Max Mac Allister era el tipo de hombre que toda mujer especula tener, guapo, musculoso, con una buena talla, pero algo que caracterizaba a su estúpido y engreída talla era lo mediocre que suele llegar hacer.
Pedir dinero a sus padres era lo único bueno que podía hacer.
Sus apuestas en casino se volvieron un juego de todos los días, un día ganaba y otro no, ¿y eso era algo que a él no le importaba?
Hasta que un sábado por la noche en su juego de casino apuesta todo a nadie más que a un narcotraficante.
Un millón.
Un millón estaba en juego y Max aposto, creía que su juego era bueno, pero para el pelinegro nada es difícil. El nunca perdía.
Su intención era mal intencional la jugada, pero no le salió, por lo cual para dentro de tres días debería conseguir un millón.
El piensa sacar esa cantidad a su padre, pero su padre no era un idiota, por lo cual se negó rotundamente.
Los días pasaron como un rayo y él no había juntado el dinero.
—Tienes mi dinero. —Max se toma de su cabeza y niega. —Ya sabe lo que le pasa los que no son de palabra. —Max niega y quiere salir corriendo cuando le es imposible ya que la gente del castaño ya lo sujetaron.
—No me mates por favor. —Chillo.
—No puedo creer que seas tan niñita, eres hijo del presidente.
—Por favor no me mates. —Max suplicaba con lágrimas en los ojos, pero el castaño solamente se burlaba de él.
El castaño voltea los ojos y saca su pistola dorada que lleva con él desde que inició este negocio.
—No me gustan las niñitas que suplican por su vida. —y solamente levanta la pistola y apunta.
—No por favor, te puedo dar otra cosa, pero no me mates.
El castaño entre arquera su ceja y baja su pistola.
—¿Y qué cosa puede superar un millón de dólares? —el castaño pregunta.
—Mi hermana, mi hermana Jennie, tal vez si te la doy mi padre te de un millón o más por ella, Jennie es su consentida y si a ella le pasa algo se muere.
El castaño piensa y no es una mala oferta así que procede aceptar.
—Está bien, la quiero mañana mismo ¿está claro?
—Sí, si está claro señor.
El guarda su pistola y acomoda su leva.
—No quiero sospechas, cuando tenga el dinero te la regresare ¿está claro?
—Si si si si.
—Ya déjenlo, la quiero mañana en las suites de Five Seasons, no quiero retrasos y mucho menos sospechas, ¿está claro? —Max vuelve asentir y se pone de pie. —Bien, lárgate.
El sin decir nada más sale corriendo como si un demonio ha visto.
—Quiero que le sigan, no quiero que el presidente sospeche de mí y cualquier sospecha que ese idiota de, ya saben qué hacer.
—Sí señor. —los tres guardaespaldas salen y acatan la orden que el castaño dio.
Él se queda sentado en su sillón de cuero mientras da giros con el sillón. La puerta se abre y la voz de su amigo se escucha.
—Es verdad lo que dicen en el living.
—¿Y ahora que dicen? —el castaño habla.
—Que te traerán en bandeja de plata a la hija del presidente.
El castaño arruga su frente y habla.
—Sí, Max me debe dinero y me ofreció a su hermana.
—Que huevos los del cabron. —el castaño asiente y mira a su amigo. —¿Harías algo así tú? —su amigo pregunta.
El castaño junta sus manos y pasa por su cabellera y suelta un suspiro.
—Así me estén matando nunca daría a mi hermana por una deuda que es mía. Ella no debería pagar mi mal camino, así que, volviendo tu pregunta, No, No la daría así estuviera con una pistola en la cabeza, nunca entregaría lo más preciado que tengo en esta miserable vida.
Su amigo asiente orgulloso de él y juega con la silla giratoria.
—La mercancía llego bien, en dos días tienes tu dinero.
—Bien, encárgate de que llegue todo el dinero y bueno ya sabes que hacer. ¿Cómo está mi madre?
—Está bien, la vi que está doblando turno en el hospital que trabaja.
—No entiendo porque lo hace, con mi dinero es suficiente para que viva bien con mi hermana.
—Conociéndole a tu madre, de seguro lo guarda para el futuro de Gigi.
—De seguro eso hace. —el castaño lo afirma.
—Asistirás a la reunión de mañana con el consulado? —su amigo pregunta.
—No iré, tengo cosas importantes que hacer mañana, así que cancélala. —su amigo asiente y el castaño se coloca de pie tomando un abrigo y camina hacia la puerta.
—¿A dónde vas?
—Aprovechare que estoy en la ciudad para visitar a un viejo amigo y también a mi madre y a Gigi.
—Te llevaras guardaespaldas.
—Sí, llevare a Omar ¿te parece?
—Con cuidado, cualquier inconveniente me llamas.
El castaño forma una sonrisa y mira a su amigo quien aún lo está observando.
Sin decir nada el sale por la puerta y toma el ascensor dando a la planta baja. Su personal de seguridad solamente camina hacia el castaño y el los detiene.
—Tomare un auto, y solamente quiero que Omar me siga ¿está claro? —el personal asiente y se retira
El señor camina hacia la salida del parqueadero y toma su auto rojo que no demora en encenderlo y ponerlo en marcha, mira por el retrovisor el auto negro que le sigue y emprende su camino hacia la casa de su querida madre.
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Antes de ti +18
FanficSer la hija de un presidente no es algo que todo niño/a quiere, pero eso le toco a Jennie Mac allister y a Max Mac allister. Jennie desde niña fue muy inofensiva con las personas y eso era lo que le molestaba a Max su hermano. Jennie media 1,69...