Paws [Seventeen]

La primera vez

Eran cerca de las doce de la noche cuando Minghao estaba llegando a casa. Esperaba que todos estuviesen dormidos, ya que les había avisado de que llegaría tarde, por lo que se sorprendió al escuchar ruidos en la sala de estar, más aún estando todas las luces apagadas.

—Soonie, ¿eres tú? —preguntó al escuchar sollozos ya que a veces, Soonyoung se levantaba sonámbulo y cuando se despertaba y lo veía todo oscuro a su alrededor, se asustaba y empezaba a llorar.

Al no obtener respuesta, se acercó a una lámpara que había junto a los sofás y la encendió, encontrándose con un muchacho que no había visto nunca, acurrucado en el suelo con la cabeza entre las rodillas, tapando esta con sus manos. Rápidamente, se percató de la esponjosa cola negra que rodeaba sus piernas.

—¿Junnie? —preguntó Minghao sorprendido.

El híbrido levantó la cabeza al escuchar su nombre, dejando ver su rostro lleno de lágrimas que no paraban de salir de sus grandes ojos.

—Eh, tranquilo peque —susurró sentándose a su lado—. No tengas miedo, no pasa nada.

Minghao rodeó el cuerpo del híbrido con sus brazos y lo atrajo hacia él, abrazándolo mientras acariciaba suavemente su cabello. La primera vez que Jihoon había adoptado su forma semi-humana, también se asustó y comenzó a llorar, siendo esa la única manera de que se calmase.

🐱🐱🐱

Había pasado más de un mes desde que tenían un nuevo inquilino en casa. Un mes en el que nadie había reclamado al pequeño felino, así que ahora formaba parte de la familia.

Desde el primer día, Jun había demostrado un especial apego hacia Wonwoo, siguiéndolo a todas partes, lo más rápido que sus cortas patitas le permitían y moviendo feliz su esponjosa cola cada vez que el híbrido le prestaba atención. Por supuesto, el amor del pequeño felino hacia el híbrido no era unilateral, ya que Wonwoo también se había encariñado con él desde el primer momento.

El encariñamiento que tenían el uno por el otro llegaba hasta tal punto en el que ambos se negaban a dormir si no estaban en la misma cama, donde Jun se convertía una pequeña bolita de pelo que se mantenía a los pies de esta hasta la mañana siguiente, esperando paciente a que el híbrido se levantase. Fue por eso que aquella mañana, a Wonwoo le resultó extraño que el felino no estuviese en el mismo sitio de siempre cuando se despertó.

Miró hacia las otras camas de la habitación, donde estaban Jihoon y Soonyoung profundamente dormidos, pero no había ni rastro de Jun.

Cuando escuchó las voces de los demás chicos, Wonwoo se deslizó fuera de la cama y se acercó de forma sigilosa por el pasillo hasta llegar a la puerta entreabierta del salón. El pequeño híbrido se asomó por la rendija y pudo ver a todos los chicos reunidos alrededor de la mesa. Pero lo que le llamó la atención fue ver a un desconocido junto a ellos, aunque rápidamente percibió las orejas esponjosas sobre su cabeza, dándose cuenta de que se trataba de Jun.

—No puede quedarse —habló Jeonghan, rompiendo finalmente el silencio.

—Yo estoy de acuerdo con Jeonghan —respondió Seungkwan—. Ya somos nueve personas y tres híbridos viviendo en esta casa. Apenas hay sitio y casi no podemos hacernos cargo de los tres peques. ¿Cómo vamos a hacernos cargo de uno más?

En ese momento, a Wonwoo le pareció que su corazón se detenía. Volvió corriendo a su habitación, sacó los juguetes de su mochila y empezó a meter algo de su ropa.

—¿Qué haces? —preguntó Jihoon con voz somnolienta, ya que se acababa de despertar por el ruido que estaba haciendo el otro híbrido.

Wonwoo le contó que Jun era un híbrido y parte de lo que les había escuchado decir hacía unos instantes.

—Si no puede quedarse Jun porque ya somos muchos, entonces me iré yo —explicó Wonwoo—. Así él sí que podrá quedarse.

Jihoon lo miró con la cara llena de preocupación.

—¿Y qué vas a hacer tú solito? ¿Dónde vas a ir?

Wonwoo se encogió de hombros y se colgó la mochila a la espada.

—Ya soy grande —respondió Wonwoo—. Ya puedo vivir solito.

Los ojos de Jihoon se llenaron de lágrimas.

—Te voy a echar de menos —dijo Jihoon mientras lo abrazaba con fuerza.

—Y yo a vosotros. Pero vendré a visitaros, ¿vale?

Jihoon asintió con la cabeza y se despidió de Wonwoo.