Capítulo 3. El secreto de Rin y un nuevo rival.

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La mañana llegó y el azabache abrió lentamente sus ojos, sintió un fuerte dolor en su espalda y soltó una risita, bajó con cuidado de la cama teniendo cuidado de no despertar al mayor. Tomó su ropa y comenzó a vestirse. Se sentía extrañamente feliz, no sabía que tenía aquel hombre, pero lo hacía perder la razón por completo, pero le encantaba, lo amaba y se sentia feliz a su lado.
Una vez que terminó de vestirse salió de la habitación y caminó hacia las escaleras. La noche anterior no habia podido cocinarle, pero queria poder darle la sorpresa de un desayuno y quizás poder pasar el día con él.
– Buenos días, joven Yoichi, ¿Lo llevo a su casa?
– Buenos días, señor.. -sonrió- no, hoy me quedaré con Rin.. ¿Dónde está la cocina? Quiero prepararle el desayuno
– Ah, en el fondo, pero no, no es necesario.. las cocineras se encargan del desayuno del señor Itoshi..
– ¿Cocineras? -soltó una risita- Dios, si que está muy mimado.. no, hoy tendrá un Isagi Special.. -caminó hacia la cocina-  buenos días
– Buenos días.. usted debe ser el nuevo novio del joven.. ¿Le preparamos algo?
– En realidad, quiero que hoy se tomen el día libre.. yo me encargo de la alimentación de Rin..
– Con todo respeto, dudo que pueda hacer algo digno del jovén..
– ¿Digno? Es comida, no es para tanto -sonrió- andén, vayan a disfrutar el día.. yo me encargo..
– No puedo permitir que usted se meta en la alimentación del jovén.. sus padres me encargaron cuidarlo y alimentarlo bien..
– Y no pasará nada por un día.. voy a hacer algo bueno.. no lo voy a envenenar..
– Alejese de mi cocina, muchacho.. ¡Es mi obligación hacer los alimentos del jovén!
– Ya lo sé, y podrá seguir con eso mañana, solo le pido que hoy me deje hacerlo..
– ¡¡Me niego a dejarlo en manos de un.. cualquiera!!
– ¿Que esta pasando aquí? -el peliverde entró a la cocina, talló un poco sus ojos- ¿Por qué los gritos?
– Este.. muchachito insolente, jovén Rin.. quiere meterse en mis asuntos..
– ¿De que habla, Isagi? -miró al azabache-
– Solo les pedí que me dejarán hacerte el desayuno.. ¿Hice mal?
– ¡¡Por supuesto que sí, insolente!! -le jalo el sartén- ¡¡Sal de mi cocina ahora!!
– No voy a permitir que le grites así a mi novio.. si Isagi te pide que lo dejes cocinar, tu lo dejas cocinar, ¡¿Entendiste?!
– Pero sus padres.. ellos me ordenaron..
– ¡¡Yo pago tu sueldo!! -le quitó el sartén y se lo entrego al azabache- ¡¡Si vuelves a faltarle al respeto a Isagi, te corro!!
– ¡¡No puede hacer eso!! -miró al azabache- él seguramente se irá en unos días, como todos.. ¡Yo lo he cuidado desde que es un niño!
– ¿Y por eso tratas asi a mí novio?.. en serio, vuelves a gritarle y te irás de aquí.. ¡No me interesa que lleves años trabajando para mis padres!
– Amor.. yo.. -se acercó al peliverde y lo abrazó- no quiero que la dejes sin trabajo por mi culpa.. puedo hacerte ese desayuno cuando vayas a mi casa..
– No Isagi, ya estoy cansado de que se porten así.. ¡Yo les pago! Tienen que respetarte
– ¡Bien! -se quitó el delantal y lo lanzo al peliverde- ¡¡Renunció!!
– ¿Ah?.. -miró a la mujer- ¿De verdad?
– Y mis muchachas se vienen conmigo.. estamos hartas de ti y de tus groserías.. -salió de la cocina seguida de las chicas- ojalá te dure el gusto con ese niño.. al final todos huyen de ti
– Tch.. bien, váyanse.. no las necesito.. ¡Soy perfectamente capaz de hacer mi comida!
– Amor.. -soltó un suspiro- lo siento.. no debí meterme con ella.. es mi culpa
– ¿Isagi? -se dio la vuelta y lo tomó de las mejillas- no es tu culpa, amor.. ella no debió tratarte así..
– ¿Por qué dijo eso? -lo miró atentamente-
– ¿Qué cosa, Isagi?
– Lo de que.. todos se cansan de ti.. -sonrió un poco- tu.. eres tan dulce, no lo entiendo..
– Isagi.. -soltó un suspiro y se alejo de él- yo no.. no soy el novio perfecto que crees.. supongo que también te irás algún día.. aunque yo espero que no.. porque jamás me había sentido así por alguien
– ¡¡No me iré!! -se acercó a él y lo abrazó- ¡¡Yo no lo haré, Rin!!
– Eso dijeron los demás.. ¡Y mírame! -sonrió un poco-
– ¡Yo no soy ellos! -le dio la vuelta y lo pego contra la pared- deja de compararme.. estás conmigo ahora, yo no voy a huir.. me gustas, Rin, te amo muchísimo.. ¿Crees que habría hecho lo de anoche si planeara huir?
– Me acabas de conocer, Isagi..
– Pues déjame conocerte.. todo.. lo bueno y lo malo.. ¡Y yo decidiré si me voy o me quedo!
– Isagi.. -lo miró y le acarició la mejilla- ¿Dónde diablos estuviste todo esté tiempo? Tengo suerte de conocerte..
– Por supuesto que tienes suerte, tonto -sonrió y le dió un beso en los labios- te amo
– Yo te amo a ti.. -sonrió- y dime, ¿Que me prepararas de desayunar?
– Es una sorpresa.. ve afuera y espera a que termine -se apartó de él- y sin espiar..
– Esta bien, esperaré entonces, guapo.. -sonrió y salió de la cocina-
– Muy bien -sonrió y tomó el sartén- hagamos esto.. seguro le encantará..
– Es.. tan lindo.. -soltó un suspiro- pero me odiaras como todos cuando lo sepas..
– ¡¡Rin!! -se asomó un poco- ¡¿Eres alérgico a algo?!
– No, Isagi -sonrió- puedes hacer lo que sea, no te preocupes
– ¡¡Perfecto!! -sonrió y entró de nuevo a la cocina-
– Me encanta.. tan lindo.. tengo que decirle ahora.. antes de que.. se enteré de otra forma.. -se levantó y caminó hacia la cocina- Isagi, debemos hablar..
– ¡¡¿Ah?!! -se acercó y lo empujó fuera de la cocina- ¡No veas!
– Isagi.. -lo sujetó de las muñecas- por favor.. es importante que hable contigo..
– ¿Ah? -miró al peliverde- ¿Que te pasa de repente?
– Isagi.. yo.. yo tengo.. -el timbre de la mansión se escuchó, la puerta se abrió y un pequeño peliverde corrió hacia él- ¿Que haces aquí?
– Mami dijo que hoy te tocaba cuidarme..
– No, eso.. ¡Se supone que saldrían de vacaciones!
– Su novio no quiso llevarme -soltó un suspiro- y por eso vine contigo..
– Rin.. ¿Quién es él? -miró al pequeño y sonrió-
– Él es.. mi hijo, Isagi -soltó un suspiro- no pensé que viniera hoy.. era de lo que queria hablarte
– Wow.. no sabia que tenías un hijo -sonrió y se agachó a la altura del pequeño- hola.. yo soy Isagi, novio de tu papá..
– ¿En serio? -sonrió y miró al peliverde- es muy guapo, papi
– Si, lo es.. -miró al azabache- esto.. ¿No te molesta, Isagi?
– ¿Molestarme? -cargó al pequeño y sonrió- para nada, Rin.. digo, tienes diez años más que yo, no es algo que me moleste.. y se que tuviste otras parejas.. y este pequeño es hermoso.. se parece mucho a ti..
– Si, es un niño encantador.. aunque casi no lo veo.. su madre no puede verme ni en pinturas..
– Mami dice que papi es coqueto -soltó una risita-
– ¡¡Aoi!! -miró al pequeño con molestia- ¡¡No le digas eso!!
– Perdón, papi -sus ojos se nublaron- y-yo..
– Tranquilo, no llores -el azabache lo abrazó con cuidado y miró al peliverde- si, es algo coqueto.. pero es una buena persona.. aunque es enojon..
– A veces me da miedo.. -siguió abrazando al azabache-
– ¿De verdad? -soltó una risita- bueno, creo que si, a veces da miedo.. pero es increíble.. y si promete no volver a gritarte, está noche jugare con él
– ¿Jugar? -sus ojos se iluminaron- yo también quiero jugar..
– No, no jajajaja.. tu no puedes jugar.. -sonrió y lo bajo con cuidado- son juegos aburridos de señores.. porque no vas a lavarte las manos para que desayunes..
– Está bien, Isagi-san -corrió hacía el baño- la casa de papi en grande, ¡Me gusta!
– Igual a mí.. -soltó un suspiro y miró al peliverde- me platicaras todo más tarde, ¿Ok?
– ¿Por qué estás tan tranquilo, Isagi? -lo miró y sonrió- pensé que me golpearías y te irías.. como el resto..
– Ya te lo dije -se acercó y lo tomó de las mejillas- yo no soy ellos.. yo te amo y quiero hacer bien las cosas.. por eso quiero saber todo.. cuando sucedió, y que sucedió.. y sin importar lo que hicieras para que su madre te odie, yo no te odiaré..
– ¡Mierda! -lo pegó contra la pared- voy a devorarte, Isagi Yoichi.. eres..
– ¿Increíble? ¿Maravilloso? ¿Super sexy?
– Si, si, y si.. -lo tomó de las mejillas y le dió un beso en los labios- te lo diré todo, lo juro..
– Gracias.. -sonrió- y es en serio.. si le gritas de nuevo, no podrás devorarme hasta dentro de tres meses..
– No gritaré, lo juro -sonrió- sere el mejor..
– Muy bien, terminaré el desayuno.. -lo apartó y caminó hacia la cocina, movió su cadera de un lado a otro-
– Dios.. -lo miró atentamente- es tan sexy.. y tan dulce..
– Ya me lave las manos papi -se acercó a él- oye..
– ¿Qué pasa, Aoi? -sonrió y se agachó a su altura-
– Mami dijo que.. se irá lejos.. con su nuevo novio.. pero él no quiere que yo vaya.. -sus ojos se nublaron- y mami hizo maletas.. y vino a dejarme aquí contigo..
– ¿Qué?.. -se sujetó la frente e hizo su cabello hacia atrás- esa mujer.. -soltó un suspiro- no te preocupes, hijo.. puedes quedarte aquí conmigo..
– Pero.. ¿Y tú novio?.. ¿No se enojará?
– No, Isagi no vive conmigo.. aún.. y aunque él viviera aquí, no le molestaría que estés conmigo.. porque adora a los niños por lo que veo -soltó una risita- así que no te preocupes.. ¿Dónde está tu maleta?
– Aquí la tengo, señor.. ¿La llevo a la habitación de invitados?
– No, llévala a mi habitación.. Aoi se quedará conmigo mientras arreglo una habitación para él..
– Está bien señor -caminó hacia las escaleras- por cierto señor, el joven Michael está aquí.. lo esta esperando en el jardín..
– ¿Ah? -soltó un suspiro- lo que me faltaba.. ese idiota aquí..
– ¿Papi? -miró al peliverde-
– Ah, no es nada hijo.. ¿porqué no vas a ver si Isagi necesita ayuda con el desayuno?
– ¡¡Esta bien!! -corrió a la cocina- ¡Yo le ayudo!
– ¿Qué querrá ese imbecil ahora? -caminó hacia el jardín-

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