𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 ── 𝐑𝐈𝐂𝐊 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒

THREE

—No hay gas ni corriente hace mas de un mes.— habló Morgan mientras yo veía caer el agua de la ducha.

Habíamos entrado a la estación de policía y Rick nos dirigió hasta las duchas para que pudiésemos bañarnos después de tanto tiempo.

—La estacione tiene su propio sistema de propano.— hablo rick acercando su mano al agua— Aún sale caliente— Morgan volteo a ver a su hijo con una sonrisa.

....

Ellos decidieron que yo me duchara primero y ellos irían a la armería para darme mi privacidad.

—Al fin lavaré mi cabello después de tanto tiempo,— sonreí mientras abría la llave.— y con agua caliente.

Me introduje dentro, provocando que el agua caliente se paseara por mi cabello castaño, luego por mi cara y cayese por mi cuerpo.

Sentir como el agua caliente cae por todo tu cuerpo luego de no ducharte por varios días, es la mejor sensación.

Una vez me sentí completamente limpia, seque mi cuerpo con una pequeña toalla y me coloqué un uniforme de policía que me había brindado Rick.

Según me había dicho, era de una compañera que renunció.

No se si sea cierto, realmente no me interesa lo que me haya dado. Solamente quiero ropa limpia.

Luego de colocarme el uniforme, seque mi cabello con la misma toalla para evitar mojar el suelo.

—¿Terminaste?— Rick entro a las duchas con los ojos tapados con una de sus manos, mientras que la otra la tenía extendida para evitar chocarse con alguna pared.

—Sí, ya termine Rick, puedes destaparte los ojos.— Rick acató lo dicho de inmediato, la mano que cubría sus ojos ya se encontraba descansando al lado de sus caderas y este parpadeaba acostumbrándose a la luz.

—Vaya, duraste bastante allí adentro— sonreí de medio lado.

—Tenía mucho tiempo sin darme una buena ducha, lo siento.— el hizo un ademán con su mano dándome a entender que no importaba.

—No te disculpes, valió la pena.— yo alcé una de mis cejas.— Te ves más bonita, niña.

—¿Crees que soy bonita?— ladee mi cabeza con una sonrisa.

—Lo eres,— asintió — lastima que no se tu edad.

—Y no la sabrás, al menos no por el momento.— carcajeé y camine hacia la salida.

—oh, vamos.

—Rick,— me di media vuelta antes de pasar por la puerta, el volteo a verme— tu también me pareces muy bonito.— sonreí— Y no soy una niña.

—Sí, si eres una niña.— negué con la cabeza sonriendo y salí de allí.

Mientras ellos se duchaban, yo me mantenía en la armería. No quería ver cosas que no debía o hacer la situación incómoda para mí.