Un cuento de terror sin fantasmas ni monstruos.

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¿Conoces la sensación de estar flotando en el agua mientras te mece la marea? Es un momento relajante, te olvidas de los demás, solo existen tus más profundos pensamientos y tú. La tranquilidad puede pasar a la desesperación en cuestión de segundos, en algún momento empezarás a sentirte más pesado de lo normal, esa carga terminará por hundirte poco a poco y en algún punto estarás por debajo del agua, ahogarte será inevitable, todo se tornará en un mal final.

No estoy hablando de forma literal y aún así sé que tal escenario te resultó familiar.

La mayor parte del tiempo cargamos con más problemas de los que podemos aguantar, no tenemos otra opción que no sea aceptar su peso y continuar con esa carga, pero ¿Qué pasa cuando llegamos a nuestro límite? ¿Qué pasa cuando los problemas nos terminan consumiendo por completo?

No busco darte un mensaje motivacional y mucho menos vengo a intentar convencerte de que todo estará mejor con el tiempo, yo he estado en tu lugar, conozco la angustia de esperar por años a que las cosas mejoren y que eso nunca termine pasando. Al igual que tú, yo muchas veces me he encontrado de rodillas suplicando a Dios por un cambio positivo en mi vida y muchas otras ocasiones le he reprochado por la mala fortuna y las situaciones tan complicadas en las que me colocó. Incluso puedes tener tu vida resuelta y eso no garantiza que serás feliz.

Algunos de nosotros perderemos la esperanza de vivir bien y la reemplazaremos por la idea de sencillamente sobrevivir.

Ya no buscaremos lo mejor para nosotros, solo nos conformaremos con seguir aquí, porque internamente estamos en una constante lucha para no partir de este mundo. Los días son cada vez más difíciles, no hay blanco ni negro, todo se vuelve gris.

Mañanas de cansancio y noches sin dormir, sonrisas ocasionales acompañadas de miradas que reflejan agotamiento, conversaciones que denotan normalidad pero que ocultan nuestras ganas inmensas de llorar, todo un cuento de terror sin necesidad de fantasmas y monstruos.

El mayor miedo de una persona siempre será ella misma estando a solas, porque en la soledad es cuando tus pensamientos te absorben.

Lo repito una última vez, yo he estado ahí, yo sé cómo te sientes, yo sé qué es lo que te está pasando, es por eso que hoy te digo...

Estoy aquí, estoy para ti.

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Ojos Negros: Relatos Cortos De Terror Y MisterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora