa por ver mi habitación, aunque con todo este espectáculo no me acordaba. Veo el cartel de mi nombre escrito en una de las puertas, mi habitación, cojo el manillar de la puerta, sigilosamente abro la puerta, lo quiero ver y a la vez no, entro y veo una habitación inmensa llena de mis posters y fotos con la abuela, ¡Y TENGO UNA ESTANTERÍA! Es la habitación de mis sueños, la adoro.

Al final del día, pedimos una pizza y nos vamos a dormir pronto porque estábamos cansados y además mañana será un día muy ajetreado, daremos una vuelta por el pueblo y a las 16:00 iré a ver mi nuevo internado y acabaré de dejar todo en su sitio... Será un día largo, así que mejor dormir y no pensar en mañana, simplemente dormir: yo, la cama y las sábanas. Aunque sea 10 de septiembre y siga haciendo calor, si me tapo con la manta los monstruos de la oscuridad no me matan, jajaja.

Un inocente errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora