𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥: 𝟏𝟒 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨

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¿𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝘀𝗲𝗿𝗶́𝗮 𝘂𝗻 𝗰𝗮𝘁𝗼𝗿𝗰𝗲 𝗱𝗲 𝗳𝗲𝗯𝗿𝗲𝗿𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗼𝘀 𝗹𝗼𝗰𝗼𝘀 𝗲𝘀𝗾𝘂𝗶𝘇𝗼𝗳𝗿𝗲́𝗻𝗶𝗰𝗼𝘀?

𝗡𝗼𝘁𝗮: 𝗦𝗼𝗹𝗼 𝘀𝗲𝗿𝗮́𝗻 𝗰𝗶𝘁𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗺𝗶𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗽𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗺𝗲 𝘃𝗲𝗼 𝗰𝗮𝗽𝗮𝘇 𝗱𝗲 𝗻𝗮𝗿𝗿𝗮𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗶𝗻𝗶 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗺𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗰𝗲𝗻.

𝗖𝗮𝗿𝗺𝗲𝗻 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹

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𝗖𝗮𝗿𝗺𝗲𝗻 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹

¿Por qué estoy aquí? Era una pregunta constante que aparecía en la cabeza de _____ cada pocos segundos. Miro hacia su alrededor con incomodidad, evitando mirar a las parejas enamoradas que escribían su nombre en la arena y probablemente llevaban una semana de novios. El lugar estaba extremadamente lleno porque era catorce de febrero, el día más cursi y estúpido de todo el maldito año. Al menos eso pensaba porque nunca había tenido una pareja, ni algún enamoramiento. Entonces, ¿Qué hacía en la playa cuando podía estar en su cama viendo Harry Potter por quinta vez en la semana?

Fácil, Carmen Madrigal.

La maldita y tarada Carmen que no podía quedarse un segundo quieta en algún lugar.

Pero también quería a esa tarada como nada en su vida. Estaba confundido, tenía a penas 16 años. Tenía todo el derecho de no saber cuáles eran sus sentimientos hacia la chica. La vio de lejos peleándose con otra chica que ni topaba.

— ¡Mirame a los ojos y dime que Enrique merecía estar con Juana! ¡Hazlo si es que puedes! —

Demando Carmen algo molesta. Estaba discutiendo sobre un musical. Otra vez. La menor miró a la castaña fijamente y le sacó la lengua.

— ¡Se dice Jane Seymour, no Juana y es Henry octavo! —

—¡Estamos en Colombia, hablamos español y esa es la traducción a nuestro idioma! —

Los amigos de la joven llegaron a la pelea, pensando que se estaban discutiendo porque ella dijo alguna imprudencia. Sin embargo, al ver la situación real solo se llevaron a la rubia escuchando de fondo como Carmen seguía peleándose sola.

Él se acercó a Carmen y la tomó del brazo, estaba llamando demasiado la atención e incluso captaba miradas de parejas que estaban muy ocupadas besándose. Le daba pena ajena.

— Ya vámonos... —

Dijo en un susurro, se estaba muriendo de la vergüenza. La más alta lo miro confundida, no sabía por qué se quería ir. Sin pensarlo dos veces la sacó de la playa diciéndole que le iba a comprar un helado si no decía nada.

Otro día normal en la vida de _____ y Carmen.

Otro día normal en la vida de _____ y Carmen

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𝗥𝘂𝗯𝗶́ 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹

Lo siento, aquí no hay narración porque la señorita no pela a nadie. Sorry, baby.

𝗧𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹

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𝗧𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹

Catorce de febrero, un día hermoso para compartir con tu pareja o amigos. Un día en el que sientes la necesidad de demostrarles su afecto y como han sido grandes víctimas de tus halagos y cariño

Pero eso es un invento del gobierno y no hablaré más o terminaré en un terreno baldío y con veinte balas en la espalda.

Se levantó de la cama perezosamente, no tenía ganas ni de caminar. Sin embargo, una pequeña carta en su ventana llamo su atención. Por la letra se notaba que la persona que lo escribió estaba muy nerviosa. Ese escrito contenía las siguientes palabras:

Mi ____.

Es terriblemente evidente que me he enamorado de ti, y no sé cómo puedo contribuir en menor medida para que me sigas viendo como un simple desconocido que te ve desde lejos después de que termines de leer esto. La proximidad nos hace querer ser más claros al hablar, así que te voy a explicar lo que siente mi corazón en unos pocos balbuceos: te amo. Puedo mirarte, verte y notar tu euforia y tu felicidad, aunque estés distraido. La verdad es que te veo a ti, y te veo como soy yo antes de convertirme en la persona que ahora soy. Un asesino que intentó robar la vela para su propio beneficio. Como un adolescente que no está seguro de lo que quiere y que solo busca el amor puedo decirte sin dudar que solo te quiero a ti. Me haces sentir en casa, como si hubiera un lugar al cual volver y tú fueras ese lugar. No sé cómo he podido vivir sin ti. Eres la persona más maravillosa que he conocido. Siempre estás ahí para mí, incluso cuando no quiero que estés. Me haces sentir de una manera que no soy capaz de describirlo. ¿Qué acabo de escribir? Esta carta nunca debe ser enviada.

Thomas Madrigal.

Rápidamente tomaste un bolígrafo y respondiste:

Mi querido Madrigal

Necesitas un psicólogo, no una pareja. Bañate.

_____

𝗘𝗻𝗰𝗮𝗻𝘁𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora