Tabaco y Alcohol [ZoroxSanji] [SanjixZoro]

III

_Por favor _Usopp tenía sus manos juntadas en forma de plegaria frente a mi cara.

_¿Por que tendría que hacer tu trabajo?

        A media mañana vino corriendo hacia mi para pedirme un favor, el cual no me sentía tan feliz de dar. No, porque tenía que ver con el cocinero del barco y teníamos un acuerdo no verbal mutuo en donde ambos tratábamos de evitar tener que pasar tiempo juntos, aún peor, quedarnos a solas.

_Pues verás, Nami quiere que haga algunos arreglos a su estudio y con eso me descontará algunos de los intereses de mi deuda, ya sabes _se excusó, no me sorprendía, la mayoría de nosotros le debía dinero a esa bruja.

_Vuelvo a repetir, ¿eso cómo me conviene a mi?

_Si haces mis tareas en la cocina por unas semanas, tendré más tiempo para ayudarla y terminaré rápido. Si me ayudas le diré que te descuente a ti también algunos intereses. _eso llamó mi atención, que yo supiese ya había pagado todo lo que le debía.

_Yo no le debo nada a esa bruja, si decidió comprar alcohol de más para luego cobrármelo no es mi problema.

_No, ¿acaso no recuerdas? _se cruzó de brazos_. En la ultima isla ella pagó la estadía en aquella posada porque ninguno de nosotros tenia dinero en mano.

_Oh.

        Cierto, lo había olvidado. Bueno, para ser sincero, tampoco había pasado mucho tiempo en la habitación. Pasar tiempo en la naturaleza fortalecía a un hombre, sí, definitivamente.

_Ademas, es Sanji quien siempre compra carne y alcohol extra para Luffy y para ti. _Usopp me dio unas palmadas en el brazo.

_Oh.

        De acuerdo, este día apenas había comenzado y ya llevaba un par de sorpresas, quién lo diría. Así que el cejillas se encargaba de eso, vaya sorpresa, quizás no fuese tan desconsiderado como pensaba.

_Vamos Zoro, ambos nos beneficiaremos y para ella sera un 2x1 _Usopp volvió a juntar sus manos frente a mi_. Sabes cuanto le gustan las ofertas a Nami.

        Me fastidiaba, no quería pasar tiempo con el cejillas pero Usopp tenía razón, poder librarme de una deuda ya era suficiente para mi pero ahora sabiendo que era el cocinero quien compraba el alcohol podía aprovechar y tratar de sacarle un poco beneficio de eso.

_Bien _acepté_. Serán solo un par de semanas, no pienso pasarme la vida haciendo tus quehaceres.

_¡Estupendo! _alzó sus cosas y se fue corriendo escaleras arriba hacia el estudio que se había adjudicado nuestra navegante para trazar sus mapas_ ¡Gracias Zoro! Solo no destruyan la cocina peleando.

        Y desapareció de mi vista. Rasqué mi cabeza irritado, serían las semanas más largas de mi vida, solo espero poder tener alguna recompensa al menos. No me molestaría alguna bebida después de cada jornada de limpieza.

        Decidí tomarme una siesta hasta que fuese la hora del almuerzo, no faltaba mucho, pero aprovecharía las pocas horas que me quedaban para acumular todas mis fuerzas y poder actuar tranquilo a su alrededor. No es como si no pudiera controlarme, es solo que había algo respecto a él que me sacaba de mis casillas y hacía florecer mi mal genio, no lo hacía a propósito. Todo era su culpa.

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_¡Siiii!

        Escuché gritar a nuestro capitán, abrí un ojo para ver lo que sucedía, algunos de la tripulación se dirigían hacia la cocina.

        Me había quedado dormido sin darme cuenta, pasé media mañana durmiendo. Me sentí raro, como si mi cuerpo pidiese a gritos descansar y provechara cada momento libre para hacerlo, quizás después de hacer las tareas de limpieza fuese a ver a Chopper para preguntarle si era algo de que alarmarse.

_¡Hoy la comida está buenísima!

        Por supuesto que la estaba, después de todo el maldito cocinero había usado casi todos los utensilios posibles por haber, y la pila de trastos sucios esperando por mi lo podía confirmar.

_Ese maldito desgraciado...

        Después del almuerzo me quedé limpiando todo, incluso cuando el responsable de todo el desastre se escapó para servirles el postre a sus "damas".

_Pff, más le vale servirme un poco a mi también cuando acabe.

_¿Vaya, el marino se siente celoso de mis bellas damas? _en algún momento había entrado a la cocina sin hacer ruido.

_¡¿Quien demonios está celoso?! _instintivamente me enojé y le grité.

_Sigue soñando si crees que te trataré como a ellas, cabeza de musgo _se prendió un cigarrillo_. Vamos, sé que haces esto solo porque Usopp te lo pidió como un favor, y tu no haces favores a menos que también resultes beneficiado.

_Y créeme que tener que aguantarte tanto tiempo no es un beneficio para nada.

         Seguí limpiando y secando los platos hasta perder la cuenta de cuantos había apilado ya a mi izquierda, ignore por completo al molesto del cocinero lo que restaba de mi jornada allí y él hizo lo mismo por su parte.

_No puedo creer que tenga que pasar tiempo extra contigo dos días seguidos durante semanas_farfarrullé secándome las manos una vez finalizada mi tarea_. Con suerte te soporto lo justo y necesario como para no mandarte a volar.

_Inténtalo si puedes, cabeza de musgo _se acercó peligrosamente cerca de mi buscando pelea_. Además, no es mi problema que seas demasiado cohibido como para ni siquiera poder soportar ver una simple muestra de afecto hacia una mujer.

_¡¿Que acabas de decir cocinero de mierda?! _avancé hacia el, confrontándolo, no me quedaría allí parado y que solo él plantase cara.

_Lo que escuchaste idiota cabeza de musgo _nuestras frentes estaban prácticamente tocándose en ese punto, podía oler el tabaco impregnado en su ropa y aliento cada que abría la boca_ ¿O acaso me dirás que no es verdad? Siempre que me acerco a una mujer te pones de mal humor, solo di lo que quieres y ya.

        Instintivamente lo ataqué, él respondió lanzando una patada y el patrón de movimientos se repitió, puñetazo iba patada venía.

        Nos separamos y miramos con fastidio, no supe por qué aquello que dijo me molestó tanto, solo sentía mi sangre fluir a borbotones, la podía escuchar como un murmullo en mis oídos.

_Esta fue una maldita mala idea _dijo guardando los platos que yo había abandonado.

_Dímelo a mi, si no fuera por tu "bella dama", esa bruja sin escrúpulos, yo no estaría aquí. _guardé mis katanas, las había dejado a un lado de la mesa antes de sentarnos a almorzar.

_No te atrevas a llamarla así...

_¿O qué? ¿Mhn? _me le quedé mirando fijamente, desafiándolo_ ¿Qué podrías hacer tu para molestarme aún mas?

        Y me fui, no esperé a escuchar su respuesta, ni siquiera podía ver su cara sin sentir la sangre correr con rapidez por mis venas.