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¡Hola, amores! Aquí está el tercer capítulo.

Lloré con la tristeza de Samuel. Emma será alguien muy importante para él.

Me encanta escribir el punto de vista de él. Es tan complejo que me fascina.

Espero que les guste este capítulo y le den mucho amor.

¡Nos vemos pronto!

Samuel

Todo este tiempo había sido víctima de un sinfín de pesadillas atroces. Me despertaba sudoroso, agitado en plena noche, buscando ayuda para calmar el vacío de mi ser.

La paz era un sentimiento abstracto.

Solo había caos y destrucción en mi vida.

Y cuando me sumergía en ello, la perdición me atrapaba, dejándome sin respirar.

En las drogas y el alcohol, tuve la oportunidad de desconectar por completo. Era mi única manera para no pensar, para no sentir como el dolor tan puro quemaba cada parte de mi quebradizo corazón.

Quise terminar con mi vida varias veces.

Una paz instantánea se establecía en mi alma cuando la cuchilla cortaba mi piel.

Me hacía sentir vivo cuando percibía la sensación fría del cuchillo sobre mi muñeca, y con el corazón afligido, lo hundía con lentitud y profundidad. Saboreaba cada segundo la emoción de hacerme daño.

Veía como la sangre caía a brotes mientras dejaba mi brazo caer fuera del borde de mi cama. Miraba en silencio el techo, notando el picor de mis cortes.

Cada punzada de dolor recordaba que merecía morir, que era un maldito cobarde. Había dejado que mi gemela sufra en manos de un loco, y no pude hacer nada para salvarla. Y al final, me abandonó para irse con el hombre que más odiaba.

No había ni un minuto donde mi mente me susurraba, ideas suicidas para terminar con todo esto.

¿Y si moría conseguiría la calma que tanto necesitaba con desespero?

Pero, era incapaz de matarme. Mi familia ya sufrió lo suficiente con la huida de Fina, y si yo decidía suicidarme, los destrozaría por completo.

Jamás había sido capaz de pasar la página. Mi mente no paraba de recrear sin parar el amargo recuerdo de mi gemela, gritando.

Sus gritos se quedaron grabados en mi alma.

Aunque fueron una farsa, era imposible superarlo.

Tal vez, Serafina estaba a salvo con Remo Falcone. Era un monstruo, pero sabía que quemaría el mundo con tal de protegerla.

Pero, el maldito me robó mi otra mitad, mi confidente, mi alma gemela.

Nunca olvidaré ese día cuando lo eligió a él, y no a mí. En ese instante, mi alma se destrozó de una manera irreparable.

Sin Serafina, estaba perdido en una marea sin salida.

Al menos, me reconfortaba el hecho de que aunque estábamos separados por miles de kilómetros, ella estaba a salvo con sus hijos.

Su felicidad era la tranquilidad de mi inmenso dolor y rabia que habitaba en cada rincón de mi vena.

Con el paso de los años, dejé de consumir esas sustancias.

Aprendí a ocultar mis emociones entre capas de indiferencia. Un día, seré capaz de no sentir más ese punzante dolor.

Una sensación de sosiego se instaló, borrando cada mal recuerdo de mi cerebro.

A touch of fate (Samuel & Emma fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora