Sanji y Zoro tenían una rivalidad natural. Era de esperarse, pues al ambos ser Alfas era bien sabido que tendrían problemas al momento de relacionarse, pues sus feromonas no tardaban en generar roces entre ellos.
Aún así, ambos sabían cuándo dejar de lado esa rivalidad siempre que la situación ameritaba que trabajen juntos. Aunque también era bien sabido que esos momentos no se daban muy seguido.
Sanji era consciente de ello, y si bien estaba más que satisfecho con su género secundario, habían días en que se preguntaba qué sería de su relación con el espadachín si le hubiera tocado cualquiera de los dos restantes.
Fue el día en que, tras negarlo durante tanto tiempo, aceptó sus sentimientos por Zoro que tomó la decisión de mejorar su relación con el peliverde.
—¡Ey, cabeza de musgo! —dijo para llamar la atención del mencionado, que se encontraba entrenando.
—¿Y ahora qué, cocinero pervertido? —cuestionó el moreno al ver cómo el rubio se acercaba a él con un plato de comida.
El cocinero se había esforzado para que las porciones, además de ser abundantes, fueran saludables y adecuadas para las extensas rutinas del que esperaba algún día fuera su Alfa.
—Te ví entrenando y creí que era buena idea traerte algo de comida. De nada sirve entrenar tanto si no acompañas los ejercicios con una alimentación adecuada. —dijo al tiempo que le ofrecía el plato —. Juro que no le puse nada raro. —suspiró al notar que Zoro dudaba sobre si aceptar o no la comida.
Los segundos que el peliverde tardó en aceptarlo parecieron una eternidad, en la cual Sanji no pudo evitar imaginar escenarios en los cuales el moreno rechazaba la comida en la que había puesto tanto esfuerzo.
Sus ojos se iluminaron al ver que, finalmente, Zoro tomó el plato entre sus manos.
—Gracias por la comida. —agradeció el peliverde antes de dar un gran bocado, alegrando inevitablemente al rubio.
—Buen provecho, marimo. —se despidió Sanji, ignorando las quejas de Zoro ante su elección de palabras, tratando de esconder el sonrojo que se había extendido desde su rostro hasta sus orejas y nuca.
Lo único que arruinó el momento para Sanji fueron los gritos del capitán que no tardaron ni dos minutos en hacerse notar cuando Luffy se percató de su detalle culinario, preguntándole impaciente y emocionado si ya era la hora de comer.
«Supongo que era un riesgo que estaba dispuesto a correr en nombre del amor»
Pensó Sanji, mientras se dirigía a la cocina para preparar los demás platos.
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Después de la corrección este capítulo tiene 91 palabras más que la versión original. Siendo que antes tenía 330 palabras, y ahora 421 :D
Espero les haya gustado. Perdonen la espera, sinceramente después de tanta tarea me había olvidado de esta historia ༎ຶ-༎ຶ
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Una tripulación complicada
Fanfiction_____________________________________________ Zoro está enamorado de Luffy. Sanji está enamorado de Zoro. Luffy simplemente no tiene interés alguno en lo que al amor respecta. Mientras que, por su parte, los demás integrantes...