Capitulo 4: Balcon

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Tal vez el freelance fue una de las mejores cosas que me pasó.

La empresa en la que trabajo de informático informo que todos los trabajadores que no trabajarán en él área de logística (trabajo en una empresa de instalación de aire acondicionado) comenzaríamos a trabajar de freelance solo los lunes se trabajara en la empresa.

Por lo que me di cuenta de muchas cosas.

Me mudé hace más de cinco meses a mi nuevo departamento y aún hay cajas sin abrir de muebles aparentemente por el tamaño.

Solamente tenía la cama armada y que si no compraba un escritorio (o tenía uno sin armar en una de las cajas que tengo en la esquina del pequeño departamento) me jodería la tarjeta espalda y me niego a cagármela solo con veinte cuatro años. Por lo que no me quedo más remedio que revisar las cajas y rezar para que este algún escritorio y una silla.

Me encontré con unos cuantos libros sobre todo tipo de plantas marinas y microbios, algunos libros de fantasía y uno que otro libro de psicología. Los puse a un lado para luego ponerlos en algún lugar o comprar una librería.

Finalmente encontré un escritorio, amplio para mi suerte por lo que inmediatamente lo comencé a armar tratando de hacer el menor ruido posible, ya era bastante tarde por lo que lo hice rápido las pocas piezas que se debían atornillar (gracias a los muebles de Ikea con esos palitos). No tenía una silla de escritorio para este por lo que tuve que usar una del comedor por el momento.

Ordeno una que otra caja de cosas que tenía, una tetera y un microondas, pero aparte de eso y unos cuantos bóxers termine con todo y parece más una casa de alguien que lleva viviendo un tiempo en ella, mi tiro en la cama y desde mi teléfono comienzo a comprar la silla y el escritorio.

Y así estuve por un tiempo hasta que mi departamento comenzó a verse como el de alguien normal.

Lo que más amo de mi departamento ahora mismo es el balcón, repleto de todo tipo de plantas, suculentas, enredaderas, monteras, buganvilla y no termino.

Esto tiene un amplio cuidado, cada una tiene un distinto día de riego y clima, no puedo regar la suculentas todos los días, el clima húmedo de la ciudad cercana al mar lo hace más húmedo por lo que estas las riego una vez a la semana.

Me acerco al balcón y veo como la buganvilla está reseca, no lo logro entenderlo, la riego dos veces a la semana y sus tallos está blandos.

—Esa buganvilla necesita otro macetero...—Una voz de atrás de mí me hace sobresaltar.—Es un bonito jardín, se ve diferente a esa única mesa que tiene todo el mundo.

Me levanto y la observo, es la vecina de al lado, debe ser nueva... O no, es raro que salga de casa más ahora que trabajo de freelance.

El viento le agita el cabello castaño, la piel bronceada hace contraste con sus ojos castaños y las gafas los cubren. Su postura es relajada con una mano en la cara he inclinado para lograr ver más de cerca mi jardín.

—Nunca me tope contigo, eso que me mude hace tres meses, soy Hange zoe, estoy haciendo un postgrado en biología marina y moléculas, ¿te interesa?—Me pregunta mirándome directamente a los ojos, sin ningún atisbo de apartarlos apezar de que yo igual la esté mirando, aparto los ojos y me fijo en la buganvilla... Hace meses que no la cambio de macetero.

—Bueno... Podria interesarme. Soy Levi Ackerman.

Así comenzó un tipo de relación que fue escalando, ese día me recomendó otras cosas para mis plantas y entro a su departamento diciendo que tenía que terminar unas cosas.

One-shots LevihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora