C5 Con dudas

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Todo era muy extraño, después de ese día Max y yo nos unimos mucho, no hablábamos sobre ello, tampoco lo repetimos, simplemente fuimos mucho más amigos que antes, eso me sentaba bien, por que yo tampoco tenía una estabilidad mental suficiente como para tener una pareja como el, es tan maravilloso, me parece una persona increíble.

Había pensado en invitarle a mi casa para pasar el rato y hacer un trabajo que íbamos a hacer juntos, teníamos que hacerlo en clase pero era una excusa para que viniese a mi casa, realmente deseaba estar con él pero me ponía a mí por delante de todo. Le escribí y me respondió al segundo diciéndome que ya venía para acá, cuando llego me dio un abrazo, no era uno cualquiera, era de esos que quieres que duren para siempre, cuando se despegó de mi sentí que un frío paso por todo mi cuerpo, no fue como un escalofrío, el calor que transmitía su cuerpo era inigualable, me sentí fría cuando se separó. Entro a mi casa y saludo a mi madre con una sonrisa gigante,  mi madre se alegró al verlo, tanto que fue a darle dos besos en las mejillas, subimos a mi cuarto y se tiro en mi cama, su confianza me gustaba, no me molestaba, me agradaba, y era extraño porque normalmente que la gente fuese así me daba mucha rabia, pero el no, el simplemente me encantaba.

Empezamos a hablar sobre mi, sobre mi padre sobre todo, el hacia que no fuese incomodo, le conté todo sobre como me sentía, en un momento pensé y yo no sabia mucho de él, así que se lo dije.

– Oye Max, tu nunca me cuentas nada, cuéntame algo venga - le dije empujándome con el codo.

– No tengo mucho para contar la verdad, mi vida es muy aburrida.

– Pero... tu tampoco tienes... ya sabes. - dije sin sonar muy directa

– ¿Padre? Pues no me acuerdo mucho de él la verdad, y si te digo la verdad, nunca me hizo falta, de lo poco que me acuerdo, trataba muy mal a mi madre y eso no me hace mucha gracia.

– Cada día me sorprendes más, bueno, ¿y si empezamos el trabajo?

– Pense que era broma lo del trabajo, solo una excusa tonta para verme. - dijo decepcionado

Me reí demasiado, no se por que pero no podía parar de reír, tal vez era porque él tenía la razón, solo había sido una estupida excusa para verle.

– Quien sabe, tal vez si. - dije después de reírme tanto

–¿Ves? Lo sabia, no puedes vivir sin verme ni un solo día.

– ¿Bueno y que hacemos? - pregunte

– ¿Sabes que conozco un sitio buenísimo para cenar?, podríamos ir los dos.

– ¿Me estás pidiendo una cita sin pedírmela? - dije irónicamente

– No.
– Si.
– He dicho que no .
– Pues yo creo que si. 
– Tómatelo como quieras. - dijo levantándose de la cama

Después de eso sí que fuimos al restaurante, era precioso, el mejor restaurante en el que había cenado, se llamaba, Guns N' Roses, me agrado mucho el sitio, y me lo pase súper bien con Max, en un momento llego un camarero y me guiño el ojo, y Max no se contuvo y hablo.

– Disculpe, es mi cita, un respeto, gracias.

– Oh perdón enserio. - dijo el camarero

– Con que soy tu cita ¿eh?

– Callate, era solo para que se fuera...

– Oh... okey... - dije haciéndome la triste

Estuve un rato haciendome la triste y funcionó, el lo soltó.

– Si eres mi cita, pesada.

– Lo sabia. - Dije mostrándole una sonrisa  de oreja a oreja

Max pago todo, yo me ofrecí a pagar pero insistió en que él tenía que pagarlo todo, así que le deje y nos fuimos, cuando volvimos íbamos caminando por una calle muy ancha yendo a por su moto, por que tuvimos que estacionar la moto bastante lejos del lugar ya que no había sitio cerca. Ibamos por la mitad de la calle cuando sentí que su mano rozó la mia, el me miro, yo evité mirarlo y cuando menos pensé teníamos las manos entrelazadas como si fuésemos novios, cosa que no me agrado por que necesitaba que eso fuera momentáneo, no podía enamorarme de él ni el enamorase de mi, sería todo un desastre, pero no se la solté, fui tan tonta que no se la solté, fuimos así todo el camino hasta llegar a la moto, nos pusimos los cascos y nos subimos, lo abrace por la cintura ya que el solía conducir bastante rápido y a mi me daba miedo. Me dejo en la puerta de mi casa, pero antes de bajo conmigo para saludar a mi madre, ella como siempre lo saludo súper bien, ella le invito a pasar pero ya era lo suficientemente tarde como para que el le dijera que volvía otro día, le acompañe hasta su moto y le abracé y le di las gracias, cuando me estaba separando de él me dio un beso en la comisura de los labios, me quede mirándole fijamente y le  devolví el beso, fue tierno, el me sujetaba la cara con mucha suavidad, al final le abracé, este abrazo fue único, pero me separé de él y me fui, no podía controlarme, sabia que lo mejor era alejarme de Max pero no lo hacía y no entendía por que, yo era solo una idiota mas que solo pensaba en si misma.

las mariposas también mueren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora