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El día del viaje finalmente había llegado, sin embargo, no podía decir que se encontraba realmente emocionado por él

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El día del viaje finalmente había llegado, sin embargo, no podía decir que se encontraba realmente emocionado por él.

Su único motivo para estar sentado a un lado de Jake por tanto tiempo sin quejarse y soportar su lado energético, era la única persona que aún estaba dentro de su hogar. Un tierno omega que lograba ponerle los nervios de punta a metros de distancia y con solo una sonrisa.

Un omega llamado Kim Sunwoo.

Se escuchó el sonido de la puerta cerrarse. Una melodiosa voz se hizo oír al estar charlando con los de la parte delantera del auto.

El cuerpo de Heeseung se tensó notablemente en cuanto su lobo sintió la presencia del contrario, su pulso se aceleró estrepitosamente y su olor comenzó a cubrir a los demás, ahogándolos.

"Heeseung hyung, ¿Podría controlar a su lobo, por favor?" pidió el pequeño Ni-ki presente, quien se sintió amenazado por el olor del alfa. Era realmente desagradable para él, puesto que eran feromonas de atracción que se usaban normalmente para atraer a un omega, y el animal de Ni-ki inevitablemente se sintió incomodo.

"Lo siento..." se disculpó, ya que eso era algo que él no podía controlar a la perfección, y cuando estaba por decirle aquello, la puerta del auto se abrió dejando ver al tierno omega ahí de pie, con esa bella sonrisa que siempre adornaba su lindo y esponjoso rostro, le daba una apariencia angelical.

No sabía de dónde había sacado la valentía y fortaleza para mantenerlo en su regazo todo el tiempo de viaje, pero no se detuvo a pensar mucho en ello, solo escuchó y obedeció lo que su instinto le decía.

Estaba más concentrado observando el modo que Sunoo movía su nariz buscando el olor que emanaba de su cuello. Sonrío inconscientemente y sus brazos apretaron el delgado cuerpo del omega más cerca, como si existiera la posibilidad de que se desvaneciera en cualquier momento.

Sunghoon miró unos segundos hacia atrás, siendo inmediatamente intimidado por la forma en la que Heeseung le miraba y mostraba sus filosos dientes, pero aun así no se ofendió, pues sabía que eso se debía al estado de Sunoo, así que simplemente se giró.

Heeseung no sabía en qué momento había caído tan profundo.

Había tratado de todas las formas posibles de ignorar eso que nació en su pecho cuando conoció a Sunoo, pero la sonrisa que le eran dadas por parte del omega lo volvían idiota, bueno, más de lo que ya era.

Y esto no es algo que le costará admitir consigo mismo, pero si se le dificulta expresar esos sentimientos con alguien más, después de todo siempre se había considerado alguien que no se interesaba mucho por los demás y nunca había hecho nada para tratar de cambiarlo.

"¿Cómo puedes ser tan lindo?" susurró con el corazón acelerado, fijándose que nadie estuviera prestando atención. Movió los mechones de cabellos de la frente que se enredaron con las curvadas pestañas y con sus dedos acarició el pómulo expuesto ante él, notando inmediatamente la suavidad de aquella piel y el cómo Sunoo se movía hacia su tacto, como si pudiera sentirlo en sus sueños.

¡𝑴𝑬𝑶𝑾! [𝑯𝑬𝑬𝑺𝑼𝑵]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora