Estaba sentada en la biblioteca más cercana a mi casa estudiando para un examen muy importante que tendría al día siguiente de Historia.
--¿Estudiando todavía? —me pregunto la encargada de la biblioteca con tono de duda.
--Si, aún no he terminado. Pero creo que podre continuar en mi casa—ya sabía lo que diría. En verdad ya era un poco tarde y no quería que mi madre se preocupara.
--Lo siento, pero ya es hora de cerrar y no es muy buena caminar por las calles a estas horas.
En el fondo tenía razón, aunque mi casa quedara a unas cuadras no podía arriesgarme, así que opte por recoger mis cosas, colocarme los audífonos y marcharme de aquel lugar. La noche estaba un poco fría y las calles totalmente desoladas bajo una tenue luz. Cuando estaba llegando a mi casa me di cuenta de que en casa de mi vecino del lado había aparcado un coche de color rojo y dirán que tiene de importante eso, la respuesta es ¡Todo!.
Es decir, mi vecino nunca había recibido visitas desde hace años y mucho menos de noche por lo cual me pareció extraño, pero decidí dejarlo pasar, es decir que me interesa a mi si lo visitan o no. Y me adentre en mi humilde hogar.
No era una casa muy grande como las que salen en las películas, pero era bastante acogedora. Al entrar lo primero que pude notar fue el delicioso olor que provenía de la cocina, así que me dirigí hacia allí para encontrarme con papa que traía puesto un delantal azul con algunas manchas de pasta. Si algo tenia es que era muy bueno en el mundo culinario, pero en el de la limpieza era un desastre.
--¡Pero si ha llegado la princesa de la casa! —él sabía que odiaba que me dijeran así.
--Muy gracioso—dije con ironía--¿Por qué no te pones a limpiar este desastre antes de que llegue mama?
--Muy bien, te hare caso esta vez solo porque en realidad si le temo un poco a tu madre—su comentario me hace reír, aunque tiene toda la razón, mama puede ser un poco temeraria cuando se enoja—Y será mejor que subas y te des una ducha.
Lo dejo solo en la cocina y me dirijo a mi habitación para ducharme. Mi cuarto no es la gran cosa, en él se encuentra solo lo esencial.
Dejo la mochila sobre la mesa con intenciones de dirigirme hacia el baño, pero algo me detiene cuando paso por la ventana y veo la luz de la habitación de la casa de mi vecino que queda frente a la mía encendida. Lo raro no es eso, lo que resulta bastante extraño es que esa recamara no le pertenece mi vecino y nunca la había visto encendida. Muchos dirían que soy bastante chismosa por estar pendiente a lo que ocurre en la casa del lado, pero a mí me gusta decir que soy un poco o lo suficientemente curiosa.
Decido seguir mi camino y olvidarme del asunto de la ventana, aunque no negaré que me intriga demasiado saber sobre que se trata.
Cuando termino me bañarme voy hacia el comedor para cenar. Al bajar me doy cuenta de que ya mamá llegó del trabajo y está ayudando a papá a poner la mesa. Mi mamá trabaja en una empresa de modas como diseñadora jefe y es realmente buena en eso. Yo estoy en el instituto y aún no me decido que carrera estudiar.
--Hola mamá. ¿Cómo ha estado tu día?
--Hola cariño--me da un fuerte abrazo y un sonoro beso--Me ha ido bien, ya sabes, lo mismo de siempre.
Nos sentamos a cenar y mamá comienza a contar que le han ofrecido ir por un tiempo a apoyar un desfile en Milán. Y papá le cuenta el desastre que hizo mientras cocinaba, claramente se llevó un pequeño regaño por parte de mi madre.
Yo por otro lado no he tocado un bocado de comida, es aue todavía me resulta misterioso el coche y la ventana en la casa de al lado.
--Pasa algo cariño--La pregunta de mamá me saca de mis pensamientos--No has probado la comida.
--¿No te ha gustado? --interviene papá con preocupación.
--No, no es eso, de echo la comida esta deliciosa--dudo un poco antes de seguir--Es decir, solo hay algo que me llena de curiosidad.
--Y podemos saber que es lo que perturba a esa cabecita--pregunta mamá.
--Es acerca del vencido de al lado
--¿Quién? --hace una pausa--¿El señor Williams?
--Si, es solo que cuando regresaba de la biblioteca me pareció raro ver un coche moderno aparcado frente a su casa.
--Debió ser alguien que vino a visitarlo--alega papá.
--Es ahí a donde quiero llegar--explico antes de continuar--Desde que soy pequeña nadie lo ha visitado o tan siquiera saludado. Ni el cartero se le acerca. Es como si todos le tuviesen una especie de miedo o pánico.
--Amy a lo mejor fue algún familiar que vino a visitarlo--explica mamá
--Si pero es que..
--Pero es que nada--habla papá enojado dándole un golpe a la mesa--Ya deja el tema. A lo mejor tan solo quiere privacidad y que nadie se meta en si lo visitan o no--se que le molesta que me meta en cosas que no son de mi incumbencia--Así que deja de preguntar cosas que no son de nuestro interés.
Nunca había visto a papá tan bravo, por lo que preferí guardar silencio y seguir con la comida. Cuando terminé de fregar los platos subí a mi habitación y me encerré a estudiar para la prueba. Pasadas las doce de la noche sentí un ruido fuerte proveniente de la habitación frente a la mía. Me levanté a observar si había algo sospecho, pero no ví nada así que volví a mi cama para intentar dormir.
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RAMÉ
RomanceEn la vida debemos buscar todo lo hermoso y caótico que en ella existe. En mi historia ya estaba lo hermoso y decidí encontrar el caos. Hasta que lo logré. ¿Podrán ustedes hacerlo? Amy Miller