Así que borré los últimos rastros de lo que sea qué significase tu poco esfuerzo para mi,
el polvo se esfumó no sin antes provocar una erupción en mi alma,
no sin antes preguntarme por qué no había sido suficiente la llama feroz que te calentaba siempre que mi cuerpo te añoraba.
Y entonces no brotó ni un gesto, ni una lágrima,
porque en ese huerto lleno de variedad alimentado por la psicosis de un espectáculo dirigido por ti,
aún seguía creciendo mi amor fructuoso teñido de manifestaciones falsas,
escondido allí,
en una caja de cristal,
detrás de una puerta que nadie notaba,
aún mis esperanzas y mi brillo, aguardaba.
Pero una vez que el polvo se esfuma, y el cristal crea grietas,
la falta de lágrimas solo representa un acto semejante a la putrefacción,
una vez que mis ojos se embarcaron con verdad,
no solo me hicieron notar que estaba decepcionada, sino que mis plantas, ya no serian regadas ni siquiera con lágrimas,
y así pronto el huerto que se encontraba rico en esperanza,
solo sería un vil recuerdo de cómo dejaste mi alma en llamas.
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Susurros de un Ángel mundano
PoetryFragmentos de mis pensamientos más profundos, relatos de un ángel caído, devastado por el amor, soñando con encontrar su luz o transmitir lo poco que queda al frágil mundo.
