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El sol yacía en su punto más bajo, dando lugar a la resplandeciente luna llena; Quien brillaba en el cielo con su luz tenue, iluminando partes de aquel campo militar. Los grillos junto a las cigarras hacían sonar su melodioso canto, mientras que las luciérnagas lucían sus resplandecientes brillos amarillentos, una fresca brisa se mantenía en el ambiente, manteniendo en movimiento las hojas de los árboles y el ya largo césped; Todo ésto sonaba bastante tranquilo teniendo en cuenta de que estaban en una milicia, pero era agradable para ser sinceros, era el único momento del día en el que podían relajarse luego de la agotadora rutina de siempre.

Pero había algo que interrumpía tal tranquilidad; Parado frente a su hermano, que a lo contrario de él, sus cabellos eran de color celeste, le gritaba histéricamente al pobre muchacho pelirosa.

— ¡No pienso quedarme aquí con este idiota! ¡Si yo no voy tú tampoco irás! —

Gritó entre chillidos molestos Azulín, quien era conocido por sus buenos dones en la arquería, siendo opacado por Coco; El chico rubio de ojos morados, nombrado jefe de reclutas, ésto no le agradaba del todo al ojiceleste, y lo que menos quería era quedarse en ese tipejo mientras que sus compañeros están en una importante misión. ¿Qué había pasado? Se preguntarán; Pues, por órdenes del comandante, ambos debían quedarse por una discusión que habían tenido anteriormente.

— Hermanito... Lamentablemente yo no puedo decidir eso, lo siento

Habló en un tono tímido el de cabellos rosados, a lo cual, en respuesta, Azulín soltó un escupitajo al suelo, molesto, se dirigió adentro del lugar donde dormían. Ya ahí, gritó enfadado;

— ¡Jodanse todos! ¡Especialmente tú, Coco!

El mencionado rodó la silueta de sus ojos molesto, llegaba a ser irritante discutir con tal chico. Dejó la cuchilla que se encontraba afilando a un lado, yendo donde su contrincante, dando una fuerte inhalada a su cigarro, tratando de aguantar las ganas de golpearlo como hace momentos antes.

— Por lo que yo recuerdo; No fui yo él que golpeó a uno de nuestros "valiosos" reclutas, lo único que hice fue defenderlo, y esa es la razón por lo que todo esto es tu culpa

Exhaló todo el humo que había acumulado en sus pulmones sobre el rostro del peliceleste, para ver si así dejaba de molestar al menos un rato. El chico tosió un poco para luego lanzar un golpe hacia él contrario, siendo esquivado y cayendo al frío suelo de una manera patética; Fue tomado del cuello de su camiseta y alzado, quedando a la altura del chico, quien era más alto que él.

— Mira, más te vale no intentes nada porque te voy a patear el culo tal y como lo hice antes, así que déjate de gilipolleces

Habló irritado el rubio, soltandolo bruscamente.

Los minutos pasaban, convirtiéndose en horas, el reloj resonaba en todo el cuarto, exasperando al más bajo de los dos que se hallaban en aquella habitación; Un pequeño tic se podía observar en su ojo, veía enfadado al otro desde su respectiva cama, éste solo miraba desinteresado una parte del techo, estaba más que en su mundo. El otro aprovechó ésta oportunidad para ir con sigilo hacia su lugar, para después tirarlo del colchón, soltando unas risas burlescas al ver la reacción que tuvo el ojimorado; Éste respiró hondo mientras se levantaba, un golpe fue dirigido hacia el estómago de su contrincante, éste mismo se tiró al suelo tomando su estómago con algo de fuerza.

— Supongo que no entendiste por las buenas, ahora aprenderás por las malas

Caminó hacia el cuerpo que yacía en el suelo y se agachó, tomando el cuello de su camisa como antes lo había hecho, esbozó una sonrisa ladina al imaginarse las posibles posibilidades que tenía al verlo de un modo tan débil.

— Maldito hijo de puta.

Sus labios se juntaron de un momento a otro, alterando al peliceleste de sobremanera, por unos instantes estuvo tratando de zafarse de su agarre; Al ver qué no tenía oportunidad de escapar de dejó llevar. Sus lenguas jugaban la una con la otra, el chico más alto exploraba la cavidad bucal del otro como si fuera la suya; Ambos ojos cerrados y dos chicos dejándose llevar por el momento estaban en el suelo de la gran habitación.
El ambiente se iba calentando aún más y más, las manos del ojiceleste se deslizaron escurridizas por la camisa sin mangas del otro, tratando de quitársela a base de tirones.

Unas pisadas se hicieron oír afuera de los dormitorios, separándose al instante.
Quién diría que esto iba a llegar más lejos si no fuera por los reclutas que estaban llegando.

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Fin del One-shot.

Por favor, si tiene alguna idea para un nuevo capítulo le agradecería un montón si lo comenta, sería de gran ayuda para nosotros.

Aprovechando el momento, me gustaría promocionar la cuenta de dibujo de uno de los dos creadores de ésta historia, pueden encontrarlo en TikTok como: vwtpz

Gracias por leer, tengan bonito día.

One-shots Unicorn WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora