Juro que no quiero pensar; no quiero pensar en el hecho de que te pierdo.
No quiero pensar en el hecho de que arriesgué, y en verdad estoy perdiendo.
No quiero pensar en que si mis palabras hubieran sido otras, quizás la situación sería diferente.
No quiero pensar en como duele que no me estés hablando en este momento, en cómo se siente cuando estás lejos, en como sería si estuviera recostada en tu pecho, y vulnerable así me cumplas el deseo de no irte de nuevo.
Prometiste no dejarme ir, prometí no dejarte ir, en verdad no quiero hacerlo, no quiero dejarte ir, no puedo. Pero, tu decisión fue diferente, no vas a estar con ella, pero tampoco seré yo quien esté con vos, porque así lo has decidido, y lo respeto, por amor, lo respeto.
Que palabra grande, amor, solo cuatro letras, tan pequeña pero fuerte a la vez, describen a la perfección lo que siento por vos, y en verdad me gusta sentir amor por vos, pero como duele, en verdad duele.
Te voy a esperar, dije. Esperándote mi corazón se entristece, se ilusiona, pero se deteriora a la vez.
