34. EL MARATÓN II

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NARRA MICHAEL:

Dwight me contó después de una visita a Meredith, fue que aparte de tener la pelvis fracturada también tenía rabia, ya que la habían mordido al menos tres animales diferentes en menos de un año, eso quería decir que la maldición finalmente había terminado, Dwight me explico que la rabia no era similar a una enfermedad de transmisión sexual, imagínense estaba asustado ya que la abrace y habíamos estado juntos en la misma sala.

Salí de mi oficina y comencé a hablarle a los demás — Sé que por haber puesto en peligro la vida de Meredith al atropellarla con mi coche, algunos están enfadados conmigo, pero quizás los haga sentir mejor saber que antes de que pasara antes, Dwight la puso en peligro al ponerle en la cabeza una bolsa con un murciélago y resulta que ella ha estado expuesta a la rabia, lo que es diez veces peor a una fractura de pelvis, gracias a mí fue al hospital y eso le salvo la vida —dije.

—Por favor daddy ve directo al grano — dijo Luke.

— Bueno, la cosa es que murió la maldición, amigos, si hay un Dios y nos tiene un plan después de todo vayan a casa y descansen — dije entrando a mi oficina nuevamente.

***

Al día siguiente se me había ocurrido la brillante idea de hacer un maratón en el nombre de Meredith, pues una mujer no debería ser atropellada para darse cuenta de que tiene rabia, pero asi somos, y yo no me siento bien con ello, quiero concientizar a las personas y ellos sepan sobre la rabia.

NARRA LUKE:

— Dile a Michael que no pienso correr — dijo Kevin mirándome fijamente mientras orinaba en el baño.

— Emm, esto es un poco incómodo grandote, porque en este momento estoy orinando y tú no dejas de mirarme, mira ya dejo de salir — dije a Kevin que miraba hacia abajo.

— Pues, dile a Michael que no voy a correr, él no corrió cuando pensé que tenía cáncer, es más, estaba preocupado porque arruinara su cumpleaños.

— ¿Y por qué no se lo dices tú?, no es como que yo sea su recepcionista o algo así — dije subiéndome el pantalón — y si me permites, quisiera orinar sin que traten de verme, es extraño.

Salí del baño y noté como Kevin salía junta conmigo gracias al cielo, Michael estaba hablando con los demás.

—¿Estaban los dos en el baño? — pregunto Michael al percatarse que ambos veníamos del mismo lugar.

— Michael, no voy a correr, no traje mis tenis, y me veré ridículo — volvió a protestar Kevin.

— Bueno, pues vas a tener que correr, o tendrás grandes problemas, ya que yo soy tu jefe — dijo y Kevin volvió a su escritorio en silencio. 

 Fui a la cocina en donde estaba T/N, ella estaba comiendo una hamburguesa y una soda dietética, crep que me estaba copiando.

—Buena dieta.

— Sí, me hace sentir menos culpable al tomar algo dietético, perfectamente equilibrado — dijo riendo.

— ¿Alguna estrategia para comenzar la carrera?.

— Pues comenzaré rápido y solo correré hasta donde mis pulmones me lo permitan, ¿y tú? 

—Si pido que Kevin me lleve en su espalda, ¿Cuenta como correr?, por favor no te burles, es una pregunta seria —dije.

—Depende mucho si él te quiere llevar, ¿alguna manera de sobornarlo? — preguntó.

— Bueno, vio mis genitales en el baño, es eso o una demanda por acoso sexual.

— ¿Qué?, ¿cómo es eso posible?, ni yo los he...

—¿Que ibas a decir? — pregunte riendo? — ¿Qué ni tú los has visto?, la vida es injusta a veces Rayis.

— Claro que no iba a decir eso, no es como si fuese una persona pervertida o algo asi — dijo bebiendo de su soda.

— Pues hagamos una apuesta, y no, no tiene nada que ver con genitales — cuando dije eso Michael me estaba mirando en Shock.

— Venía a buscar a Rayis para una reunión con el área de contabilidad, y que escucho que quieres mostrar los genitales, ¿qué significa eso Luke? — pregunto Michael.

—No tiene nada que ver, estaba hablando de... Si está bien hablaba de genitales, pero no de los míos, es decir, mejor me quedo en silencio — contesté sonrojado.

— Rayis, reunión en la sala de conferencias, y ven conmigo, no quiero que haya acoso sexual en esta oficina.

NARRA T/N:

Estábamos en la oficina de conferencia junto con los chicos, estábamos viendo los balances que había hecho Michael para las recaudaciones.

— Reunimos casi setecientos dólares, la mayoría mío y de Jan, ¿cuándo lo ponen en el cheque gigante?

— Bueno, hacer un cheque gigante cuesta doscientos dólares — dije.

 —Yo quería entregarle el cheque gigante a un doctor de la rabia —volvió a decir Michael.

—¿Doctores de la rabia?, ¿eso existe?— pregunto Jim.

— ¿Y enfermeras de la rabia?.

— Michael, conozco algunas enfermeras que puedes pagarle por hora y puede pretender ser una enfermera de la rabia, las he visto en las despedidas de soltero — volvió a decir Jim. 

—Es posible, investígalo. 

***

Michael me había mandado las impresiones de sus letreros para pegarlos por todos los lugares posibles, pero tenía un error de imprenta, así que me dirigí a su oficina para que los arreglara.

— Michael, hay un error en estos letreros — dije golpeando la puesta de su oficina.

— Rayis, si claro entra.

Cuando abrí la puerta vi a Michael con su ropa interior abajo, oh Dios Luke tenía razón, acababa de ver los genitales de Michael.

— ¿Qué haces? — dije cerrando la puerta de inmediato — ¿por que me dices que entre?.

— No, no lo he hecho, no dije que pasaras.

*** 

Fui a la cocina a tratar de sacarme la imagen mental y allí estaba Luke.

— Oh Dios Luke, tenías razón acabo de ver la cosa de Michael, y no puedo quitarme esa imagen de mi mente — dije.

— ¿Qué?, cuando hablaba de genitales no me refería a eso, ¿pero qué rayos hacía desnudo en su oficina?.

— No lo sé —cuando dije eso Michael estaba golpeando la puerta para poder entrar — Está bien, asegúrate de tener ropa y entra.

— Así debes hacerlo, golpear la puerta, preguntar si se puede entrar y entras Rayis, ¿no te enseñaron eso? — dijo Michael.

— ¿Y por qué no te cambias en el baño? — pregunto Luke.

— ¿Para que Kevin me vea mi pipí?, claro que no, tengo oficina, ¿por qué no iba a hacerlo?.

— Espero que no pases todo el día desnudo en tu oficina — dije.

— Bueno, en Europa siempre lo hacen, los jefes andan desnudos — volvió a decir Michael.

— Nop, no lo hacen — dijo Luke.

— ¿De qué lado estás?, que traidor eres, pero da igual mi camisa cubría todo.

— No vi donde empezaba, pero si vi donde terminaba.

— Qué asco — volvió a decir Luke.

— No lo es, el cuerpo humano no es asqueroso, ¿qué les pasa?, ¿acaso ustedes no se han visto desnudos?, es lo más norma.

— Nop, no nos hemos visto desnudos — contestó Luke.

—Por favor, demos vuelta la página y no nos distraigamos del tema principal, no es justo para la gente con rabia, los quiero listos y preparados en media hora.

THE COUNTER - THE OFFICE [LUKE Y TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora