A touch of fate (Samuel & Emma fanfic)

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Estoy en shock por el increíble apoyo. ¡Muchas gracias! Seguiré actualizando el fanfic con muchas ganas y amor hasta que Cora Reilly nos regale el libro que tanto necesitamos, jaja. ♡

Hoy el capítulo sólo será del punto de vista de Emma. En el siguiente, será el de Samuel.

¿Quién era la persona de la llamada? ¿Teorías? Les leo. 👀

Emma

La luz se filtraba por la ventana, despertándome del largo sueño.

Me sorprendí cuando, al abrir mis párpados, me hallé entre los musculosos brazos de Samuel alrededor de mi cintura. Eran tan cálidos.

Estaba sorprendida. Jamás pensé que Samuel iba a tocarme. Me dio la sensación que le repugnaba mi presencia.

La esperanza me llenó. Tal vez, al final, tendremos un buen matrimonio, compartiendo una feliz amistad.

Siempre fui realista y lógica como para dejarme llevar por la fantasía de cuentos de hadas. En nuestro mundo, el amor era una debilidad, una estupidez.

Prefería ser su amiga que rendirme ante el amor. Entregar tu corazón a alguien sin saber si al final esa persona lo cuidará o lo destrozará, dejándote sola recogiendo los trozos rotos.

Al notar algo duro entre mi trasero, jadeé notando una sensación extraña en mi entrepierna.

Me giré, encontrándome frente a Samuel. Mi corazón dio un vuelco al estar tan cerca del rostro de Samuel. Aspiré su colonia masculina, tan sensual y viril.

Me quedé como una tonta embelesada mirándolo. Dormido parecía un ángel caído del cielo. Los rayos solares iluminaban su pelo dorado.

Tuve un impulso de llevar mi mano y dejar caricias en su cabello, sentir su suavidad y poco a poco, ir bajando mi mano hasta llegar a sus labios.

Samuel abrió sus ojos azulados de golpe y en ese instante, quise morirme de vergüenza.

—Buenos días, Emma —murmuró con voz grave y ronca.

Estaba demasiado cerca.

Oh, santo cielo.

Su voz adormecida provocó un oleaje de excitación, envolviendo cada parte de mi cuerpo.

—Buenos días, Samuel. —dije con timidez.

—¿Has dormido bien?

—Oh. Sí. ¿Y tú?

—Sí. Hace tiempo que no dormía tan bien. Supongo que será porque he dormido entre tus brazos.

Samuel esbozó una coqueta sonrisa, sin quitarme la vista.

Parpadee extrañada con el comportamiento de Samuel.

¿Estaba coqueteando conmigo?

Siempre me había ignorado, tratándome como si fuera un fantasma en su vida.

¿Por qué de repente estaba tan atento conmigo?

Me quedé en silencio, sin saber qué contestarle.

Con la extraña calma instalada en el ambiente, pude escuchar el sonido de mi corazón agitado.

No podía esquivar mi mirada de sus ojos. Tan azules como el mar. Me dejaron paralizada en mi sitio. Muda por completo. Lo único que era capaz de hacer era mirarlo. Apreciar cada detalle de su rostro como si fuera una obra de arte. 

Samuel era el hombre más guapo que jamás había visto en mi vida.

Una fuerte masculinidad emanaba de él.