ONE

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 NO TENGO NI LA MENOR IDEA de cuánto tiempo llevo encerrada en esta habitación de hospital

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NO TENGO NI LA MENOR IDEA de cuánto tiempo llevo encerrada en esta habitación de hospital.

¿Quizá una semana? ¿Dos?

No lo sé, simplemente llevo un tiempo esperando a que el hombre desconocido despierte.

Tampoco se por qué simplemente no seguí de largo e ignore a este hombre.

Quizá porque mi corazón no permitiría dejarlo allí solo en medio de todo este caos.

—Ese florero tiene algo especial, — en la habitación resonó una voz, una débil.— admítelo, lo robaste de la casa de tu abuela. ¿No te has robado su colección de cucharas? — soltó una risa, provocando una tos

¡Despertó!

—¿Shane? ¡Shane!— volteó su cabeza, alzando su mano para tocar las flores ya marchitas.

—Ehh, hola.— solté en voz baja, llamando su atención, me volteo a ver y luego volteo a ver el reloj arriba de mi.

el hombre desconcertado, quitó la sábana que cubría su cuerpo e intentó levantarse, cayendo al suelo.

—¡Ayuda! ¡Enfermera!— gritó aquel hombre.

—hey, hey— me levante rápidamente de mi asiento para ayudarle.— tranquilo, no grites.

—¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?— preguntó

—Me llamo Isabella, puedes llamarme bella— sonreí levemente para generarle confianza— llevo acá un par de semanas esperando a que despiertes.

—¿Donde está shane?— preguntó eufórico.

—¿Shane? No se quien es shane.— me volteo a ver— ¿Cómo te llamas?

—Rick, Rick Grimes.

—Un gusto conocerte, rick.

—¿Qué es lo que está pasando?— susurró y caminó hacia la puerta abriéndola.

—Hey Rick, espera— salí de la habitación

Me ignoró y siguió caminando por el pasillo.

—Rick, por favor, vienes despertando de un coma, tranquilízate

Caminó hacia la taquilla, tomando el teléfono pero no había señal.

—Rick, no hay absolutamente nada, ni señal, ni personas.— volteo a verme.— Bueno, personas si hay, pero todas están convertidos en esas cosas.— solté una pequeña risa, me ignoró y siguió caminando hacia la próxima puerta.

—¿Qué es eso?— preguntó retrocediendo, asomé mi cabeza por la ventana que tenía la puerta viendo el cuerpo que había en el pasillo.

—Oh por dios, que asco— me fue inevitable no sentir náuseas.

𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 ── 𝐑𝐈𝐂𝐊 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora