Capítulo 5 | Pretendientes.

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Romance POV

La luz del sol mañanero se coló por mi ventana, obligándome a abrir mis ojos. Afortunadamente, hoy no tendríamos clases, era sábado, había dormido más de lo normal, solo yo me encontraba en la enorme alcoba. Anoche llegué a mi habitación aproximadamente a las 2:00 de la madrugada, para mi fortuna Abby estaba en el baño cuando llegue, era obvio que al otro día me haría preguntas sobre mi momentánea desaparición, pero no me preocupe por eso en ese instante, estaba física y mentalmente exhausta y abrumada. Al salir de la sala de reprensión debatí internamente sobre mis actos, me dejé llevar, mi cuerpo actuaba involuntariamente, mis fantasías se realizaron y mi mente era un enredo de pensamientos, deseos, frustraciones y arrepentimientos. Tras mi encuentro informal con la malvada decana, no sé cómo actuaria con ella de ahora en adelante, no sé cómo ella actuaria conmigo y eso era lo que más me atormentaba, me había hecho sentir bien conmigo misma, y me generó sensaciones nuevas e inexplicables, ella me causaba interés, era misteriosa y reservada, pero estoy segura de que en el fondo puede llegar a ser compresiva e incluso romántica. Ella era todo un reto.

*FLASHBACK* —————

- Por favor, Lady Lesso, se lo suplico, se lo imploro, tóqueme. Necesito más.

- Qué tierna, princesa. Te ves tan miserable cuando súplicas, tan sumisa, tan atrevida. Hazlo de nuevo, vamos súplica por mi toque, grita, llora, no importa, ya nada importa. —se burló mientras daba suaves toques al rededor de mi entrada.

Yo seguía inmovilizada en la silla, pero esta vez no llevaba ropa alguna que cubriera mi cuerpo, estaba completamente expuesta a la decana, ya no tenía vergüenza alguna en mi ser, estaba excitada, la adrenalina corría por mis venas. Nunca antes nada ni nadie me había provocado como ella, ella era un fruto prohibido, fuera de mi alcance y tentador.

- ¡AH! ¡DECANA! —sin aviso alguno la mujer hundió su lengua en mi interior, generando un escalofrío por mi columna.— !No pare! Justo así, siga así.—un hambriento gemido abandonó mis labios.

- ¿Te gusta? ¿Te gusta que te trate como la niñita atrevida que eres? Masturbándose con una profesora, pero qué princesa tan descarada. —dijo mientras remplazaba por su lengua tres de sus largos dedos, bombeando frenéticamente en mi interior. Estaba a punto de tener mi sexto orgasmo de la noche. Aquella mujer había hecho cosas maravillosas con tan solo su lengua y sus manos, era increíble. Al terminar me desató de la silla y me dio órdenes de vestirme, lo hice de inmediato, me acompañó hasta la puerta del cuarto y me entregó un pequeño frasco.

- Es para tus heridas, las esconderá y curara casi al instante, especial para heridas superficiales, así nadie te hará preguntas ni sospecharan nada. —informó.

- Gracias, decana.

- Espero que te haya quedado claro que debes obedecer y respetar las reglas, princesa. —dijo de cierto modo divertida.

- Por supuesto, señorita. —respondo serena, el ambiente entre nosotras no era tenso como pensaba debido a los sucesos anteriores, se sentía incluso ameno; sin embargo, aún no sabría que nos podría deparar el futuro.

- Descanse, Pendragon. Vaya con cuidado, no querrá ganarse otro castigo por estar deambulando por aquí a estas horas. —guiñó juguetonamente.

- Hasta pronto, Lady Lesso. —me despedí saliendo del cuarto, para después encaminarme a mi habitación.

*FIN DEL FLASHBACK* —————

Salí de la cama y me dirigí hacia el baño, tomé una ducha y me organicé para comenzar mi día. Cuando estaba aplicando la pomada que Lesso me obsequió, noté en el tocador un sobre con mi nombre, lo tomé y con ayuda de un abrecartas lo abrí, pude notar por el sello que provenía de mis padres, pues este tenía el símbolo de la familia Pendragon, me dispuse a leer la carta.

𝗧𝗵𝗲 𝗥𝗲𝗱 𝗠𝗲𝗮𝗻𝘀 𝗜 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗬𝗼𝘂 | 𝘓𝘢𝘥𝘺 𝘓𝘦𝘴𝘴𝘰 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora