CAP 5

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Dejo el examen de Matemáticas en la mesa del profesor y salgo por la puerta.

La frustración recorre cada parte de mi cuerpo.
Juro que esta vez me esforcé. Pase horas estudiando, intentando entender el álgebra. Todo eso para al final no haber podido resolver ni la mitad de los ejercicios.

La hora no había terminado pero no soportaba más tiempo enfrente de esa hoja. Iba a darme algo.
Los portones está cerrados, no puedo salir de aquí.
Corro hasta el baño y me encierro en uno de los cubiculos. Me agazapo encima del retrete y apoyo la cabeza en las rodillas.

Odio sentirme tan inútil. Para que sirve esforzarse tanto si al final consigues lo mismo. Y lo pero es que no solo fui yo el que puso de su parte. Miriam también estuvo horas entada conmigo ayudándome a estudiar.
Qué voy a decirla?
Cómo voy a mirarla siquiera?

Se que ella no va a decir nada, solo sonríeira y dirá que a la próxima seguro. Pero sé que en el fondo está cansada de intentarlo. De ayudar a un crío raro y bastante inútil para los números.
Siento humedad en las mejillas. Mierda estoy llorando. Además de inutil llorón.

—"Todo lo que vas a hacer es llorar?!?"—

Ha vuelto la voz de mis pesadillas...
Me grita lo imbécil que soy y que todo estaría mejor sin mi.
Y le creo, me creo todo lo que dice porque me siento tan insignificante ahora que no me importa que me grite. Porque por un momento no me importa estar llorando en el baño del instituto. Siento que me merezco todo lo que me pase. Que no llegaré a nada que, no seré nadie...

Me estoy dejando llevar por todos esos pensamientos pero ya es demasiado tarde para que yo pueda pararlo. Respiro  entrecortadamente. Puedo escuchar los erráticos latidos de mi corazóny el temblor en todo mi cuerpo.

Pero no puedo pararlo.

-"Mírate, eres patético."-

Tiene razón, tiene toda la razón. No soy nadie ni nunca voy a serlo.

Las manos me tiemblan demasiado. Con dificultad las llevo a mi cabeza y me agarro el pelo. Escondo la cabeza entre la piernas.

Mis pensamientos siguen en la misma línea.
Noparannoparannoparan no paran  no paran NO PARAN NO PARAN NO PARAN NO PARAN ¡NO PARAN!

De repente ya no hace frío. Algo cálido me rodea. Me apartan las manos del pelo y siento una repiracion en la frente.

No puede ser, Joe no puede estar aquí.

- Tranquilo, tranquilo, no pasa nada- me susurra.
No es la voz de Joe, no es la voz de Miriam, no es la voz de mi padre , ni de mi madre ni de Marc. No se quien es y eso me pone aún peor.

Trato de apartar las manos de forma desordenada llevandolas hacia atrás. No me las suelta, es más, me las agarra con más fuerza.
Tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo.

-¡SUELTAME JODER!- Grito con la voz rota.

Las persona sigue ablando me en tono bajo, pero no entiendo lo que dice. No puedo entenderlo.

- Por favor suéltame, suéltame, suéltame, por favor, porfavor, para ,por favor...- Lo repito como si fuera un mantra, esperando, casi anelando que se cumpla .

- Shh, te prometo que nadie te va a hacer nada. Estás a salvo, vale? a salvo.-
Siento el aire que suelta al hablar sobre mis rodillas.

- Está bien, respira tranquilo, mirame.- Su voz suena calmada, suena tranquila.

Levantó la mirada para encontrarme con esos ojos marrones. Y por un momento, se siente bien que sean sus ojos.
Esta de cuclillas en el baño con la cara a la altura de mis rodillas. Y me mira atentamente.

Contando estrellas ( bl )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora