El planeta Kraathán es un mundo muy hostil y primitivo, ya que está cubierto por la maleza y la vegetación es casi inaccesible para las personas. Ubicado en la galaxia atlas. Este planeta también es el hogar de muchas criaturas salvajes y peligrosas, por lo que viajar por su superficie es muy peligroso.
Kraathán es un mundo donde la vida es muy difícil, y sólo los más fuertes y audaces pueden sobrevivir en él.
La superficie de Kraathán es una tierra árida y árida, cubierta por muchas plantas y arbustos duros como la piedra.
Kraathan también está repleta de criaturas salvajes que atacan y matan a cualquier persona que se aventura en él a la ligera.
Aunque el planeta parece ser un lugar implacable para la vida, es posible que existan civilizaciones que se hayan adaptado a esta dura tierra.
La fauna de Kraathán es muy variada, y se dice que hay criaturas que aún no han sido muchas descubiertas. En general, esta fauna es muy peligrosa y se cree que existe una gran cantidad de depredadores en ella.
La atmosfera de Kraathán es una mezcla de gases y polvo, que se cree que es muy poco saludable para la respiración en seres extranjeros.
Las temperaturas también son muy extremas, ya que se cree que las noches son muy frías y las tardes son muy calientes.
Registros Importantes.
Maddrasshi: es el depredador más grande conocido de Kraathán, que acecha la ciudad de Kraath Musha, en busca de presas y almas para devorar. Su colmillo tiene propiedades mágicas que le permite controlar su presa y ponerla en un estado de trance hasta que él decida matarla y luego devorar su alma. Maddrasshi es un depredador peligroso que puede devorar a cualquier persona en cuestión de segundos, incluso los más experimentados se niegan a aceptar la misión de traer su colmillo, por lo que las personas que intentan matar a este monstruo para obtener su colmillo ponen su vida en alto riesgo, casi ningún cazador regresa.
Ushkarr I: un cazador proveniente de Kraath Musha, que durante toda su vida estuvo obsesionado por las bestias gigantes del planeta y en un afán de valentía y locura, aceptó la encomienda de enfrentar a Maddrasshi. Emprendiendo un viaje a la fosa donde la bestia se escondía y enfrentando a esta durante siete días y siete noches, en una jugada algo arriesgada que llevó a sacrificar su mano derecha para conseguir el colmillo de Maddrasshi, huyendo a duras penas de la bestia moribundo y con el deseo regresar a su tierra para cumplir su misión, se desplomó en el inhóspito desierto. Entre delirios y lamentos se le apareció Kdur Medir el guardián de los vientos, antiguo patrón de los Draakashi de kraathan. No dijo nada, solo le ofreció su colosal mano para levantarse. Con más deseos de una segunda oportunidad, que miedo a la muerte se apoyó en el y despertó en un pestañeo a las puertas humeantes de su hogar Kraath Musha, sin el colmillo, sin heridas mortales, y la mano derecha de vuelta. En está última, brillaba humeante una viva cicatriz verde, con el símbolo del trueno sagrado.
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