IX. Accidente

89 6 0
                                    

Pov Mia.

Estábamos con Manuel al lado de los casilleros hablando, mientras yo tomaba un yogurt, alguien choco con mi hombro e hizo que derramará todo, termine con toda mi ropa y los zapatos de Manuel manchados.

Mia: pero que haces tarada es que no ves!!

Marizza: ay! Perdón,  perdón,  perdón, fue sin querer, yo..

Mia: sin querer los pomelos,  si se nota que fue apropósito, me has insultado desde que llegue.

Marizza: no, no, te lo juro es que por un momento como que me sentí mareada y perdí el equilibrio.- decía mientras se hacia la inocente, poniendo puchero

Manuel: Estas bien? - la estaba mirando preocupado.

Mia: Pero obvio que esta bien Manuel,  que no ves que es solo una mentira, esta perfecta y no se tambalea.

Marizza: no fue algo momentáneo, pero estoy bien, en serio perdón de verdad, voy a buscar algo para limpiarlo. -intentó irse

Manuel: No tranquila, nosotros lo limpiamos, tu ve al salón.

Mia: pero que decis Manuel! Si ella lo hizo, ella lo limpia, tiene manos y pies ni que fuera invalida.

Al decir eso Manuel me mira como si fuera la peor persona del mundo y yo ya estoy harta de que ella se haga la buenita y Manuel le crea todo a ella.

Marizza: Si tienes razón Mia- Vuelve a intentar irse pero Manuel la frena de nuevo, y yo me empiezo a exaspera con su papel de buenita y Manuel creyendo todo.

Manuel: No chaparrita, tu tranquila que yo lo hago ve al salón. Además no es nada del otro mundo, simplemente sacamos ropa de los objetos perdidos- le da un beso en la mejilla y antes de irse me mira mal. Cuando esta lo suficientemente lejos para no escuchar la serpiente de Marizza vuelve a salir a la luz.

Marizza: mm que pena que aquella ropa guchi tan cara se estropeó y justo al iniciar el día, todo el día con ropa sucia e imagina el olor que tendras.

Mia: Ya me tenes harta nena! Yo no te hice nada y vos me haces la vida imposible, que tan miserable tiene que ser tu vida para intentar destruir la mia. - Al decir eso último por una milésima de segundo vi como la mascara de culebra desaparecía por un momento y se le ponían los ojos llorosos, pero no duro mucho al instante volvió a ser la misma bruja de siempre.

Marizza: Si te tenia harta hasta ahora imagínate lo que te espera. Ojalá no tengan ropa para ti en secretaría.

Al decir eso último se fue, y en ese instante decidí buscar que era aquello que intentaba ocultar Marizza y empezar a jugar el mismo juego que ella, sabia que no tenia el apoyo de Manuel por lo que debía fingir que todo esta bien frente a él y eso me facilitaría sacar información. Sabia que estaba mal usar a mi novio, pero es la única opción para que Marizza me deje en paz.

cuando las luces se apagan-pablizza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora