Asustado

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Wonwoo colgó la mochila en su espalda y, después de despedirse de Jihoon y dejar un beso en la mejilla del aun dormido Soonyoung, salió de la habitación.

Sabía que la puerta principal estaría cerrada con llave, así que se dirigió con sigilo al jardín. Abrió la puerta despacio, caminó hasta el final del jardín y, una vez estaba cerca de la valla, lanzó su mochila por encima de esta, quedando tirada en la acera. Tras esto, adoptó su forma felina y, cogiendo su ropa en la boca, atravesó los barrotes de la valla con total facilidad. Una vez ya en su forma humana, comenzó a caminar calle abajo, sin ningún destino definido.

De pronto, se acordó de un parque al que solía ir con los chicos en primavera, cuando hacía buen tiempo. Recordó que ahí vivía una familia de gatos, con los que había jugado muchas veces y con los que se llevaba muy bien. Así que decidió dirigirse hacia allí. Quizá le dejarían vivir con ellos.

Miró a su alrededor. Todavía reconocía la calle y, a pesar de que no estaba muy seguro de en qué dirección se encontraba el mencionado parque, decidió seguir recto. Aunque Wonwoo había salido cientos de veces a la calle, siempre había sido acompañado de algún humano. Sin contar la vez que cruzó la calle para rescatar a Jun, era la primera vez que salía solo desde que llegó a la casa.

Siguió caminando a paso relajado varios minutos, cruzándose de vez en cuando con grupos de niños que iban al colegio. Algunos se quedaban mirándolo embelesados, mientras que otros intentaban tocarle las orejas, invadiendo su espacio personal, e incluso llegaron a tirarle del rabo. Fue por eso que decidió cubrir sus orejas con la capucha de la sudadera y acelerar el paso, metiéndose por una callejuela por la que no veía pasar a nadie.

La calle, además de ser mucho más estrecha que la calle anterior, estaba bastante oscura, pero era mucho mejor que estar rodeado de aquellos niños. Así que decidió permanecer escondido, sin adentrarse mucho más, solo esperado a que los grupos de niños dejasen de pasar.

Tras varios minutos, cuando ya estaba dispuesto a abandonar su escondite y seguir con su búsqueda del parque, Wonwoo escuchó una voz conocida. Prestó atención y rápidamente pudo identificar la voz de Seungcheol.

Miró hacia el interior de la oscura callejuela y tragó saliva. Aquel lugar le daba un poco de miedo, pero sabía que si se quedaba allí lo encontrarían y tendría que volver a casa, lo que significaba que Jun tendría que marcharse. Así que echó a correr con todas sus ganas, hasta que ya no escuchaba más la voz de Seungcheol llamándolo.

Apoyó la espalda en una valla intentando recuperar el aliento, pero unos ladridos al otro lado le hicieron separarse rápidamente. Miró hacia atrás y vio como un perro enorme corría en su dirección y, aunque en el fondo sabía que estaba protegido por la valla, no pudo evitar sentir el miedo invadir su cuerpo, adoptando de forma involuntaria su forma felina.

Ante la imagen del felino, los ladridos del perro se hicieron más fuertes mientras quedaba con las patas sobre la valla, intentando pasar al otro lado. Wonwoo, asustado, empezó a correr de nuevo, dejando atrás a aquel perro, pero también todas sus pertenencias tiradas en el suelo.

🐱🐱🐱

—¿Has encontrado algo? —preguntó Jeonghan al encontrarse con Minghao.

—Aún no —Minghao miró a Jeonghan, viendo la preocupación que desprendía su mirada—. Wonwoo es listo, seguro que estará bien.

Jeonghan asintió, pero la preocupación seguía ahí. Sabía que nada de eso habría pasado si no hubiese sido por él.

Los lejanos ladridos de un perro hicieron que ambos mirasen en la dirección de donde procedían.

—¿Ha subido alguien a los callejones? —preguntó Jeonghan y Minghao negó con la cabeza y, antes de poder decir nada más, Jeonghan echó a correr por la estrecha calle.

Ambos recorrieron los callejones durante varios minutos sin descanso hasta que, al pasar delante de una casa, los fuertes ladridos de un perro los sobresaltaron. Al dar un paso atrás, Minghao tropezó con algo y cayó al suelo

—¿No es esta la sudadera de Wonwoo? —preguntó Minghao desenredando la prenda en la que había quedado su pie.

—Y esta es su mochila —dijo Jeonghan—. Debió asustarse con el perro. Maldito chucho —dijo Jeonghan entre dientes mientras recogía las pertenencias de Wonwoo y ayudaba a Minghao a levantarse del suelo—. Vamos, no puede estar muy lejos.

Ambos siguieron avanzando el callejón hacia arriba, mirando a cada rincón en busca de Wonwoo.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2023 ⏰

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